Reus contará con más de 20 zonas videovigiladas en 2022

Las primeras cámaras, en Mas Abelló, cumplen 4 años. El Ayuntamiento las ve necesarias y los vecinos piden que «se usen». A partir de enero se licitarán más y no serán las últimas

14 noviembre 2021 08:30 | Actualizado a 14 noviembre 2021 10:55
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Cinco puntos de la ciudad incorporarán cámaras conectadas con la Guàrdia Urbana el próximo 2022. Con ello, Reus superará ya la veintena de zonas controladas mediante este sistema, que se expande gracias al despliegue del Plan de Videovigilancia. Precisamente este noviembre se cumplen cuatro años de la puesta en marcha de los primeros dispositivos, que se ubicaron en las calles de las Verges del barrio Mas Abelló en 2017.

De este tiempo de actividad, la concejala de Seguretat, Dolors Vázquez, hace un balance «muy positivo» e indica que las cámaras son un «complemento necesario en materia de seguridad y de civismo, y reclamado por la ciudadanía». Los vecinos que las estrenaron, por su parte, piden que «además de ponerlas, el Ayuntamiento las use un poco más», tal como apunta el presidente de la Associació de Veïns I de Maig, Eduardo Navas. Y los que ya saben que las tendrán a partir del año que viene las esperan con la convicción de que «probablemente aporten tranquilidad», detalla el presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme, Josep Machado.

Las nuevas cámaras, que se corresponden con la cuarta fase del Plan de Videovigilancia, se colocarán en cinco plazas: la del Baluard, la de la Cultura de la Pau, la de la Patacada, la de Anton Borrell y la del Víctor. Muy probablemente no serán las últimas que incorpore el municipio, ya que, según expone Vázquez, «intentaremos que haya más fases, en función de la identificación de las necesidades, aunque no queremos que Reus acabe siendo un Gran Hermano». En cuanto a esta cuarta fase, «se está trabajando para sacar las cámaras a licitación a principios del año que viene, si es posible».

Una de estas plazas, la de la Patacada, está en el barrio del Carme. Allí «los mismos vecinos pedimos las cámaras porque es un lugar donde se junta mucha gente joven, con el instituto de secundaria y la universidad, y nos habíamos percatado de que había algo de trapicheo de droga», expone Machado, que dice que «hay gente que viene a meter en líos a los chavales y no podemos permitir que eso pase». La Associació de Veïns L’Harmonia del Carme confía en que «con las cámaras, cuando ocurre algo, queda grabado lo que ha pasado y cómo ha sido, y esto puede ser útil», aunque desde la entidad puntualizan que «para que hagan un servicio es necesario utilizarlas, no solo colocarlas».

El Carme también tiene cámaras en la calle del Vent, que se instalaron en 2019 –como parte de la fase 2 del Plan–, a la vez que en las calles de Jesús y Llovera y en la plaza Prim. En este aspecto, Machado expresa que «no han ido mal» pero insiste en que «es imprescindible que haya agentes pendientes de ellas y que, cuando haya habido un suceso, la policía revise las imágenes que se han tomado». «Si no, ¿para qué las queremos?», se pregunta. Los vecinos también piden que la videovigilancia se expanda hacia la calle Girada porque «da cierto miedo y por ella no pasan ni las moscas».

La concejala de Seguretat defiende que «el funcionamiento de las cámaras nos proporciona mucha información que es importante con carácter preventivo pero también a posteriori, cuando deben hacerse intervenciones». «Se han ido instalando en diferentes fases y también se están estudiando otros lugares donde podrían ir», añade Vázquez, y especifica que «antes de ponerlas, se hace un análisis de la ciudad». Sobre la efectividad de las que ya están, afirma que «por ejemplo, en la zona de la Sardana –que fue parte de la fase 3 del Plan de Videovigilancia, ejecutada en 2020–, nos han permitido realizar actuaciones de identificación de personas concretas». Además, «a nivel de civismo, se han podido situar algunos espacios donde tiene que haber una actuación preventiva o reactiva; e incluso en materia de seguridad vial nos ayudan», detalla.

Vázquez insiste en que «la labor de las cámaras es complementar el trabajo que hacen los agentes, porque no podemos tener policía 24 horas en un determinado punto» y recuerda que su activación solo se puede consumar tras obtener «todas las autorizaciones permanentes».

Desde la Associació de Veïns I de Maig consideran que «las cámaras son útiles pero quizá el que no siempre lo sea es el que está mirando tras las pantallas» y explican que en Mas Abelló «la gente hace hasta barbacoas en medio de la calle y, aunque en teoría lo está viendo, la policía no actúa». Si bien cuando se implantaron los dispositivos, hace cuatro años, muchos de los vecinos de las calles de las Verges levantaron muros y vallas en sus propiedades, ahora «la mayoría ya se han acostumbrado, igual que parece que otros nos tengamos que acostumbrar también a vivir con miedo», critica Navas.

En el ámbito de la Associació de Veïns de Mas Magrané, en la plaza de Teresa Miquel i Pàmies, hay cámaras desde 2020. Su presidenta, Misericòrdia Parra, indica que «nosotros lo pedimos» y que «tampoco estaría mal que hubiera alguna otra en otros puntos». «La Urbana siempre nos ha dicho que si le pasa algo a algún vecino y este lo denuncia, con las cámaras se pueden ver los hechos y detectarlos más fácil». En la zona se muestran contentos con la videovigilancia, que «parece que hace su efecto y que está funcionando bien». «Si se ponen más cámaras, pues todavía mejor», añade Parra.

En total, hasta el momento, el Ayuntamiento ha invertido unos 90.000 euros en cámaras. Tras centrar la videovigilancia en las calles, el consistorio ha llevado también este sistema a otros espacios como el paseo de la Boca de la Mina y lo aplicará en el futuro Skatepark. Los dispositivos estarán igualmente presentes en el área del Raval de Santa Anna y la calle de Salvador Espriu, una vez se haya materializado su peatonalización. En 2020, Seguretat adquirió también una unidad de videovigilancia móvil, pero todavía no ha llegado a ponerla en marcha ya que «estamos trabajando en ello», según precisa la concejala.

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