Los 8 principales cambios en las pensiones
Las últimas reformas del sistema han endurecido notablemente los requisitos para percibir una pensión

Habrá que trabajar hasta una edad más avanzada para percibir, además, una pensión inferior a la actual.
Una valoración pesimista de los cambios en las pensiones llevaría a decir que en 2016 hay que trabajar más, hasta una edad más avanzada para percibir una pensión algo inferior de la que correspondería con la anterior normativa. Sin embargo, también hay buenas noticias: las mujeres que se jubilen a partir de enero y que hayan tenido dos o más hijos recibirán una aportación extra.
65 años y 4 meses. Un mes más para acceder a la jubilación. La nueva edad ordinaria de retiro desde el 1 de enero es de 65 años y cuatro meses, a partir de la cual todos los trabajadores tienen derecho a solicitar una pensión, cuya cuantía dependerá de los años cotizados y las cantidades aportadas al sistema durante la carrera laboral. Pero todavía es posible jubilarse a los 65 años si el trabajador ha cotizado en el momento de jubilarse 36 años o más, una cifra que en 2027 deberá ser de 38 años y medio para poder hacerlo a la misma edad.
Periodo de cómputo. Se toman los últimos 19 años para calcular la pensión. Hay otra circunstancia que rebajará ligeramente la prestación a recibir en comparación con la normativa anterior. Serán computadas para calcular la pensión las cotizaciones realizadas los 19 últimos años, que serán 25 en el año 2022. Esta medida permitirá al sistema un ahorro muy importante, aunque una minoría de trabajadores podría verse beneficiada si en los últimos años de su carrera laboral cotizaron por bases más bajas que en el pasado.
Madres trabajadoras. La más reciente novedad del sistema, decidida por el Gobierno el pasado verano, va a permitir a las mujeres que se retiren a partir de este mes de enero cobrar entre un 5% y un 15% más de prestación, en función del número de hijos que hayan tenido. Si son dos, la aportación extra será del 5%; si son tres, del 10%, y si son cuatro o más, del 15%.
La medida pretende compensar de alguna manera la pérdida de tiempo de afiliación y de bases de cotización por la dedicación al cuidado de los hijos de las madres trabajadoras. Por el momento solo afecta a las nuevas jubilaciones, lo que introduce un cierto factor de discriminación para otras empleadas que se hayan retirado antes de esa fecha.
El gasto extra que supondrá esta mejora para el próximo año es de unos 50 millones de euros. En 2016, se beneficiarán de la medida unas 123.000 mujeres, cifra que se elevará 241.000 en 2017; a 350.000 en 2018 y a 455.000 en el año 2019.
Pensiones a la baja. La cuantía de las nuevas pensiones tiende a la baja. La aplicación de reformas como las citadas está ajustando paulatinamente el sistema y, a corto plazo, llevará a que comience a generalizarse el hecho de que las nuevas pensiones sean más bajas que las concedidas en años precedentes, una circunstancia que nunca se ha dado hasta la fecha. Y eso comenzará a suceder muy pronto. Por ejemplo, la prestación media nueva de octubre de 2014 fue de 1.052,99 euros, mientras que la de octubre de 2015 –último dato conocido– fue de 1.054,38, solo 1,39 euros más que serán absorbidos rápidamente.
Pensión media. Seguirá creciendo, por el momento. Pese a todo, el efecto arrastre permitirá que la pensión media siga creciendo, no solo porque a ello va a contribuir la subida del 0,25% decidida para 2016 y que es el incremento anual mínimo según la normativa vigente, sino porque las pensiones que se dan de baja son de una cuantía más reducida que las nuevas. La media de la paga abonada a comienzos del diciembre recién finalizado fue de 892,13 euros, frente a los 877 de un año antes.
Viabilidad del sistema. Beneficiarios y gastos crecen, pero a menor ritmo. Las diferentes cifras del sistema han ido moderando su crecimiento a medida que se queman las etapas de las últimas reformas. Por ejemplo, hace diez años la mejora anual de la prestación media era de en torno al 5% o al 6%. Por otro lado, también está desacelerándose la cifra de pensiones en vigor, como consecuencia del aumento de la edad de jubilación y de otras medidas. Así, los 9,349 millones de prestaciones del último mes de 2015 son el 0,99% más que hace un año, un alza anual inferior al 1% que nunca se había dado a ejercicio cerrado.
Todo esto ha llevado también a la ralentización del gasto en prestaciones, que en términos mensuales fue en diciembre de 8.341 millones de euros (excluida la paga extra de ese periodo), una cifra sin precedentes que crece a un ritmo del 2,91% y que es, a su vez, el alza interanual más baja de la historia. Hace una década, ese incremento de la nómina mensual alcanzaba 8 puntos.
Más esperanza de vida, menos pensión. Con el comienzo de 2016 faltan tres años justos para que se aplique por primera vez el factor de sostenibilidad, que tiene en cuenta la esperanza de vida de los trabajadores en el momento de su jubilación.
A este elemento se le conoce también como ‘factor de equidad intergeneracional’ y se aplicará en el cálculo de la primera pensión, en función de lo que haya variado la citada esperanza de vida en los últimos cinco años. Es decir, si esta hubiera crecido, a la pensión resultante del cálculo ordinario se le aplicaría un descuento proporcional; y si se diera el improbable caso de que hubiera bajado, se le aplicaría un plus.
Los efectos de la crisis están produciendo hasta la fecha un casi estancamiento de la esperanza media de vida, por lo que, a falta de lo que suceda en los próximos años, el recorte a las pensiones que se otorguen a partir de 2019 no debería ser muy significativo.
Jubilación anticipada. Dos años antes de la edad ordinaria. La edad para acceder a la jubilación anticipada voluntaria crece de manera paralela a la de la jubilación ordinaria. Para este 2016 será de 63 años y cuatro meses, dado que es siempre de dos años menos que la edad oficial, y es válida tanto para asalariados como para autónomos.
En casos de despido, la edad es de 61 años, y es necesario llevar seis meses inscrito como parado. Para ello hay que cumplir unos requisitos mínimos de tiempo cotizado, al que se podrá sumar hasta un año correspondiente al servicio militar o de servicio sustitutorio. Naturalmente, el retiro anticipado lleva importantes descuentos por cada trimestre de adelanto.