Es el antiguo sendero que permitía acceder desde el núcleo de Albinyana a la cueva de Vallmajor. A través del bosque y por un terreno escarpado, el trazado no era fácil.
La falta de uso y porque se habitó un nuevo camino desde la Masia d’Escansa y por la cresta de la montaña, mucho más cómodo, motivó que el viejo sendero quedase en el olvido y ocupado por ramajes.
Con el objetivo se sanear ese paso y que pueda volver a ser utilizado, o al menos que recupere sus condiciones, la Agrupació de Defensa del Massís de Bonastre, ha recuperado el trazado.

Además se recuperó a Font del Toni, un lugar emblemático para Albinyana, y se acondicionó y saneó el sendero hasta la emblemática cueva de Vallmajor que alberga un rico patrimonio histórico y natural.
Esa cavidad, que el Ayuntamiento adquirió para garantizar su protección y de todo el entorno natural atesora unas pinturas rupestres datadas en la Edad del Bronce, con unos 3.000 años de antigüedad, además de ser asentamiento de una de las colonias de murciélagos más importantes de Catalunya.
El acondicionamiento del histórico sendero hasta la cueva ha de ser un impulso a la protección de las zonas naturales del macizo de Bonastre. La titularidad publica de una finca de 11 hectáreas pretende impulsar ese dinamizador cultural y ambiental.
Protegida
La cueva es Bien Cultural de Interés Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1998 por su interés arqueológico. También está protegida por su valor natural.
La cavidad de Vallmajor ya fue estudiada en los años 50. Con unos 400 metros de profundidad y un desnivel de 139 metros con un entramado de galerías, tiene tres salas que presentan estalactitas y estalagmitas, además de columnas formadas por la precipitación de minerales disueltos en las gotas de agua y el paso de los siglos. Fue un lugar de refugio para sus pobladores y se cree que pudo estar habitada hasta la época ibérica.

Las pinturas de la cueva son esquemáticas. Vallmajor es la cavidad más al noreste de la península con este tipo de pinturas de las que los científicos no aciertan a explicar su significado. Hace años ya tuvo que cerrarse la entrada a la cavidad para evitar la incursión de espeleógos aficionados y de vándalos que había dañado la cueva y ponían riesgo las pinturas.
Son un centenar de pinturas esquemáticas y geométricas, con pocos elementos animales. La aparición de huesos y restos de barro cocido también permiten revelar que en algunos periódicos podría tratarse de una cueva funeraria.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ya declaró a las pinturas rupestres en general como patrimonio de la Humanidad.
Vallmajor es también la cueva de los murciélagos. Más de la mitad de las especies que hay en Catalunya se han encontrado en la cavidad. En Vallmajor han llegado a identificarse diez de las 26 especies que hay en Catalunya. En el mundo hay 1.500 y en Europa 40.
La cueva es un enclave en el paso de zonas de cría a las de hibernación e incluso refugio durante el invierno. En 1934 se dio la primera de las tres únicas citaciones en Catalunya de una rara especie de murciélago.
El murciélago es una especie protegida y uno de los insecticidas más efectivos. También es un polinizador como las abejas.