Sánchez o Feijóo, o Feijóo y Sánchez

Las elecciones generales presentan un intento por parte de los dos mayores partidos de volver al bipartidismo, como lo ponen de manifiesto los dos líderes, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Pedro Sánchez ve que se le acaba su mandato, y por eso lanza propuestas como un cara a cara televisivo con Feijóo cada semana: cinco cara a cara. Esto ningún presidente del Gobierno lo había propuesto. Es más, quien ve que va a ganar no quiere retos cara a cara, sino que los rehúye y prefiere algún debate con participación de los partidos con representación en el Congreso y el Senado.

Por otro lado, abundando en que Sánchez se ve perdedor, lanzó el bulo (así lo calificó él mismo) de aspirar a ser secretario general de la OTAN, como en su día lo fue Javier Solana, vistas las buenas relaciones con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Pero una cosa son las sonrisas y otra la Política, en mayúscula. Él mismo ‘desmintió el bulo’.

Un hombre como Sánchez, ¿cómo puede ser el responsable de la defensa de los Estados Unidos y sus aliados? Ha gobernado en coalición con comunistas y apoyado por separatistas y amigos de los terroristas. Tampoco parece nada claro que pueda sustituir a Úrsula von der Leyen en la cúpula de la Comisión Europea, y menos aún de la ONU: un portugués como António Guterres no puede ser sustituido por un español, es decir, por otro ibérico, sin ninguna experiencia en Naciones Unidas.

En resumen, podemos decir que Pedro Sánchez, ante la inminencia del ‘paro’ que se le avecina (si no quiere estar en la oposición), busca trabajo en relumbrantes organismos internacionales.

Su ego no le permite bajar escalones, aunque su pacto de gobierno a cinco (PSOE, ERC, PNV, EH Bildu y Podemos), que los italianos le llamarían el ‘pentapartito’, le ha retratado e inhabilitado, de alguna manera, para cargos del más alto nivel.

Es cierto que en la política exterior Pedro Sánchez no se ha apartado un ápice de la política exterior de Washington, pero eso nada tiene que ver con su actividad política y pactos en el interior. Sus coaligados en el Gobierno de España eran partidarios de no dar armas a Ucrania y de defender más bien a Moscú. Sin hablar de EH Bildu.

Por otro lado, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha sido hábil en tejer consensos entre los países del área de la OTAN y de Europa, y se ha esforzado mucho –él y la parte socialista de su gobierno– en preparar el semestre próximo en el que España será la presidenta de turno de la Unión Europea.

Estoy convencido de que Pedro Sánchez cree que Alberto Núñez Feijóo, una vez en la Moncloa, se va a estrellar: ¡no sabe ni inglés!, dice. Alberto Núñez Feijóo no es un experto en política internacional, como lo ha demostrado en más de una ocasión. Pero los presidentes son elegidos por su pueblo, por su país, y esto es lo que cuenta. No sé si a Feijóo le gusta tanto viajar como a Pedro Sánchez. Creo que no.

El candidato popular a la presidencia del Gobierno es más tranquilo y no tiene un liderazgo fuerte. Sin embargo, a diferencia de Pedro Sánchez se sabe rodear de personas muy válidas, tanto en lo económico, como en la política internacional, como en los distintos sectores de la política interior, tanto local como autonómica. Además, ha reconocido que el PP ha cometido «errores» en Catalunya.

No se puede olvidar que él ha sido un líder regional y regionalista, que ha defendido Galicia a capa y espada, su lengua y sus costumbres. Muchos dirán que poco, porque no fue un auténtico nacionalista gallego, pero hoy Galicia nada tiene que ver con la Galicia de Fraga, y que ha gobernado tres legislaturas. Este es un activo que le da experiencia en las artes de gobernar y de ganar elecciones.