La remodelación del antiguo hotel Imperial Tarraco avanza a marchas forzadas. La empresa constructora hace tiempo que venía realizando los trabajos previos. No obstante, desde que en el pasado mes de junio el Ayuntamiento de Tarragona entregó definitivamente la licencia de obras se ha intensificado la actividad alrededor de este emblemático edificio.
El hotel cerró en junio de 2017 y prevé que en junio del año que viene podrá reabrir sus puertas. H10 Hotels, que se encargará de la gestión del negocio, ha asegurado al Diari que la reinauguración del establecimiento está prevista para «mediados de 2019». Y es que el objetivo que persigue la compañía es que a principios de la temporada de verano del año que viene éste ya esté completamente operativo.
Ubicado en la Rambla Vella, junto al Amfiteatre, el establecimiento no tendrá nada que ver con el negocio que cerró sus puertas el año pasado. Se mantendrá la estructura de un edificio que se construyó hace más de 55 años, peso a ello, el interior será completamente reformado para adaptarse a los estándares de un hotel de cuatro estrellas superior.
La empresa gestora también ha dado a conocer el nombre con el que reabrirá sus puertas. Será el H10 Imperial Tarraco, el séptimo establecimiento de esta firma en la demarcación tarraconense. De esta manera, la firma reforzará su presencia en las comarcas del sur de Catalunya, donde ya gestiona cinco hoteles en Salou y otro en Cambrils.
El emplazamiento inaugurado el 20 de julio de 1963 reducirá capacidad respecto a las 170 habitaciones que tenía en su anterior etapa. La cadena ha asegurado que esta cifra se quedará en 139 habitaciones ya que se prevé que todas éstas dispongan de vistas al mar. Además, las instalaciones contarán con cuatro salas de reuniones que beneficiarán la celebración de congresos y reuniones de trabajo.
La firma también ha explicado que la instalación contará con un Despacio Beauty Spa y una piscina con zona de jardín en la planta baja del hotel.
Una terraza con piscina
Otra de las grandes apuestas que hace la compañía es abrir el hotel al conjunto de la gente, independientemente de si se alojan en éste o no. Para ello habilitará una terraza con encanto desde la que pueda disfrutarse de unas vistas privilegiadas al Amfiteatre y al mar Mediterrani. En ésta habrá un bar abierto al público en general, además de una plunge pool (piscina) y una zona de hamacas reservada para los clientes del hotel.
El estudio Lázaro Rosa-Violán se encarga del proyecto de interiorismo del nuevo hotel en el que aún se está trabajando en su definición. El equipo, especializado en el diseño de restaurantes y hoteles de vanguardia, ha colaborado en reiteradas ocasiones con esta cadena que gestiona un total de sesenta establecimientos de dieciocho destinaciones. Además de España, H10 Hotels está en las principales ciudades europeas, además de Punta Cana y la Riviera Maya.
Desde la Associació Hotelera Salou-Cambrils- La Pineda, su presidente, Xavier Roig, afirma que «el sector está satisfecho porque una empresa de renombre como H10 Hotels coja las riendas de un establecimiento tan emblemático como el Imperial Tarraco, ya que le dará más valor y prestigio, aún».
Por su parte, la concejal de Turisme del Ayuntamiento de Tarragona, Inmaculada Rodríguez, valora que la reapertura de este emblemático hotel «ayudará a reforzar la promoción turística de la ciudad».
La responsable del Patronat de Turisme de Tarragona considera que este equipamiento permitirá «potenciar el turismo de congresos y eventos durante todo el año». Éste en uno de los objetivos de la ciudad, que durante estos meses en los que el Imperial Tarraco permanece cerrado hay problemas para cubrir la demanda de plazas que supone la organización de eventos de estas características.
Además, se trata de un público que habitualmente busca alojarse en establecimientos de gama alta y, en este sentido, la edil del Partido Popular reconoce que «en este sector teníamos un déficit importante».
Todo un emblema
Rodríguez defiende que Tarragona ganará un «hotel de gran calidad». La inversión, que algunas fuentes cuantifican entre ocho y diez millones de euros, debe servir para que este establecimiento recupere el esplendor de sus inicios.
Por su posición y su estética, el Imperial Tarraco se convirtió desde los inicios en todo un emblema de la ciudad. Allí se han hospedado los principales representantes políticos del Estado –como Mariano Rajoy, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero–, de Catalunya –como Jordi Pujol o Pasqual Maragall–, artistas de la talla de Rafael Amargo o equipos de fútbol como el Atlético de Madrid.
Pese a ello, los problemas económicos del anterior propietario –el Grupo Husa– llevaron al negocio a sufrir una lenta decadencia. Pese a las reformas realizadas en los años 2000 y 2006, la enorme deuda de la propiedad provocó una insuficiente inversión y mantenimiento que, poco a poco, se fue haciendo evidente.
La situación económica de Husa le llevó a someterse a un concurso de acreedores en 2014. Posteriormente, este hotel salió a subasta en junio de 2016, pero ésta resultó desierta, por lo que en diciembre de este año fue adjudicado al mayor acreedor –Inversiete SA– como pago de la deuda. Pese a ello, la compañía cedió la adjudicación a un tercer adquiriente –Alta Diamond Project SL– que actualmente es el propietario del inmueble.
