Caos ferroviario

Tarragona Avança presenta alegaciones contra las pantallas acústicas del Corredor Mediterráneo

La plataforma ciudadana advirtió de que los muros ferroviarios previstos por ADIF en el Tarragonès afectarían al paisaje, la cohesión urbana, el turismo y la seguridad

Los vecinos han visto atónitos cómo las pantallas llegan prácticamente hasta sus casas.Àngel Ullate

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La plataforma ciudadana Mercaderies per l’interior, integrada en la asociación Tarragona Avança, presentó alegaciones formales contra el proyecto de instalación de pantallas acústicas en el Corredor Mediterráneo ferroviario a su paso por el Tarragonès

Las alegaciones se dirigieron al Plan de Acción contra el Ruido correspondiente a los Mapas Estratégicos de Ruido de los Grandes Ejes Ferroviarios, actualmente en fase de información pública tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado el 12 de noviembre de 2025.

La entidad alertó de que el plan afectaba al tramo ferroviario comprendido entre Vila-seca, Tarragona y Sant Vicenç de Calders y denunció graves deficiencias ambientales, paisajísticas y de seguridad en la solución propuesta por ADIF, basada en la instalación de pantallas acústicas que podían alcanzar hasta seis metros de altura.

Tarragona Avança señaló que los proyectos de implantación del ancho estándar y sus modificaciones, aprobados entre 2013 y 2022, no contaban con los estudios de evaluación ambiental exigidos por la normativa europea, pese a que las afecciones por ruido, vibraciones y entorno urbano estaban reconocidas incluso en el propio plan de acción de ADIF. La plataforma también subrayó la ausencia del informe de evaluación de impacto ambiental correspondiente a un plan que contemplaba obras físicas y estructurales con un impacto ambiental y paisajístico significativo.

Aunque reconoció que el objetivo de las pantallas era mitigar el ruido ferroviario, la asociación consideró que la propuesta resultaba altamente perjudicial desde el punto de vista urbanístico, ambiental, social y económico. Según denunció, ADIF optó por la solución más agresiva y menos eficiente, ignorando alternativas más modernas, menos intrusivas y más económicas. A su juicio, las pantallas proyectadas tendrían un impacto severo sobre el paisaje y la calidad de vida de la población.

La plataforma advirtió de que la instalación de estos muros supondría una pérdida irreversible de la relación histórica entre los municipios costeros y el mar. Según expuso, el proyecto transformaría un espacio abierto en un corredor cerrado y opresivo, con efectos negativos tanto para los vecinos como para las personas que utilizan el litoral como zona de paseo y ocio.

Asimismo, Tarragona Avança alertó de que las pantallas actuarían como barreras físicas y sociales, favoreciendo la fragmentación urbana y el empobrecimiento de los barrios próximos a la vía férrea. La entidad recordó que distintos estudios internacionales habían vinculado este tipo de infraestructuras con una mayor percepción de aislamiento y con procesos de degradación urbana.

Otro de los aspectos destacados fue el posible impacto negativo sobre el turismo y la actividad económica. La plataforma remarcó que el paisaje litoral era uno de los principales atractivos de Tarragona y advirtió de que su degradación podría traducirse en una pérdida de visitantes, consumo y actividad económica, con consecuencias directas sobre la competitividad del territorio.

Frente a las pantallas de gran altura, la entidad defendió la existencia de alternativas más eficaces y menos intrusivas, como las minibarreras acústicas de 1,35 metros, ya utilizadas en otras redes ferroviarias, así como medidas complementarias como la mejora tecnológica de los trenes, el mantenimiento de la vía, la reducción de velocidad en entornos urbanos o la eliminación de silbidos innecesarios.

La plataforma también alertó de los riesgos añadidos en caso de accidente ferroviario, ya que la canalización de las vías entre muros de gran altura podría dificultar la evacuación de pasajeros. Este riesgo, según indicó, se vería agravado por el paso de trenes que transportan mercancías peligrosas, cuyo tráfico podría incrementarse con el desarrollo del Corredor Mediterráneo.

Por todo ello, Tarragona Avança expresó públicamente su rechazo al proyecto y solicitó a ADIF la paralización de la instalación de las pantallas acústicas, el cumplimiento estricto de la normativa ambiental y acústica, y la adopción de medidas alternativas para reducir el ruido. La plataforma reiteró además que la solución definitiva pasaba por desviar los trenes de mercancías, especialmente los peligrosos, fuera de los núcleos poblados, y anunció que volvería a instar al Ayuntamiento de Tarragona a reafirmar esta posición.