Jordi Neira (Reus, 9 de noviembre de 1964) disputó con la Selección Española de waterpolo los Juegos de Casablanca’83 y Latakia’87, logrando sendas medallas de plata junto a sus compañeros.
¿Cómo recuerda los Juegos de Casablanca de 1983?
Fue una experiencia gracias a la cual pudimos conocer una cultura muy diferente a la nuestra.
¿Qué significaron aquellos Juegos para usted?
Para mí personalmente significaron una buena oportunidad de jugar con el primer equipo, a pesar de ser muy joven.
¿Personalmente sufrió como una parte de la expedición gastroenteritis en Marruecos?
Sí, también la sufrí y nos reuníamos muchos en el lavabo que parecía nuestro lugar de encuentro.
¿Qué recuerda del partido contra Italia de la liguilla final y del encuentro decisivo ante Yugoslavia?
El equipo italiano también estaba formado por muchos jugadores jóvenes como nosotros y Yugoslavia en aquellos momentos era un equipo muy superior a todos los otros.
¿Cómo valora la medalla de plata conseguida?
Muy positivamente y era lo que pensábamos que podíamos conseguir, porque Yugoslavia era muy superior y muy difícil de ganar.
En el 87’ también ganaron la plata...
Aquí ya tenía unos años más y una mayor experiencia; a pesar de todo, el equipo estaba compuesto por jugadores jóvenes que aprovechaban para participar en competiciones de la máxima categoría.
¿Qué pasó en el viaje de Damasco a Latakia?
Era una carretera con muchos hoyos y que no terminaba nunca. A mitad del trayecto paramos en un sitio que parecía ser una área de servicio, pero que en realidad era una especie de chiringuito en el que había tantas moscas que no te atrevías a tomar nada.
Ese año 1987 se quedó sin vacaciones…
Sí, fuimos directos de Latakia a Viena para encontrarnos con los compañeros de Catalunya de cara a la competición Europea de clubes.
