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    El gasoducto BarMar abre la puerta a más inversiones en la Vall de l’Hidrogen

    El tubo Barcelona-Marsella recién anunciado y alternativa al MidCat es un aliciente para que se instalen en Tarragona inversores a largo plazo que produzcan y exporten hidrógeno verde

    26 octubre 2022 21:06 | Actualizado a 27 octubre 2022 14:00
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    Para el territorio, mejor el proyectado BarMar que el descartado MidCat. La anunciada tubería que deberá unir Barcelona con Marsella para transportar hidrógeno verde se perfila como una nueva oportunidad inversora para Tarragona a largo plazo.

    Primero habrá, eso sí, que satisfacer de forma sostenible la altísima demanda energética limpia de los polígonos petroquímicos tarraconenses. «La mayor producción será para consumo nuestro, para la descarbonización del polígono, pero el hecho de tener la tubería cerca puede atraer inversiones adicionales», explica Jordi Cartanyà, profesor en la URV y coordinador de la Vall de l’Hidrogen.

    Con el futuro BarMar tan próximo –partiendo desde el puerto de Barcelona– y produciéndose hidrógeno limpio en Tarragona tal y como está planificado, «se genera un entorno favorable, un contexto para que otros lo puedan aprovechar», indica Cartanyà.

    Los impulsores de este valle creen que el nuevo corredor verde, diseñado en plena emergencia energética europea por la guerra de Ucrania, abre la puerta a «tener inversiones extranjeras para hacer hidrógeno aquí, porque estaremos más cerca del lugar desde el que se exporta y eso da más posibilidades», indica Cartanyà, que pone un ejemplo: «Cualquiera querría tener una autopista que pasara por su territorio, y más con una infraestructura tan estratégica. Hay que tener en cuenta que estructuras de hidrógeno que crucen Europa se están planificando una multitud, en diferentes países, para alimentar la gran necesidad que tendrá el centro del continente en diez años».

    O, dicho de otro modo, quien quiera ser un exportador de hidrógeno lo tendrá más fácil aquí que en otro lugar. Los plazos pueden parecer dilatados pero no lo son tanto. A partir de 2030, en unos siete años, podría darse ese escenario en el que nuevas empresas quieran producir hidrógeno en este entorno con vistas a ser conducido hacia una Europa que corre a toda prisa para dejar de depender de Rusia.

    «No limita la capacidad»

    Pero el hidrógeno verde deberá llegar algo antes a Tarragona. «Esto no cambia nuestra planificación. El MidCat también era estratégico, con la diferencia de que iba a transportar primero gas y luego hidrógeno y el nuevo tubo ya se diseña para el hidrógeno», apunta Cartanyà.

    «La mayor producción será para consumo nuestro pero tener la tubería cerca puede atraer inversores», admite Jordi Cartanyà, coordinador de la Vall de l’Hidrogen

    La catedrática Maria Llop, directora del Departament de Economia de la URV, considera que «a largo plazo es positivo para la Vall, porque no limita la capacidad de consumo a la demanda que habrá en Tarragona y en Catalunya, sino que la nueva conexión abre posibilidades de cubrir demandas en el exterior».

    Llop explica que «la canalización puede generar un efecto de atracción de nuevos negocios y de actividades asociadas». Otro de los desafíos es romper con parte de la concepción de la propia Vall, como apunta la profesora: «Más allá de la petroquímica, los valles del hidrógeno están pensados para ser ecosistemas autosuficientes de producción y consumo, y no tanto para abastecer a otras zonas. Pero si tienes cerca una canalización para el transporte, ya estás traspasando el ámbito de cobertura y posibilita la producción y el consumo a una escala mayor».

    Torrent: «Un polo de producción»

    Aunque todavía se desconocen los detalles técnicos de la conexión submarina que enlazará Catalunya con Francia, la administración celebra esta apuesta. El conseller de Empresa, Roger Torrent, ha dicho que el nuevo gasoducto permitirá a Catalunya «ser un polo de producción y distribución de energía». Torrent, igual que hizo el President, Pere Aragonès, destacó que la región será «un vector energético clave».

    Ya hay unas 140 empresas con proyectos alrededor de este combustible. La Vall de l’Hidrogen se presentó públicamente hace año y medio. La filosofía del proyecto no ha cambiado pero sí las urgencias y los ritmos. «La crisis de la energía derivada de la guerra está acelerando la transición», admite Cartanyà. Ya hay más de 50 proyectos en marcha de diversa magnitud, desde autobuses con hidrógeno al autoconsumo. Quizás el más importante y el que más se ha concretado hasta ahora es la mayor planta de hidrógeno verde que habrá en España.

    Constantí y La Pobla

    En terrenos de Constantí y La Pobla de Mafumet, junto a la refinería, se levantará un electrolizador que abastecerá de hidrógeno renovable a todo el polo petroquímico. A partir de ahí, un colector transportará ese gas a la zona sur para ofrecerlos a los distintos clientes mediante una red abierta. La inversión se estima en unos 230 millones de euros para una primera fase y podrían sumarse 80 más para instalaciones de almacenamiento eléctrico.

    «La nueva conexión abre posibilidades de cubrir también demandas en el exterior», apunta Maria Llop, catedrática y directora del Departament d’Economia de la URV

    El proyecto debe estar listo en tres años, en 2025, antes de pensar en una eventual exportación. Su construcción creará unos 2.000 empleos directos e indirectos y permitirá generar aproximadamente el 50% del hidrógeno que consumen los polígonos tarraconenses. Pero eso será solo en una primera etapa, con ese electrolizador de 150 MW. En una segunda, que comenzaría a partir de 2027, la capacidad de producción de hidrógeno renovable se incrementaría hasta 1 GW. La inversión, según los valores actuales, rondaría los 1.000 millones, pero es previsible que el avance de la tecnología vaya reduciendo costes, incluso hasta en un 50%. Detrás del proyecto hay un consorcio liderado por Repsol y formado por Enagás Renovable, IQOXE y Messer.

    El abastecimiento propio en Tarragona se iniciará en 2025 pero a partir de 2030 se podría exportar

    Tarragona, pues, está en un enclave estratégico en esta carrera hacia la reducción de emisiones que se ha acelerado en el último medio año. Lo dijo Juan Abascal, director de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, que lanzó un mensaje optimista, a pesar de «los momentos convulsos que vivimos, con la seguridad energética en juego» en «unos años complicados de gran incertidumbre».

    Garantizar el suministro

    No solo se lucha, y a contrarreloj, contra el cambio climático y el calentamiento global. «Estamos ante una oportunidad, porque contamos con el apoyo de Europa en nuestro proyecto de descarbonizar, y con nuestro objetivo de cero emisiones netas en 2050», añadió Abascal en esa reciente presentación del electrolizador.

    Este responsable de Repsol también destacó la importancia de «contribuir a la seguridad del suministro», algo que no preocupaba en el continente hasta ahora pero que de la noche a la mañana ha pasado a estar en vilo este 2022. «De alguna manera, después de lo que ha pasado con Rusia, Europa quiere garantizar que el hidrógeno del futuro venga de países democráticos», zanja Jordi Cartanyà. Y en ello el territorio tiene mucho que decir.

    El reto pendiente de unas renovables que deberán venir de fuera

    «Las cantidades de energía verde que se necesitan hacen difícil que sea de proximidad, así que quizás tenemos que traerla de fuera», asume Jordi Cartanyà, profesor en la URV y coordinador de la Vall de l’Hidrogen.

    Uno de los desafíos más complejos será ese suministro de renovables, como explicaba Tomás Malango, director de hidrógeno de Repsol, en la presentación de la planta de energía verde que se hizo en la Cambra de Comerç de Tarragona hace justo un mes: «Hace falta bastante energía renovable para poner en marcha el hidrógeno. Dos o tres veces el consumo del electrolizador debe ser instalado en generación renovable, y creemos que el ámbito del Corredor del Ebro, que reúne Navarra, Aragón, País Vasco y Catalunya permite crear un espacio de consumo de hidrógeno y generación de renovables y poder acoplar las fortalezas».

    Malango recalcaba que «es muy difícil que un mismo territorio pueda tener el consumo de hidrógeno, es decir, desarrollo industrial y capacidad de generación renovable. Por lo tanto, la colaboración interterritorial va a ser importante».

    De regiones vecinas

    El responsable de hidrógeno de la compañía reconoce que «en la zona norte del polígono estamos trabajando en buscar renovables de proximidad, las que podamos conseguir», y añadía: «Las que no podamos lograr, porque el uso del suelo en Catalunya es muy apreciado, las conseguiremos a través de contratos de suministros con regiones vecinas que estén lo más cerca posible».

    Todo ello entronca con el controvertido debate de que Catalunya no está haciendo los deberes en la instalación de energías renovables, o no al mismo que otras comunidades.

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