Tarragona

La debacle del sector primario, en datos: «Aunque mis hijas quisieran, les diría que no se dedicasen a esto»

Tarragona ha perdido 2.800 explotaciones de tipo agrícola en una década y tiene un 12% menos de campesinos y un 8% menos de pescadores. La flota pesquera se ha reducido en un 10% y, en consecuencia, las capturas han bajado a la mitad

Jordi Aixalà, payés de Torroja del Priorat.Foto: Pere Ferré

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El sector primario en el Estado español en general y en Tarragona en particular no pasa por su mejor momento y existe un goteo de datos que lo certifican: la demarcación ha pasado de tener 32.966 explotaciones agrícolas en el año 1999 a 24.220 en 2009 y 21.348 en 2020 y la flota pesquera ha mutado de 486 embarcaciones en el 2000 a 324 en 2013 y 290 en 2023.

Los agricultores afiliados a la Seguridad Social –tanto por cuenta propia como por cuenta ajena– son 1.088 menos desde febrero de 2014 en comparación con el mismo mes de 2024. En el caso de los pescadores, también teniendo en cuenta autónomos y asalariados, son 159 menos en Tarragona en el mismo período.

Son solo algunas de las muestras de que, en los últimos veinte años y en la última década, la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura están perdiendo activos.

De todos esos datos vienen, en parte, las protestas del sector primario, que ha tomado el territorio para reclamar más apoyos por la situación actual de sequía y soluciones ante las importaciones desleales, el precio del gasóleo de uso profesional, el exceso de burocracia...

«Cumplimos miles de exigencias y, aun así, no podemos ganarnos bien la vida», Carles Vicente, responsable de organización, acción sindical y comunicación de Unió de Pagesos

Se añade aquí la ley de la cadena alimentaria. El responsable de organización, acción sindical y comunicación de Unió de Pagesos y payés del Priorat, Carles Vicente, apunta que «el problema de la payesía son los precios».

«Esta ley no cumple las expectativas del productor y su modificación será uno de los cambios más importantes para la economía de nuestro sector». «El problema es tener que cumplir mil exigencias y aun así no poder ganarte la vida», añade.

«Debemos promover políticas de todo tipo, agrarias y no agrarias, que repercutan en los que vivimos aquí para ligar la explotación al territorio», propone. En este sentido, comenta que la clave está en parar el despoblamiento para que el tejido comercial de los pueblos pequeños se mantenga.

«Cuando yo empecé en esto, hace treinta años, podías ganarte la vida mucho mejor que en la actualidad», Jordi Aixalà, payés en Torroja del Priorat

No hacerlo, insiste el sector primario, desincentiva a los posibles futuros trabajadores y, es más, puede provocar el retiro prematuro de los actuales.

El descenso es latente, atendiendo a los datos que publica de forma mensual el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones: hace diez años, en febrero de 2014, había 9.432 agricultores afiliados –5.518 en el régimen general y 3.914 en el de autónomos– y 1.971 pescadores –1.706 por cuenta ajena y 265 por cuenta propia–.

A finales del pasado mes de febrero, la realidad era distinta: 8.344 trabajadores agrícolas –5.523 asalariados y 2.821 autónomos– y 1.812 en la pesca –1.482 por cuenta ajena y 330 por cuenta propia–. Son unas disminuciones del 12% y del 8% en campesinos y pescadores respectivamente.