Vivencias de testimonios orales, que se contraponen con el discurso del régimen de Franco. Esta es una de las ideas trabajadas en la exposición Després de la guerra. La vida quotidiana després del franquisme, que está en el Museu de Salvador Vilaseca de Reus desde noviembre de 2022. Por entonces, el Diari ya se hizo de eco de su estreno, aunque como bien dijo este sábado 11 de febrero en una visita guiada su coordinador, el dinamizador cultural Salvador Palomar, «la muestra es tan amplia, que hay que verla con detenimiento, hay mucho por descubrir». El periodo tratado va desde la ocupación de las tropas franquistas en Reus, en el 1939, hasta finales de la década de 1950.
El franquismo «extirpó formas de hacer y de expresión». En un primer franquismo, «a los chicos del servicio militar, llamados a las levas, no se les reconoció su servicio, se convertían en prisioneros de guerra e iban dirigidos a campos de concentración o incluso tenían que volver a hacer la mili, perdían años de su vida». Estos jóvenes también podían acabar en «batallones de trabajadores para arreglar los destrozos de la guerra y, en caso de tener un expediente negativo, ingresaban en prisión o los fusilaban». La justicia del momento, ha ido contando Salvadó, propugnaba que «todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario, y había que buscar avales».
Después de la guerra, hubo gente que se exilió y, al querer volver, «se les negaba la vuelta y la nacionalidad, muchos acaban en campos de exterminio nazi, un tema que abordaremos en marzo, en otra exposición». La exposición recuerda a personas de Reus o vinculadas a la ciudad que sufrieron la represión del régimen como Matilde Sabaté, Antonia Abelló, Pau Fontana, Ramon Claret y Joan Tomàs Bertran. Como curiosidad, el coordinador de la exposición ha mostrado una bandera confeccionada por una modista: «Se pedía que siempre hubiera una bandera de España colgada en la pared y ella reconvirtió la bandera catalana en una española, sus nietas dicen que, a pesar del arreglo, la abuela siempre veía su bandera catalana». Otra forma de represión expuesta fue la vinculada a la pérdida del valor del dinero. «Muchas familias perdieron sus ahorros, sólo tenían la calderilla, lo hemos simbolizado colocando billetes de la época en una papelera», ha distinguido Palomar, quien también ha abordado la etapa del racionamiento de la comida.
Con el título ‘sigui com sigui, omplir la panxa’, la muestra habla de las sopas de agua o las tortillas sin huevos que tenían que cocinar las familias para subsistir. «Para preparar esta exposición, hemos tenido tantas historias que decidimos incluir un muro de memorias», ha dicho Salvador. Otros temas abordados en la visita fueron relativos al arte, a la religión, las resistencias y a la escuela, la «gran maquina de hacer rojos, en la que se introducían ideas de pensamiento crítico, y que había que controlar».
La muestra se puede ir a visitar de martes a sábado (10-14h y 17-20h) y permanecerá abierta al público hasta el 15 de enero de 2024.
