Verano
El Yin y el Yang: así se siente la conexión entre tierra y mar
Hike&Boat permite recorrer a pie las maravillosas calas de L’Ametlla de Mar y contemplarlas capitaneando una embarcación

El camino de ronda de la costa de L'Ametlla de Mar pasa por infinidad de calas preciosas.
Black&White. Yin&Yang. Hike&Boat. Polos opuestos... Que se atraen. ¡Vaya si se atraen! Ah, ¿que no saben qué es el hike&boat? La traducción literal: Caminata y barco. La traducción práctica: La actividad recién salida del horno que se puede hacer desde el puerto de Calafat y que combina una ruta a pie por el camino de ronda de las calas de L’Ametlla de Mar con las vistas de esas maravillas desde un barco que capitanea uno mismo porque no requiere licencia de navegación.
Salgo de casa embutida en mi bikini, unos shorts, una camiseta y unas bambas. Ese es el Yin. Pero antes de salir, chequeo el Yang: toalla de playa y chancletas. Todo en orden, me encuentro con mi amiga Elisa con quien compartiré la actividad y, ¡a la aventura!
En el puerto de Calafat nos dan un mapa. Preguntamos por las calas más vírgenes y nos recomiendan comenzar a caminar desde Cala Sant Jordi hasta Cala Xelin –por una cuestión de reloj–, lo que en total son unos 8 km. Arrancamos a las 11.30h y debo confesar que no llegamos a nuestro destino... ¡Porque nos quedábamos boquiabiertas con cada rincón de esa costa que tenemos a escasa media hora de Tarragona! Queríamos saborear cada minuto, respirar cada brisa, distinguir cada tono azulado del mar... Y agradecer el poder disfrutar de ese paraíso que, les garantizo, nada tiene que envidiar con el entorno de las Islas Baleares.
Cogimos unas cervezas y unas patatas en un chiringuito de cala Forn y, mientras seguíamos las indicaciones del GR-92, buscamos el rincón más paradisíaco posible para evadirnos y darnos un chapuzón. El reloj apretaba –teníamos que navegar– y paramos en cala Mosques. Luego, volvimos dispuestas a coger nuestro propio timón y contemplar, esta vez desde el mar –el Yang– todas aquellas maravillas que acabábamos de pisar.
La embarcación nos esperaba en el puerto. Después de aproximadamente 15 minutos de escuchar con especial atención las 'instrucciones’ de navegación, nos dispusimos a dar rienda suelta a nuestra próxima aventura. Cogí el timón para sortear las barcas del puerto y salir a mar abierto... Donde la brisa que se había girado empezó a tambalear nuestro pequeño refugio y nos hizo recular. Cosas de la madre naturaleza. Aunque parezca contradictorio, esto es lo que la hace maravillosa. ¿Se dan cuenta? Otra vez asoma el Yin&Yang.
Aun así desde aquí, mi humilde recomendación: Hacer el paseo en barco por la mañana.
Más información: www.nauticparc.com