Carlet Petit, el vecino del Camp que ha sufrido unos 580 accidentes para películas y anuncios: 'Todos piden que les atropelle yo'

Es uno de los pocos especialistas en accidentes para películas y anuncios que hay en el Estado

19 mayo 2017 21:17 | Actualizado a 24 diciembre 2019 18:20
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Cuando en la escena hay un atropello ninguno de los especialistas duda. Todos escogen a Carlet Petit. «Piden que les atropelle yo», explica el propio Carlet Petit. Su nombre es Carlos Sánchez. Lo de Carlet Petit le viene de su maestro en accidentes de circulación:el doble de actores, Alain Petit.

Carlet recuerda que en 2004 trabajaba en un desguace en Roda de Berà y entró Alain Petit buscando coches para un espectáculo de Motor Show. «Me fascinó y le pregunté cómo lo hacía». Semanas después Carlet ya sabía conducir sobre dos ruedas y dar vueltas de campana.

580 accidentes

Desde entonces ha tenido 580 accidentes entre películas como Combustión, de Daniel Calparsoro, El Niño, de Daniel Monzón o para anuncios de la Dirección General de Tráfico para la prevención de siniestros por el uso del teléfono móvil o de compañías de seguros.

Han sido variados. Frontales, atropellos, vueltas de campana. O precipitarse por un barranco. «Por muy bien preparado que esté, en un accidente siempre surgen imprevistos». Para la película Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, tuvo que lanzarse con un todoterreno por un barranco. «Bajé dando vueltas de campana todo el rato». El equipo de grabación quedó petrificado e inmóvil cuando el todoterreno, por fin, paró. «Son esos segundos de silencio en los que nada se mueve. Cinco segundos y empiezas a oír al equipo que viene a ver cómo estás», explica el especialista.

Rodilla hecha un sonajero

Tiene cuatro hijos. Cuando le acompaña a rodajes su mujer prefiere quedarse en el hotel y una de sus hijas le pide que lo deje. Que con varias costillas rotas, la rodilla como un sonajero «y que a medida que pasan los años noto más el cambio de tiempo», hay bastante.

Pero para Carlet Petit la adrenalina «o porque es lo mejor que se hacer» le hacen seguir. Ysu teléfono está en las agendas de quienes necesitan un accidente para una película o un anuncio. «¿Miedo? A lo que tengo más miedo es a hacerlo mal. Sólo me pongo nervioso cuando dicen: acción. En el momento del accidente estás solo. Si lo haces bien hay aplausos, pero si lo haces mal te sientes solo». Aunque a 100 kilómetros por hora al saltar por una rampa «no sabes donde vas a ir a parar».

No es posible con ordenador

El oficio sigue porque todavía hoy hay cosas que no se pueden hacer con un ordenador. «Debe haber un conductor para que la escena quede creíble». Como los atropellos, «una de las cosas más arriesgadas». Carlet explica que ese tipo de accidente requiere mucha precisión. Los atropellados también son especialistas. Suelen hacerse a 30 kilómetros por hora. «En el momento del impacto si das gas a tope el atropellado sale por encima del coche. Si frenas en seco, sale despedido hacia adelante. Lo que pida el director. Todos quieren que les atropelle yo».

 

Precio según el accidente

El especialista, afincado en Albinyana y que trabaja en El Vendrell, explica que no es una cuestión de dinero. Se cobra en función del tipo de accidente. Una persecución o salir disparado y dar varias vueltas de campana puede suponer unos 500 euros al día. Despeñarse por un barranco podría llegar a los 6.000. «Todo depende del riesgo».

Sánchez también tuvo su propio espectáculo de Motor Show, el Gas Extrem Show, con el que recorrió la geografía. De hecho así comenzó en 2006 después de que llegase a Cubelles un Motor Show italiano y Sánchez les pidiese hacer una prueba. «Les gusté y se me quedaron. Debuté en Tarragona. Estuvimos dos años de gira por España e Italia. En Motor Show he tenido 480 accidentes».

Explica que ese tiempo le dio mucha experiencia «aunque no dejas de aprender y cada coche es un mundo». Pero tiene claro que una cosa es el rodaje y otra la carretera real. «Al volante respeto todo. No me gusta correr. Veo muchas locuras a diario. La gente no sabe que se juega la vida. No tienen ni idea de las reacciones que puede tener un coche en algunas maniobras».

Ahora espera la presentación de una última película en la que ha participado. En Galicia. «Tenía que llevar un camión y quedar frenado en seco a pocos centímetros de un peregrino».

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