«Que no haya más lavabos públicos en Reus es una carencia importante de la ciudad»

Los reusenses consideran que la oferta es muy escasa y poco accesible. Ante esta situación, acaban recurriendo a baños privados en los que normalmente hay que pagar

06 marzo 2020 08:48 | Actualizado a 08 marzo 2020 16:18
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Carmina y Maricarmen son dos mujeres jubiladas que quedan cada mañana con su grupo de amigas en el Parc Sant Jordi. Ellas son las que viven más lejos de la zona y han tenido más de un problema de «urgencia» por no poder acceder a un baño público de camino a su casa. «En el parque es difícil, porque los lavabos siempre están sucios y son poco accesibles si tienes problemas de movilidad», critica Carmina, a lo que Maricarmen añade: «Nos gustaría que hubiera más lavabos públicos porque al final siempre acabamos en un bar y gastamos dinero».

Tal y como se informa desde el consistorio, la mayoría de edificios públicos municipales tienen lavabos abiertos a la ciudadanía durante los horarios de atención al público. Por lo que, en caso de necesidad, la gente puede acceder, por ejemplo, a centros cívicos, bibliotecas o el propio ayuntamiento.

«Me parece bien, pero no es suficiente porque están muy separados el uno del otro», valora Marc. Él tiene una niña pequeña y el recurso más rápido es siempre el de volver a casa. «Tengo la suerte de vivir en el centro, pero si no, optamos por los baños de la planta baja del Pallol o del Centre de Lectura», añade y recuerda las largas colas que se formaban en los lavabos del Viena de la plaza del Prim hasta que limitaron el acceso con un código.

Esta falta de opciones y la preocupación por el colectivo más afectado –niños, gente de la tercera edad y personas con movilidad reducida– hizo que Bartolomé Pluma llevara a los Pressupostos Participatius de 2018 la petición de introducir más baños públicos en el centro.

«Tenemos una ciudad donde la gente pasea mucho. Que no haya más baños públicos es una carencia importante a nivel de ciudad», explica el presidente de la Associació de Veïns de Blancafort, que llevó la petición a título personal. Su propuesta fue desestimada por incumplir los criterios de participación establecidos, ya que requería de un mantenimiento extra. Aun así, Pluma no descarta buscar otras vías con tal de lograr un cambio. «Debería haber al menos uno en la Llibertat, uno en la Prim y otro en la Mercadal», dice. 

Opciones de pago

En el Mercat Central se piden 0,20 céntimos por poder acceder a las instalaciones del WC. «No es  una cantidad importante pero sí incómoda, porque ya puedes llevar 1.000 euros encima, que si no tienes esa moneda no entras», valora Pluma, que añade que «estaría bien que pusieran un método de pago con tarjeta». Desde el bar No Diguis Blat, situado en la planta baja del Centre Comercial El Pallol, explican que continuamente se encuentran con personas que no son clientes y que les piden el código para acceder al baño comunitario. El lavabo cierra a las 21 h en  invierno y a las 00 h en verano y fines de semana. «Si no consumen, no les damos la clave, porque si no después están destrozados», añaden.

Guàrdia Urbana levantó 942 actas por orinar en la calle 

Durante 2019, la Guàrdia Urbana de Reus levantó 942 actas por orinar en la calle. El Ayuntamiento ya anunció que este año seguiría ejerciendo mano dura contra el incivismo y, en enero, la policía municipal impuso 108 denuncias por miccionar en la vía pública. El incivismo está multado con sanciones que pueden ascender hasta los 600 euros, que es lo previsto en el caso de las infracciones de carácter leve. En este sentido, Bartolomé Pluma (el vecino de Reus que propuso en los Pressupostos Participatius habilitar lavabos públicos) aplaude las sanciones, pero considera que «si hubiera más lavabos públicos, la gente ya no tendría excusas para justificar estos actos incívicos  nocturnos».
 

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