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Las zonas de aparcamiento naranja de Vila-seca ya llevan una semana en funcionamiento. En este tiempo, según datos facilitados por el Ayuntamiento, han utilizado la aplicación para validar su estacionamiento 116 personas, con un total de 200 usos. Teniendo en cuenta que el total de plazas que se han habilitado es de 128, supone apenas un uso por cada plaza durante los primeros siete días de implantación.
La acogida ha sido bastante desigual según las zonas. Así, las plazas naranja que más usos han registrado han sido las que se encuentran en la calle Comte Sicart, en el centro histórico, y las diversas ubicaciones a lo largo de la avenida Ramon d’Olzina, que suman prácticamente la mitad de las rotaciones de coches que se han formalizado a través de la aplicación móvil Aparcar. Por el contrario, en la zona naranja de la calle Santiago Rusiñol se han activado los 15 minutos de aparcamiento una sola vez en toda la semana.
Desde el consistorio han hecho un balance positivo de estos primeros días de activación de lo que han llamado sistema de aparcamiento dinámico. Mientras, entre la ciudadanía se mantienen las reticencias sobre este nuevo sistema que limita el tiempo de aparcamiento a 15 minutos en una veintena de puntos de la localidad.
«El Ayuntamiento de Vila-seca valora muy positivamente la colaboración y adaptación de los vila-secanos y las vila-secanas a este nuevo sistema, recién estrenado, que tiene el objetivo de facilitar y dinamizar las plazas de estacionamiento, sin ningún coste para los usuarios», han explicado desde el consistorio.
Desconcierto inicial
Entre la mayoría de vecinos, la nueva regulación de los aparcamientos públicos ha despertado cierto desconcierto. En un principio, las zonas naranjas empezaban a funcionar el lunes pasado, pero no fue hasta ayer que se descubrieron la mayoría de señales verticales, que estaban tapadas con bolsas de basura. «No las he utilizado ni sé cómo funcionan, pero veo que han quitado mucho sitios para aparcar», denuncia Mónica. «Es un dolor de cabeza. Yo ya no aparco nunca en mi calle y, a según qué horas, está medio vacía», señala Yolanda.
«Es un desastre», explica otra vecina, que sostiene que el sistema no está bien planteado. «En la calle Josep Anselm Clavé, a las 4 y media de la tarde, han aparcado los coches en la zona de carga y descarga que hay frente al supermercado para recoger a los niños del cole. Ha llegado el camión para descargar y no tenía sitio, con lo que ha tenido que aparcar encima de la acera, tapando el paso de peatones», relata.
Otro de los aspectos que más críticas ha despertado es la necesidad de tener que incorporar una tarjeta de crédito en la aplicación para poder utilizarla. «Si aparcar es gratis, no tiene ningún sentido que te pidan los datos bancarios. No me siento cómodo poniendo estos datos en internet», comenta Juanjo. Desde el consistorio insisten en que éste es un sistema gratuito y que «estos datos son solicitados a los usuarios porque la aplicación también es utilizada por otros municipios donde sí tienen sistemas para aparcar de pago».
Críticas de la oposición
Los partidos de la oposición también han cargado contra el nuevo sistema de aparcamiento tras los primeros días en servicio. «No se ha estudiado bien el tema y tendrán que rectificar tarde o temprano como ya les avisamos», auguran desde Vila-seca en Comú. Como ejemplo, señalan las plazas de la Rambla de Catalunya, «una zona donde ninguno de los edificios tiene parking y habían habilitado todo el lateral de naranja». Además, reclaman que se elimine uno de los tramos de la calle Tenor Josep Forasté, así como en calles donde hay supermercados que ya disponen de aparcamiento propio.
Desde Decidim Vila-seca aseguran que «los comerciantes con quienes hemos hablado nos han mostrado su descontento ante esta medida, porque no ven que suponga una mejora para el comercio de Vila-seca, que tiene muchos problemas, pero la carencia de aparcamiento no es uno de ellos». Además, la formación critica que el sistema «se ha aplicado de una manera arbritraria, sin ningún estudio previo que justifique la necesidad».
En la misma línea, el regidor no adscrito, Joan Anton Ramírez, lamentaba ayer que «esta es una iniciativa que se ha llevado a cabo sin preguntar ni consensuar con nadie». «No me parece mal el objetivo que se pretende, pero me parecen excesivas las zonas, el sistema de control de las mismas y las zonas seleccionadas», añadía.
Sensores para monitorizar las plazas de parking
En paralelo al despliegue de las zonas de aparcamiento naranja, el Ayuntamiento de Vila-seca está implantando un sistema de sensores que pretende monitorizar el uso de estas plazas y obtener así datos para conocer la demanda de aparcamiento según las zonas del municipio. Esta iniciativa, que desarrolla la empresa Park Help, forma parte de la iniciativa del Laboratori SmartCatalonia, una red de municipios y entidades territoriales que ofrecen sus espacios públicos para que pequeñas y medianas empresas como ésta, con sede en el polígono Alba, puedan probar sus soluciones TIC. Así, este proyecto piloto que se desarrolla en Vila-seca no supone ningún coste añadido para las arcas municipales.
