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Hacía días que los vecinos del barrio del Tancat de El Vendrell no veían a la pareja con los dos pequeños, lo que levantó las alarmas.
También la Policía Local les había perdido la pista. Desde hacía un tiempo realizaba un seguimiento de la pareja que había llegado a El Vendrell hacía unos 10 meses y que también había tenido una observación por parte de Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) en Barcelona, de donde procedían.
En un primer momento los padres con los dos pequeños ocuparon de manera ilegal una vivienda en Masos de Coma-ruga.
Robo en el carrito
Comerciantes de El Vendrell explicaban que acostumbraban a usar a los niños para robar. Entraban a supermercados y otros establecimientos con los carritos y en un doble fondo ocultaban productos.
Pero la preocupación se extendió por el barrio ya que hacía más de una semana que no se sabía nada del paradero de los padres y de los pequeños, de 11 y 22 meses.
Movilización
La Policía Local movilizó a todas sus patrullas, incluso pidió ayuda a un agente recién jubilado y colaboración ciudadana. La situación era urgente ya que se temía un desenlace trágico.
Había la dificultad añadida de que los padres acostumbraban a pasar de una vivienda ocupada a otra, lo que complicaba la búsqueda.
Finalmente los agentes lograron ubicar la vivienda en la que podían estar los pequeños. El padre había ingresado en prisión semanas antes por anteriores causas pendientes.
En el centro
Ahora ocupaban un piso en un bloque ocupado en la calle Baix Camp, en el centro histórico de El Vendrell.
Cuando la Policía Local logró acceder a la vivienda encontró a los dos niños en una condiciones deplorables y totalmente desatendidos.
La casa estaba llena de basura y había restos de consumo de drogas. También encontraron a la madre en la vivienda.
Al hospital
Los agentes avisaron al Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) que socorrieron a los pequeños y los llevaron al hospital, donde fueron atendidos.
En el piso también estaba la madre que tras pasar a disposición judicial quedó en libertad.
La Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) se ha hecho cargo de la tutela de los pequeños a la espera de que el juzgado dicte lo que debe hacerse con ellos.
