Un escudo de Ferrari de doce metros de alto, nueve de ancho y nueve toneladas de peso preside, desde ayer, el skyline de PortAventura. Una grúa de grandes dimensiones colocó el emblema del Cavallino Rampante en el frontal de la atracción estrella deFerrari Land: el acelerador vertical. Un año después de la puesta de la primera piedra –la puso el campeón del mundo de Fórmula 1 Sebastian Vettel el 7 de mayo de 2015–, las obras del parque ya han alcanzado su ecuador. Empiezan a tomar forma los edificios inspirados en la fábrica de la marca italiana o en la casa de su fundador, Enzo Ferrari. «Los trabajos avanzan según el calendario previsto», asegura Luis Valencia, director de Desarrollo de PortAventura y responsable de Ferrari Land. Abrirá sus puertas en abril de 2017.
Las pruebas del acelerador vertical comenzarán dentro de «un mes o mes y medio», en cuanto esté establecida la conexión eléctrica y la alineación de las vías. Con una altura de 112 metros se convertirá en la montaña rusa más alta de Europa. Desbancará a Shambhala (76 metros), también ubicada en el resort de Salou y Vila-seca. Sus tres trenes, con una capacidad total de 1.200 pasajeros cada hora, pasarán de cero a 180 kilómetros por hora en sólo cinco segundos. Se elevarán hasta la cima por uno de los dos lados de la estructura y caerán en picado por el otro. Su recorrido durará unos treinta segundos.