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La revista Microbiome ha publicado un estudio a cargo del grupo DIAMET, formado por investigadores e investigadoras del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV)-CERCA, la Universitat Rovira i Virgili (URV) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM). El estudio ha descubierto un nuevo tipo de probióticos que pueden ayudar al tratamiento de enfermedades inflamatorias y metabólicas como la obesidad o la diabetes.
La información que ha conseguido el grupo DIAMET, respaldado por Fundació ”la Caixa”, les hace considerar que la salud metabólica de las personas afectadas por estas enfermedades podría mejorar considerablemente al disminuirles los niveles de succinato en la sangre mediante la administración de bacterias específicas que actúan como probióticos.
El succinato lo producen de forma natural las células de nuestro organismo y las bacterias intestinales o microbiota. Una vez se altera la microbiota intestinal es cuando comienzan a florecer episodios de inflamación que están relacionados con la obesidad o la diabetes. «En investigaciones previas de nuestro grupo básicamente mostrábamos que estos pacientes tenían más bacterias productoras de succinato y menos consumidoras, pero no habíamos conseguido probar una relación directa causal. En esta investigación y mediante el uso de modelos animales obesos libres de microbiota, demostramos que la microbiota intestinal es el origen de los niveles aumentados de succinato en obesidad y diabetes», explica la investigadora Sonia Fernández-Veledo.
Los probióticos son un tipo de alimentos o suplementos que incluyen microorganismos vivos cuya función se centra en mantener o mejorar las bacterias buenas del organismo. Este tipo de complementos alimenticios podrían llegar a reducir el número de personas con obesidad a escala global, unos datos que se han multiplicado por tres en los últimos 50 años, según la Organización Mundial de la Salud.
Se puede motorizar
El descubrimiento de este tipo de probióticos ha demostrado que también se puede monitorizar la efectividad de estos, ya que «gracias a este estudio, ahora conocemos su mecanismo de acción, y, por otro lado, el resultado de la actividad de estas bacterias es fácilmente medible en sangre como se indica en la investigación», declara la investigadora Isabel Huber.
Desde el grupo DIAMET esperan que su descubrimiento se llegue a comercializar para ayudar a las personas con este tipo de trastornos.
Igualmente, ya están trabajando en otras líneas de investigación, a través de la spin-off Succipro, para tratar de descubrir terapias que disminuyan el succinato y que ayuden a tratar este tipo de enfermedades inflamatorias y metabólicas en las personas.
