<iframe src="https://www.googletagmanager.com/ns.html?id=GTM-THKVV39" height="0" width="0" style="display:none;visibility:hidden">
Whatsapp Diari de Tarragona

Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
Diari
Comercial
Nota Legal
  • Síguenos en:

La noche en que Vandellòs I pudo haber sido un Chernóbil

Hoy, en ‘Nits sense ficció’ y 3Cat, se estrena un documental y una miniserie del director Álvaro Sanz, nacido en Hifrensa e hijo de un empleado de la central nuclear. ‘Els heroïs de Vandellòs I’ honra a los trabajadores que evitaron la catástrofe el 19 de octubre de 1989

27 mayo 2025 20:28 | Actualizado a 27 mayo 2025 20:43
Se lee en 2 minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
0
Comparte en:

«Alrededor de esa noche se formó un silencio. Ni en mi casa ni en el resto se habló. Mi padre, que ahora tiene 80 años, es de una generación que no explicaba las cosas: a aquellos trabajadores de Vandellòs I, cuando se les preguntaba, respondían ‘no, se quemó una turbina’. No sabían, sentían miedo, era la versión que tenían y creían en ella. Había que abordar lo que ocurrió y poner en valor la labor de los empleados y los bomberos», explica Álvaro Sanz (L’Hospitalet de l’Infant, 1977).

Sanz es el director de Els heroïs de Vandellòs I, la miniserie sobre los profesionales que evitaron la catástrofe en el incendio de la central nuclear el 19 de octubre de 1989, que esta noche verá la luz en formato documental dentro de Nits sense ficció de TV3 (22.05 h) y se colgará en 3Cat. Y es, también, nacido en el poblado de Hifrensa –el conjunto residencial en el que se alojaba al personal–, hijo de uno de los empleados que vivió lo que pudo haber sido otro Chernóbil.

«No he ido a buscar secretos, sino a aclarar algunas cuestiones que estaban pendientes, a hablar con personas que tenían que hablar y a contar la historia a Tarragona, porque mucha gente no la recuerda. Hay personas de mi edad que entonces todavía eran niños y no saben nada de aquello», detalla.

La miniserie, con tres capítulos de 45 minutos, y el documental de unos 70, articulados a partir de 50 entrevistas, «no tratan de posicionarse políticamente» y «no hablan de cuestiones de energía», sino que «destacan la labor de la gente». El lunes, se celebró un preestreno del proyecto en L’Hospitalet con parte de sus protagonistas.

A las 21.39 horas del jueves 19 de octubre de 1989, originada por una grieta, saltó una alarma de vibración en uno de los ejes de las turbinas de los generadores principales de la central nuclear Vandellòs I. Fue la primera de muchas. Se oyeron varias explosiones. Se comprobó la existencia de un incendio que se propagó por el cableado. Agua del mar entró en el reactor como una inundación incontrolada.

Las comunicaciones con el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS) y el Gobierno Civil (actual Subdelegación) no funcionaron. Comenzó así el accidente más grave de los últimos tiempos en Europa Occidental. La temperatura del circuito de refrigeración quedó a solo tres grados de la catástrofe.

Pánico y desconocimiento

Numerosos efectivos de Protección Civil y bomberos de toda la provincia y de fuera acudieron a Vandellòs I. Los testimonios de aquello recogidos por el Diari de Tarragona en los días posteriores –la cobertura periodística se llevó a cabo a partir del aviso de vecinos que vieron que algo pasaba– hablaban de «pánico» entre los trabajadores –el humo dificultaba las operaciones y hubo problemas para refrigerar el núcleo del reactor– ante una situación «terrorífica», y que «la población no tenía la más mínima idea de lo grave que pudo ser».

«Hasta la mañana del día después, no me enteré de lo ocurrido. En caso de evacuación forzosa, no sé cómo hubieran salido todos los coches por la carretera de un solo carril», explicó a este rotativo Hermenegildo Cano, quiosquero de L’Hospitalet de l’Infant, el 23 de octubre. Antonio Naranjo, policía, supo del accidente por «la llamada de una señora del pueblo» y explicó que las autoridades «estimaron oportuno no alertar a la población». «Me siento insegura. No se informó y no sabíamos qué hacer», expresó María Luisa Alfonso en su negocio de pesca salada en Vandellòs.

Semanas más tarde, el Ministerio de Industria y Energía suspendió el permiso de explotación de la central, propiedad en aquel momento de la empresa Hifrensa, por la gravedad del incidente, que había sido de nivel 3 –el de Chernóbil era de 7– en la Escala INES. Y, a raíz de la presión popular y habiéndose valorado todas las alternativas posibles, Vandellòs I se cerró el 30 de mayo de 1990. Ahora, Els heroïs de Vandellòs I honra el valor de quienes nos salvaron a todos.

Comentarios
Multimedia Diari