Algo tan fácil en la actualidad como salir a cenar por Reus un fin de semana y después poder ir a algún local a tomarte una copa era prácticamente imposible no hace demasiados años. La capital del Baix Camp, muy condicionada por la gran oferta de ciudades cercanas como Salou o Tarragona, se había convertido hace una década en una ciudad muerta cuando los comercios bajaban las persianas.
Pero esta situación empezó a revertirse hace ahora, aproximadamente, unos 10 años, cuando tímidamente empezaron a abrir una serie de locales de copas en el núcleo antiguo de la ciudad, acompañados por algunos restaurantes o bares de tapas, como es el caso de la Ferretería. ¿Pero dónde estuvo la clave para que hoy en día cuenten con una de las mejores ofertas de restauración y ocio nocturno de la provincia de Tarragona? Para Josep Maria Tintoré, propietario de la discoteca La Fàbrica -el local nocturno más veterano de la ciudad- una de las claves podría estar en «las reformas que se llevaron a cabo en las calles que hay entre el ayuntamiento y el Raval de Santa Anna. Coincidió con la apertura de La Ferretería, un negocio que funcionó bien y que arrastró a otros a abrir».
Para Esteve Bergadà, propietario del Pub Pilée inaugurado en febrero de 2007, otro factor importante para la apertura de locales de ocio nocturno fue que «coincidimos una generación de gente de la misma edad que siempre nos habíamos tenido que buscar la vida para salir de fiesta porque en Reus no teníamos oferta. Existía una necesidad y algunos nos preguntamos ¿por qué no nosotros? El ejemplo a seguir fue el Suau y a partir de aquí empezamos a abrir locales de copas en el centro, a pesar de que algunos me decían si estaba loco».
Otro aspecto importante, que ha coincidido en el tiempo, han sido los sucesivos endurecimientos de la Ley de Tráfico y su persecución al consumo de alcohol y drogas. En este sentido, Joan Pere Ferran, propietario de los restaurantes Lizarrán y ‘8’, reconoce, medio en broma, que «el gran ‘boom’ de los restaurantes lo debemos, en parte, a los Mossos d’Esquadra», una teoría sobre la que también están de acuerdo Tintoré y Bergadà. El primero comenta que «las restricciones por el tema del consumo de alcohol también han sumado», mientras que el segundo coincide pero recuerda que «hay mucha gente que viene de los pueblos y tiene que coger el coche».
Esfuerzo y competencia
Evidentemente, la metodología de trabajo ha cambiado en estos años, teniendo en cuenta que la oferta se ha multiplicado. En este sentido Josep Maria Tintoré afirma que «ahora es más difícil sacar el negocio adelante. Musicalmente te cuesta más diferenciarte y la concentración funciona, sobre todo, en el centro». Por su parte, Ferran coincide en que «cuando empezamos era más fácil porque, aunque los inicios siempre son arriesgados, tenías que abrir mercado. Ahora, en cambio, para abrir un restaurante tienes que invertir más dinero. La oferta es muy superior y el margen comercial se ha reducido un 10%». No obstante, y dificultades a banda, todos reconocen que Reus goza de una buena oferta de ocio nocturno y restauración. «Hemos dejado de ser sólo una ciudad de tiendas para tener vida por la noche», concluye Bergadà