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Creu Roja Vila-seca clasifica por tallas en estantes la ropa que los vecinos le donan. Una de las aulas de su sede, en la avenida Catalunya número 1, está repleta de camisetas, camisas, pantalones, zapatos... Son de segunda mano pero están en perfecto estado. Hay para todas las edades. Un grupo de voluntarios se encarga de ordenarla. Da forma al banco de ropa solidario dirigido a las personas más desfavorecidas del municipio. Funciona desde hace poco más de un mes.
«Entregamos, sobre todo, ropa infantil a parejas con niños o prendas de abrigo y de recambio a indigentes que vienen por aquí», manifiesta María del Mar Cortés, técnica de Creu Roja Vila-seca.
Dos trabajadoras sociales voluntarias y la propia Cortés seleccionan a las personas ‘aptas’ para recibir ropa de este banco solidario. Antes de dar nada conocen a los demandantes. Analizan cada caso para saber su situación y decidir qué les entregan. «Suelen ser personas o familias en paro, sin ingresos. Algunas llevan mucho tiempo en una mala situación económica, otras no tanto», explica Cortés.
Toda la ropa que Creu Roja Vila-seca reparte de manera gratuita procede de donaciones particulares de vecinos. «La gente hace limpieza en casa y nos trae cosas que ya no le valen o son de años anteriores. Una zapatería también nos dio zapatos nuevos que ya no tenía a la venta porque eran de otras temporadas», recuerda Cortés. También recogen juguetes. Los voluntarios examinan cada artículo para ver si están en buenas condiciones. «No damos todo lo que nos llega».
El banco de ropa está abierto de lunes a viernes, de nueve de la mañana a una del mediodía.
Creu Roja Vila-seca lleva a cabo otras iniciativas solidarias. Colabora con el banco de alimentos del Ayuntamiento recogiendo comida y cultivando huertos ecológicos en un pequeño terreno en su sede. Voluntarios de todas sus edades –en su mayoría personas mayores– cultivan lechugas, habas, espinacas... «Con estos productos complementamos nuestra aportación al banco de alimentos», concluye Cortés.
