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Este lunes es para mucha gente de Tarragona, el primero del año, aquel que precede a las fiestas populares y regresa a la ciudad a la calma. Durante estos diez días, las calles han estado llenas de gente, local y ajena, que llenaba los actos festivos.
El primer fin de semana, el concierto de The Tyets, batió un récord histórico de participación, con más de 12.000 personas, el Parc del Francolí acogió el espectáculo musical con más público que ha vivido Tarragona. De hecho, este número de personas solo es superado por el ascenso del Nàstic a primera división.
La palabra masificación se ha hecho popular durante estas semanas, aunque otros, como el técnico cultural municipal, Xavier Gonzàlez, prefieren hablar de participación.
En un coloquio sobre la fiesta, Gonzàlez recordaba que «hace cuarenta años ni siquiera la gente de la ciudad se involucraba en las fiestas», celebrando como ha cambiado esto. A estos hechos también se refirió el Perpetuador de esta edición, Salvador Fa, en su discurso, agradeciendo a las entidades que han hecho posible llegar hasta aquí.
Javier Muniáin (la Àligueta): Los ensayos del Aligueta parecían un acto abierto de la gente que había
Aquellos que están al frente de las entidades festivas, celebran como ha crecido la participación. Así es el caso de Fran Rodríguez Lorenzo, cap de colla de la Víbria.
La bestia del Serrallo ha celebrado en esta edición 30 años de vida, y su representante reivindica que «recibe mucho cariño de la ciudadanía». Rodríguez confirma que «ha habido una clara tendencia en auge en estos dos últimos años en todos los actos que participan».
Más allá de las actividades principales, desde los representantes del Seguici Petit también han notado esta tendencia. Javier Muniáin, portavoz de la Aligueta, explicaba como durante los ensayos de la bestia ya contaban con muchísimo público, «parecía un acto abierto», afirmaba.
Bianca García (la Mulassa): Celebramos la participación de las fiestas, pero algunos momentos de La Baixada fueron complicados
Aunque la mayoría de lecturas son positivas, otros reconocen que el aumento de participación ha supuesto algunos problemas. Bianca García, cap de colla de la Mulassa, reconoce que, durante La Baixada, uno de los actos más masivos de las fiestas, «hubo algunos momentos complicados». Aun con todo, García defiende que la participación es positiva y algo a celebrar.
Fiestas y turismo
El día de Santa Tecla y el de la Mercé, dos de los más marcados en el calendario festivo, coincidieron este año con la llegada de miles de cruceristas a la ciudad, aumentando aún más la presencia ciudadana en las calles.
Este hecho se hizo notar especialmente durante la diada castellera que se celebró en la plaza de la Font y los Pilars Caminant que arrancaban en el Pla de la Seu el día siguiente.
Miles de cruceristas acudieron a la ciudad durante los días 23 y 24, centrales en las fiestas
Ramón Franqués, responsable del Àrea Bàsica Policial del Tarragonés dels Mossos d’Esquadra, asegura que «la llegada de turistas no ha supuesto grandes cambios en el despliegue policial de Santa Tecla», afirmando que «la llegada de cruceros se coordina siempre con la Autoridad Portuária y cuenta con un dispositivo especial propio.
Franqués reitera que «durante todo el verano, la llegada de cruceristas no ha supuesto ningún problema para la seguridad ciudadana», añadiendo que «los visitantes se muestran satisfechos con la seguridad que hay en la ciudad».
A partir de octubre, el Ayuntamiento diversificará las rutas de este tipo de turistas para evitar que estos se concentren en la Part Alta, respondiendo así a la voluntad de sus vecinos.
Seguridad
Pese a la masiva participación de estos festejos, no ha habido que lamentar grandes problemas de seguridad durante estos diez días. Para que así haya sido, los cuerpos policiales de Mossos d’Esquadra y la Guàrdia Urbana, desplegaron «el mayor dispositivo nunca antes visto en Santa Tecla». Con efectivos de uniforme y de paisano por toda la ciudad, especialmente en las zonas festivas.
Uno de los grandes cambios de esta Santa Tecla ha sido la nueva ubicación, en el Parc del Francolí. Este espacio supone el escenario festivo más grande hasta el momento y ha permitido también distribuir a la población.
Los cuerpos policiales pusieron especial atención en este entorno y consideran que «la lectura de este espacio es positiva en términos de seguridad», sin haber tenido que lamentar grandes incidentes más allá de algunos hurtos, que pudieron ser controlados.
La regidora de Festes, Sandra Ramos, considera que «el trabajo de los cuerpos policiales durante fiestas como estas es ejemplar», aunque reconoce los peligros que pueden suponer los actos masivos, cree que «la presencia policial es más que suficiente».
En actos como La Baixada, se volvieron a instalar controles de accesos, con especial atención a los objetos punzantes o cortantes, para evitar el conflicto. Ramos afirma que «estos controles son imprescindibles para una seguridad preventiva» y considera que «se pueden ampliar en un futuro».
