Tom Roy, el pintor optimista
La vida de este creador afincado en Reus se ha enfocado al arte después de superar cuatro años de grave enfermedad

«Antes de sufrir el cáncer, no había cogido un pincel en mi vida. Yo creo que, de las transfusiones de sangre que me inyectaron, alguna debía proceder de algún artista». Las palabras de Ton Roy, aficando en Reus desde hace 22 años, confirman una historia de vida extraordinaria. En 2014 le diagnosticaron una grave enfermedad justo cuando ejercía como director comercial de una empresa a nivel internacional. Aquella dolencia le cambió la vida en todos los ámbitos.
Durante cuatro años peleó para conservar su existencia inmerso en distintos tratamientos. Hasta el punto que «al principio me dieron una quimio que no era la correcta para el tipo de cáncer que yo sufría. Ya, en el Hospital Clínic de Barcelona, empecé a mejorar con sesiones de quimio y radio», rememora el artista. Justo en esa época de resistencia descubrió una vocación inesperada para él. «Empecé a hacer bocetos en unas libretas que me traía mi mujer al hospital. Me di cuenta que las horas se me pasaban volando».
Después de mostrar sus habilidades a los amigos, uno de ellos le animó a que probara suerte con el arte. Y, una vez recuperado, ha enfocado su vida a la pintura. Hasta el punto que ya ha expuesto en más de 20 salas, sobre todo a nivel de Barcelona y Tarragona. En este momento su obra se encuentra en un hotel de Sitges y parte de ella en una muestra colectiva en Valls.
El estilo de Tom Roy se arropa a lo figurativo, pinta al ser humano con una expresión frágil, casi infantil, pero con extremidades fuertes, desproporcionadas, en posición torcida, a punto de dejar el resto que lo bloquea. Persigue el objetivo de representar la verdadera fuerza de las personas que se subestiman a sí mismas pero que en realidad son capaces de superar cualquier obstáculo. En este sentido, su ejemplo le ha ayudado a darse cuenta de la fortaleza real que puede exhibir cualquier humano.
«Quiero describir las autolimitaciones que nos imponemos, ya que somos realmente capaces de cualquier cosa, pero no logramos la mayoría de nuestras metas porque estamos bloqueados por nuestras propias inseguridades y complejos», reafirma un artista que trabaja mucho a través de las redes sociales. «Cuesta salir al mercado, por eso intento aprovechar la oportunidad digital que tenemos hoy en día».
Esta prueba que le puso la vida, le permitió descubrir nuevos horizontes muy alejados de su zona confort anterior. «Viajaba mucho por el trabajo y nunca pensé que podría dedicarme a algo tan distinto. Encontré la pintura y la fotografía en el momento justo para salvar literalmente mi vida». Alto y claro.