El Gobierno comunica a ETA que no va a recibir nada por su desarme
La banda emitió ayer un comunicado en el que asegura que las armas y explosivos que tenía se encuentran 'en manos de la sociedad civil'. 'Que se disuelvan', replica el Ejecutivo de Rajoy

La banda anunció el cese de la lucha armada el 20 de octubre de 2011.
Nada. El Gobierno de Rajoy dice que no está dispuesto a ofrecer ninguna contrapartida a ETA por la entrega de las armas. «Que se desarmen y que se disuelvan. Eso es lo que tienen que hacer, pero no van a obtener nada», sentenció el portavoz gubernamental.
ETA emitió en la madrugada de ayer un comunicado en el que declara que «ya es una organización desarmada», ya que «las armas y explosivos que tenía bajo su control se encuentran en manos de la sociedad civil». El comunicado (ver en despiece en la página siguiente) lo remitió a la BBC británica y a varios medios vascos, y en él la organización terrorista advierte de que «el proceso no está completado» pues el «día del desarme será mañana», es decir, hoy 8 de abril, y avisaba de que todavía pueden producirse «ataques de los enemigos de la paz».
ETA aludía a la labor de los representantes sociales vascofranceses que han asumido la labor de «mediar» con la banda para entregar los arsenales a las autoridades galas, una tarea que aseguraron que hoy estaría ejecutada.
El ministro Iñigo Méndez de Vigo aseguró ayer que no va a haber «ningún rédito ni ningún beneficio político» para ETA por comunicar a las autoridades francesas la localización de sus arsenales.
El Gobierno de Rajoy considera que tras el desarme debe venir la disolución acompañada de una petición de perdón a las víctimas y a toda la sociedad. Los miembros de ETA también deberían colaborar con la justicia para clarificar los atentados que aún no han sido resueltos.
La Moncloa es escéptica sobre las intenciones de ETA y «no espera nada» del desarme que se debe materializar hoy en Bayona. Aunque está informada de primera mano por el Ejecutivo vasco –Rajoy y el lehendakari Iñigo Urkullu hablan con mucha frecuencia–desconfía de las intenciones de los terroristas y mantiene que es «una operación de propaganda», en palabras de un portavoz oficial. Aunque la posición es la de negarse a las contrapartidas por el abandono de los arsenales, en el Gobierno también se piensa en el día después de la disolución de ETA. Hasta que la organización no dé ese paso, sin embargo, no habrá ninguna respuesta de la Moncloa a las demandas del Ejecutivo de Vitoria ni del PNV. Los nacionalistas vascos han propuesto, entre otros asuntos, un acercamiento de los presos de ETA cárceles a no más de 250 kilómetros del País Vasco, y el Gobierno dio la callada por respuesta, aunque el PP mostró su disconformidad. Desde la Moncloa e Interior se apuntó que para abordar ese cambio de la política penitenciaria la organización terrorista primero debe disolverse para siempre. Con la inexistencia de ETA habría llegado el momento de replantearse la dispersión porque carecería de sentido una estrategia tendente a evitar la reorganización. Incluso, aceptan fuentes gubernamentales, podría repensarse la negativa a ceder al Gobierno vasco la competencia sobre las prisiones. Una reclamación recurrente de los nacionalistas vascos y a la que tanto los ejecutivos populares y socialistas han sido refractarios.