Crecen en los últimos meses las negativas de familiares a la hora de donar órganos
El impacto emocional tras perder un ser querido y el no saber a ciencia cierta la voluntad del difunto, posibles causas de este aumento. Los expertos recomiendan hablar del tema en

Catalunya es referente en el ámbito de trasplantes, pero sin embargo no es líder en donaciones.
Catalunya alcanzó el año pasado la cifra de 1.344 trasplantes de órganos, un dato que sitúa el 2024 como el tercer mejor año de la historia. No supera el año 2023, cuando se marcó el récord histórico. Sin embargo, la principal preocupación se centra ahora en el aumento del número de negativas familiares a la hora de donar los órganos. «Son muchas las razones, pero una razón frecuente es que los familiares quedan agotados después de la estancia en el hospital. Una vez ha fallecido el paciente, la familia quiere ir a casa a descansar. Es cuando dicen que no», explica Maria Bodí, coordinadora territorial de trasplantes del Camp de Tarragona y responsable del servicio de UCI del Hospital Joan XXIII. Habitualmente, la cifra de negativas se situaba entre el 15 y el 20% y, sin embargo, este año ha aumentado hasta el 25,8%. Los datos preocupan al colectivo médico y, sobretodo, a la Organització Catalana de Trasplantaments (OCATT), organismo que coordina los trasplantes y que cuelga del Departament de Salut.
«Es difícil poder determinar las causas de las negativas. Cuando una familia vive la muerte de un ser querido está en shock. Muchas veces, los familiares no están en condiciones de poder contestar», explica Jaume Tort, director de la OCATT, quien destaca la importancia de hablar sobre el tema en casa para que «luego, la familia sepa cuáles eran las últimas voluntades del fallecido y no haya lugar para dudas». Por su lado, Bodí asegura que también entran en juego factores culturales y de desconocimiento de lo que supone una donación de órganos. Tanto del proceso como de los beneficios. La coordinadora y su equipo de Joan XXIII son los encargados de valorar y proponer que un paciente sea un posible donante. «Las familias están agotadas de la estancia en el hospital. En este punto les pedimos lo que les supone un esfuerzo más alargar la estancia para poder llevar a cabo la extracción. Es totalmente comprensible la negativa como primera respuesta», añade Bodí. El impacto emocional y el no saber a ciencia cierta lo que querría el difunto son los principales factores que contribuyen a las negativas de los familiares.
El director de la OCATT, Jaume Tort, insiste en la importancia de «mantener el máximo nivel de sensibilización de la sociedad», y añade que «en términos globales, estamos viviendo un momento de solidaridad, pero no sabemos hasta cuándo durará. Tenemos que trabajar para conservar estos niveles».
Para ello, tanto desde la Organització Catalana de Trasplantaments como desde los propios hospitales, se están llevando a cabo campañas de sensibilización y conscienciación sobre la importancia de la donación de órganos, y se trabaja para mejorar los procesos y las entrevistas con los familiares. Además, la Generalitat aborda la problemática de una forma transversal. Un ejemplo es que los departamentos de Justícia y de Salut, de forma conjunta, están repartiendo material divulgativo a centros religiosos explicando como se aborda el tema de la donación de órganos en las distintas confesiones religiosas que coexisten en el país.
Hablar del tema en casa
«Lo más importante para poner fin a las negativas es que el familiar no sea el que tenga que decidir si el fallecido debe donar o no. La ciudadanía debe estar informada y esté es un tema que tiene que hablarse en casa. Es clave trasladar en vida a nuestros seres queridos la voluntad de ser donante. Las administraciones y los profesionales debemos trabajar para favorecer que se hable de este asunto en vida», dice Maria Bodí.
Tort asegura que también hay otros métodos para hacerlo, como desde una especie de pestaña en la aplicación La Meva Salut, o bien a través del documento de las voluntades anticipadas, que se puede hacer incluso en cualquier centro de atención primaria. «De esta manera, el coordinador de trasplantes del hospital puede ver enseguida la voluntad del paciente, ya que esta opción constará en el historial clínico», explica Tort.
125 donantes por el momento
Pese a este crecimiento de las negativas, los números de donantes se mantienen en la línea de los últimos años. En 2024 se registraron 381 donantes, mientras que en lo que llevamos de 2025 –unos cuatro meses– llegamos a los 125. «Mantener estas cifras no es fácil. Es un trabajo importante por parte de los profesionales que hacen las entrevistas con los potenciales donantes y sus familiares», apunta el director de la OCATT. «Somos referentes en trasplantes, pero no somos líderes en donaciones. De hecho, no lo hemos sido nunca. Aunque es difícil comparar, en el Estado español hay otras comunidades autónomas, como Cantabria o Murcia, que proporcionalmente tienen más donantes que Catalunya. Pese a ello, estamos en la media española, que es la más alta del mundo», explica Tort.
Por otro lado, el año pasado se practicaron 1.344 trasplantes y, en lo que llevamos de 2025, 450. Tres cuartas partes de los trasplantes que se llevan a cabo son de riñón.
En el caso de la demarcación de Tarragona, el año pasado se llevaron a cabo 83 trasplantes en el Camp de Tarragona –12 de ellos de donante vivo–, y 30 en Terres de l’Ebre –7 de donante vivo–.
De los 83 del Camp de Tarragona, 59 fueron de riñón, 11 de hígado, dos de corazón, seis de pulmón y cinco de páncreas. En Terres de l’Ebre, 24 de riñón, cuatro de hígado, uno de corazón, uno de páncreas y ninguno de pulmón. La demarcación de Tarragona se comporta de forma similar al resto del Estado Español.
En TGN se trasplantan tejidos
Los trasplantes de órganos se llevan a cabo en los hospitales de referencia y de mayor complejidad de Catalunya. Todos se concentran en el área metropolitana de Barcelona. En el caso de Tarragona, el Hospital Universitari Joan XXIII no realiza trasplantes de órganos, pero sí que trasplanta tejidos, como pueden ser córneas, piel, vasos sanguíneos o tejido óseo, entre otros. Además, el Joan XXIII es uno de los centros de la demarcación que detecta posibles donantes e inicia el proceso de extracción.
«No es una practica que se haga con una cadencia diaria. Es positivo que las intervenciones se concentren y que sean llevadas a cabo por los profesionales especializados en trasplantes de órganos específicos», comenta Maria Bodí.
Si un tarraconense necesita ser trasplantando de un órgano debe trasladarse a su hospital de referencia en el ámbito que, en este caso, es el de Bellvitge. Ahora bien, dependerá también del órgano a trasplantar. Si es de pulmón, tendrá que ir a la Vall d’Hebron, ya que es el único hospital catalán que trasplanta este órgano.
Cada uno de los hospitales se ha especializado en algunos tipos de trasplante, A modo de ejemplo, el Hospital Clínic de Barcelona trasplanta corazón, páncreas, riñón e hígado; el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol –en Badalona–, hace riñón y páncreas; el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, corazón; la Fundació Puigvert y el Hospital del Mar, riñón; Bellvitge, hígado, corazón y riñón; finalmente la Vall d’Hebron, que practica todo tipo de trasplante –también pediátricos– al tratarse del hospital más complejo de Catalunya.