Reus dará prioridad a los peatones en una quincena de calles y plazas

La FAVR quiere fórmulas consensuadas, los taxis piden acceso a todas las zonas, y comercios y bares reclaman que los clientes y repartidores aparquen. La primera obra será el Raval Santa Anna

19 agosto 2021 22:10 | Actualizado a 20 agosto 2021 06:17
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Al menos 14 calles, avenidas y plazas de Reus esperan obras de remodelación para dar prioridad a peatones y bicicletas en detrimento del vehículo a motor. Son los ámbitos donde el gobierno municipal ya ha perfilado proyectos que, tal como explica la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, buscarán «revertir el ‘anfitrionismo’ del coche hacia un papel más de invitado». En estos puntos «no habrá una limitación absoluta» del tráfico pero «sí que la configuración será eminentemente para peatones».

La Federació d’Associació de Veïns de Reus (FAVR) pide que las intervenciones de este tipo se lleven a cabo «buscando el consenso y cerciorándose siempre de que todo el mundo sale beneficiado», la Agrupació Taxis Reus quiere tener acceso a todas las zonas de la ciudad, y entre bares y comercios hay opiniones de todo tipo. Algunos celebran que este modelo «traerá mucha más gente andando y, por lo tanto, más negocio», y otros reclaman que «se asegure que los repartidores podrán entrar y que los clientes tendrán un sitio para aparcar mientras compran».

El Ayuntamiento ya ha empezado obras con esta finalidad en el ámbito de las calles Santa Helena, Miró y Verge Maria. La actuación, presupuestada en casi 300.000 euros y pagada en parte con contribuciones especiales, «reduce las plazas de aparcamiento en superficie para mejorar la accesibilidad de los peatones, para dar prioridad a quien va a pie y teniendo en cuenta la proximidad de párquings subterráneos». Fuentes municipales especifican que, hasta el momento, se han efectuado arreglos en la red de aguas y la remodelación como tal arrancará en pocos días. Esta es una de las áreas que se modificarán, pero no la única.

De hecho, la primera operación de gran envergadura se acometerá en el Raval de Santa Anna, en el tramo entre la plaza Prim y la calle Santa Anna incluyendo la calle Salvador Espriu. El gobierno fijó para este otoño el comienzo de la transformación, que ya ha sufrido algún retraso. La inversión, de cerca de 430.000 euros, deberá servir para convertir la calzada en plataforma única e instalar ‘parklets’ –elementos de madera con jardineras que funcionarán como bancos–, así como mobiliario urbano que anime a la ciudadanía a sociabilizarse. Esta parte del Raval también se equipará con cámaras de videovigilancia, wifi público y detectores de colas.

A más largo plazo –el margen de ejecución anunciado abarca una década–, el consistorio quiere dar preferencia a los peatones en el eje entre el Passeig Mata, la calle Ample y la plaza del Condesito. La planificación se acompaña de la construcción de un párquing subterráneo en el paseo, con 600 plazas. Actualmente, el 55% de la movilidad en este ámbito está reservada para el coche. También se reformaría la plaza de la Estació y sus alrededores, como la calle del Bisbe Borràs, la avenida del Segle XX y parte de Onze de Setembre. Y se mejoraría la plaza del Víctor, así como la calle Alt de Sant Josep en dirección a la plaza del Pintor Revascall. La idea contempla espacios de ‘kiss and ride’, acumuladores de taxis y cargadores de vehículos eléctricos. La plaza del Condesito se compactaría con la de la Llibertat. Igualmente se desplegaría, y es relevante, un entramado de carriles bici.

Berasategui explica que también está en mente reordenar el ámbito de la calle Escultor Rocamora hasta el Carrilet y el cruce hacia Mas Iglesias, así como la conexión con el futuro apeadero de Bellissens. El entorno de la calle Sant Joan o el Mercat Central son «espacios en que se podría analizar la recuperación de islas cívicas para el disfrute de la ciudadanía». Todo esto «lo definirá el Pla de Mobilitat Urbana», añade la concejala. Los proyectos de prioridad para peatones ya presentados incluyen unas 14 calles. La cifra, fruto de un recuento realizado documento por documento, es aproximada, ya que fuentes municipales no han facilitado la lista exacta.

El presidente de la FAVR, Marcos Massó, entiende que «cuando se lleva a cabo algo así, es importante encontrar fórmulas consensuadas y, sobre todo, hablar mucho con el comercio». «Es un tema muy complejo y delicado y se trata de que no haya nadie que salga perjudicado, que ganemos todos», precisa. En este sentido, apunta que «es necesario preparar, y me imagino que el Ayuntamiento ya lo está haciendo, estudios y análisis en profundidad para evitar afectaciones».

Por su parte, el presidente de la Agrupació Taxis Reus, David Martínez, advierte de que «los taxistas necesitamos tener acceso a todas las zonas, y especialmente al centro de la ciudad porque es donde se encuentran dos perfiles de clientes: las personas mayores que viven allí y que piden que las llevemos hasta la puerta de casa, y los turistas que están de visita y no conocen la ciudad». «Si se nos deja circular aunque la prioridad sea para los peatones, en principio no debería haber problemas», concluye.

En la calle Ample, una de las que han quedado enmarcadas en proyectos urbanísticos restrictivos para el coche, conviven algunos negocios que esperan con verdaderas ganas esta reurbanización y otros a quienes los planes del Ayuntamiento generan más recelos y temores. Uno de los que tienen clara su postura es Pasqual Solé, de El Racó d’en Cugat, que dice que «me parece perfecto que la zona sea más para los peatones y seguro que quedará muy bien, estoy de acuerdo al 100% y somos muchos los que pensamos de esta manera, ojalá lo hagan cuanto antes». «Esto dará más vida a la calle y los locales se revalorizarán», añade, e indica que «al estar la estación de trenes arriba, se generará paso de personas». Desde el Celler Vicava, Gemma Pintó apunta que «la novedad me da miedo: tengo botellas, productos de peso, y necesito que los repartidores puedan llegar aquí y que los clientes también aparquen». «Tengo la suerte de contar con una puerta detrás, pero sería bueno que hubiese sitio para estacionar aunque sea cinco minutos», concreta.

En la Farmàcia Ample, Ernest Feliu se muestra «a favor de la reforma y de dar importancia a los peatones, porque es el futuro». «Es importante que los coches circulen y que se mantenga una vía para que puedan pasar hacia aquí, también para que nos lleguen los productos», expresa, y valora que el hecho de «que pongan carriles bici es ‘eco’ y es importante; yo utilizo la bici y Reus tiene muchas carencias en este aspecto». Débora Llobet, al frente de Escencys Beauty, considera que «sería mejor que no se hiciera este cambio porque, al final, va a quitar aparcamiento». Llobet dice que «para los clientes es bueno poder dejar aquí cerca el coche y poner el tique la hora que vayan a estar», concluye.

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