Veinte años de Afanoc. Imprescindibles

Decía el genial Bertolt Brecht que «hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles».

En esta categoría hay que incluir, sin ningún género de duda, a los hombres y mujeres que desde la Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Catalunya (Afanoc) trabajan para que la vida de todos esos pequeños tocados por la cruel enfermedad del cáncer sea un poco mejor y para que sus padres tengan que ocuparse «solo de lo importante».

Para ello ofrecen toda una gama de servicios que van desde ayudar con todo el papeleo hasta brindarles una casa en la que hospedarse durante las estancias de los pequeños en el hospital, pasando por apoyo psicológico y emocional y otras labores tan fundamentales como reconfortantes. Los testimonios de los niños y jóvenes afectados por cáncer que ayer pudimos leer en este Diari de Tarragona con un nudo de emoción en la garganta, la gratitud con que recordaban la Casa de los Xuklis, son un reflejo fiel de los beneficios que sobre ellos ejercieron las atenciones que recibieron en los momentos de mayor dificultad de sus aún cortas vidas.

Para unos padres enfrentarse a la noticia de que un hijo padece un cáncer es una experiencia terrible. Saber que no estás solo para lidiar esa batalla, sentir el calor, la ayuda y el apoyo de una asociación como Afanoc en momentos tan duros no tiene precio. Como no lo tiene lograr arrancar una sonrisa a un niño enfermo.

Para eso hay que ser mejor que muy buenos; hay que ser imprescindibles. Así son las personas que integran Afanoc. Felicidades por estos veinte años y, sobre todo, muchas gracias.