El número de publicaciones científicas de la URV sube a pesar de los recortes
Más allá de la caída de los ingresos, la investigación sigue. Pero los responsables advierten: la inercia positiva no durará mucho más

Los ingresos que recibe la universidad de los alumnos se ha doblado en cinco años.
La Universitat Rovira i Virgili ha doblado en cinco años el dinero que recibe de sus estudiantes, un esfuerzo tremendo que, no obstante, no ha conseguido parar la caída de sus ingresos. Ese podría ser el mensaje principal que deja, en clave tarraconense, el informe ‘La contribución de las universidades españolas al desarrollo’, que acaba de presentar la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD).
Y es que, según el estudio, entre 2009 y 2014 la universidad tarraconense fue la segunda de Catalunya, después la Politécnica, cuyos ingresos corrientes bajaron más, un 15,6%, más incluso que en el conjunto de España, donde la bajada fue del 13,9 por ciento.
La principal explicación está, como era de suponer, en el hecho de que la principal fuente de ingresos proviene de las administraciones, en especial de la Generalitat, y este capítulo se redujo un 22,2% (21,5% en el conjunto de España).
Más productivos
El otro gran foco del informe es la investigación y, en el caso de Tarragona, deja, a priori, un titular más positivo: en los años más duros de la crisis la universidad se ha hecho más productiva en lo que a investigación científica se refiere.
La manera que se suele emplear para cuantificar esta producción es a través del número de artículos publicados en revistas científicas de prestigio. En el caso de la Universitat Rovira i Virgili, las publicaciones han ido en aumento sin fallar ningún año desde el 2004 . Pasaron de 433 entonces a 1.183 en 2014.
Además, lo que llaman el ‘impacto’ de estas publicaciones, que se basa principalmente en el número de veces que aquellos artículos son citados, también sube. En el estudio la universidad aparece como la cuarta a nivel estatal cuyos artículos han obtenido más impacto.
Pero, ¿cómo se consigue ésto? Josep Manel Ricart, vicerrector de Política Científica y de Investigación de la universidad, no se engaña; el pequeño milagro está cogido con pinzas. Tiene que ver, sobre todo, con el capital humano, con la experiencia acumulada y el trabajo de los docentes. De hecho, la universidad se congratula de que este año ha aparecido por primera vez en el prestigioso ranking de Shanghai de investigaciones en las universidades del mundo.
La locomotora pierde fuelle
Ricart lo plantea como una especie de locomotora que contaba con los recursos, con el personal y que, a pesar de que se le iba quitando carbón, la inercia le hacía seguir adelante. Pero la inercia, explica, no durará para siempre.
Advierte que estamos en un momento crítico porque ahora son más evidentes los efectos de los recortes, cada vez hay menos convocatorias de proyectos de investigación con los cuales obtener ingresos y hay más competencia. Además hay equipos que no se han renovado en todos estos años; los materiales, incluso las revistas, son más caros y, muy importante, los docentes y administrativos que se jubilan, retiran, fallecen... no se reponen.
En su opinión, este cúmulo de circunstancias terminará por afectar la cantidad y calidad de las investigaciones. «Podríamos comenzar a bajar por primera vez», apunta. Pero es optimista: «Todavía estamos a tiempo», asegura. Y recuerda que la investigación no es un asunto aislado, puesto que los estudios demuestran que la investigación está asociada a la calidad de la docencia. «Un profesor que investiga es un profesor que está al día de su materia, que recoge nuevas ideas».
Una década perdida
Durante la presentación del informe Francesc Solé Parellada, vicepresidente de la fundación CYD, ya dijo que el impacto de la crisis y los recortes es tan grave que, si no se le pone remedio, pronto podrá hablarse de una década perdida. «Todavía faltan tres años para que concluyan los diez años desde 2009 y aspiramos a no tener que decirlo», recalcó. «Pero la situación no acompaña porque las universidades dependen de las comunidades autónomas y no es probable que en los presupuestos de 2017 haya cambios importantes... La universidad española se aleja de la europea», apuntaba.