Tarragona

Un parto como los de antes en TGN

Estefanía dio a luz en su piso de Sant Pere i Sant Pau. Estaba en la cama y notó que el bebé asomaba la cabeza. Cuando su madre acabó la llamada a la ambulancia la pequeña Yara ya había nacido.

Estefanía y su hija Yara, ayer poco antes de abandonar el Hospital Joan XXIII.Foto: Àngel Juanpere

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Fue todo muy rápido –aunque desde hacía horas tenía contracciones–. Había acudido al Hospital Joan XXIII, pero le comentaron que había dilatado poco y le dijeron que volviera a su piso de Sant Pere i Sant Pau. Habían pasado sólo dos horas cuando, tumbada en la cama, notó la cabeza de su hija, que quería ver el mundo. Cuando su madre terminó de llamar a la ambulancia, la pequeña Yara ya había nacido. Fue entonces cuando llegó una patrulla de la Guàrdia Urbana y más tarde la ambulancia del SEM y el médico. Ayer, Estefanía y su hija abandonaron finalmente el hospital. En su casa les esperaban sus otros tres hijos.

Estefanía nació en la localidad cordobesa de Palenciana, aunque cuando tenía cuatro años –y de ello hace ya 26– llegó a Tarragona. Ahora vive en Sant Pere i Sant Pau con sus padres. El pasado domingo cumplía las cuarenta semanas de embarazo. El día antes comenzó a tener unos «dolorcillos», que siguieron el domingo. «Sobre las nueve y media de la noche noté que eran más fuertes, comí algo y a las diez y media nos fuimos al Hospital Joan XXIII», donde habían nacido sus otros tres hijos. Allí le pusieron unas correas, pero le dijeron que sólo había dilatado dos centímetros. A las once de la noche volvió a su casa, aunque los dolores continuaban.

Al llegar a su piso puso a sus tres hijos a dormir «y los dolores seguían». Cuando se echó en la cama «noté una presión muy fuerte. Me toqué y noté la cabeza de la niña», recuerda Estefanía. Llamó a sus padres. Su madre telefoneó a la ambulancia. Era aproximadamente la una de la madrugada ya del lunes.

‘Ya está aquí’

La madre de Estefanía, después de la llamada, volvió a la habitación de su hija: «Ya está aquí», le dijo. La pequeña Yara ya había nacido prácticamente sin darse cuenta. Unos minutos después llegó una patrulla de la Guàrdia Urbana. «Me querían tranquilizar, aunque yo no estaba nerviosa», recuerda.

Quienes estaban más nerviosos eran sus padres. Su madre comentaba ayer, al lado de su hija minutos antes de abandonar el Hospital Joan XXIII, que estaba en estado de «shock». La mujer reconocía que «pasé mucho miedo. Daba a los botones del teléfono y no marcaba. Estaba muy nerviosa».

Estefanía reconoce que pasó por unos momentos de miedo, «cuando comencé a dar luz temía por la placenta y el cordón umbilical. Comprobé que éste no estuviera enrollado en el cuello de mi hija», comentaba ayer.

«La ambulancia tardó más en llegar». El médico pinzó el cordón umbilical y seguidamente lo cortó. «El doctor me comentó que había sido un parto como los de antes», aunque sin comadrona. «La pequeña estaba bien y yo, también». Las dos fueron trasladadas al Hospital Joan XXIII. Yara pesó 3,250 kilos y está perfectamente.

A media mañana de ayer, madre, hija y abuela abandonaban felices el hospital.

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