«Nadie quiso ayudar al CF Reus»

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En marzo de 2021 el administrador concursal del CF Reus certificaba la disolución de la SAD. Un final a una historia que se truncó en 2018. El documental elaborado por Andreu Rauet, Adrià Tella y Víctor Gómez como un Trabajo de Final de Grado (TFG) repasa a los meses de agonía que vivió el club rojinegro con entrevistas a algunos protagonistas y periodistas.

¿Por qué el Caso Reus para un TFG?

Andreu Rauet: Queríamos hacer una especie de recopilación de lo que había pasado. Mucha gente había tratado el tema, pero de forma esporádica y de temas individuales. Queríamos ponerlo todo en contexto y en un solo formato.

Adrià Tella: Ya sabíamos que no íbamos a sacar la verdad al 100%. Lo teníamos claro. Pensamos que nadie había juntado todo lo que había pasado. Vimos ese resquicio para hacer el TFG.

¿Por qué se hundió el CF Reus?

A.R: Tuvo mucha culpa Joan Oliver y todo su entorno: Joan Laporta, Rafa Yuste y Joan Centelles. Se engancharon los dedos con inversiones en China. A partir de aquí se generaron una serie de enemigos que no ayudaron en nada al club: El Ayuntamiento y Tebas. El Reus murió porque nadie fue capaz o no quiso ayudarlo.

AR: Pensar que solo Oliver es culpable sería un error. El Ayuntamiento, LaLiga, Ciudad, sponsor, aficionados... Quien más quien menos tienen su responsabilidad. El principal es Oliver, pero todo el mundo debería hacer una autocrítica y pensar qué hicieron mal.

¿Quiénes fueron las víctimas de la desaparición del CF Reus?

A.R: Los empleados. Los aficionados se quedan sin equipo y es un fastidio importante. Pero quien se queda sin trabajo son los empleados. Además, durante un año entero fueron cada día a trabajar su jornada completa horas sin cobrar.

Víctor Gómez: También la base. Se pudo recuperar algo con el Fundació FB Reus, pero se perdieron muchas categorías y los jugadores de base perdieron una buena oportunidad para crecer.

¿Intentasteis hablar con Joan Oliver?

Llegar a él es complicado. Conseguimos hablar con su entorno. Gente de confianza. Pero la condición era que en el relato se les tratara de víctimas. Nos negamos. Sería distorsionar la realidad.

AT: Hablamos con el bufete de abogados de Laporta. Le hicimos llegar la propuesta pero la declinó. Teníamos claro que pasaría. Luego, es verdad que si ha habido gente que nos ha sorprendido que no quisiera hablar.

¿Cómo quién?

El Ayuntamiento. Nos sorprendió que no quisieran comentar nada. Al final no son culpables. Solo queríamos conocer su opinión. El alcalde nos llegó a citar. Con las preguntas enviadas, un día o dos antes nos dijo que no. Lo mismo pasó con Javier Gómez, director general de LaLiga. A última hora nos dijo que no.

¿Sentimiento de culpabilidad?

AT: No sé si se puede sentir culpable el Ayuntamiento. El alcalde tiene una relación estrecha con Laporta y creo su negativa que tiene que ver con el no querer revolver más en un tema que afecta a una persona de su confianza.

AR: A mí lo que me sorprende es la frivolidad del Ayuntamiento de ir al palco del Estadi cada semana para hacerse la foto con la bufanda del nuevo CF Reus Reddis.

¿El principio del fin es China?

AT: Tengo muchas dudas en el tema económico. Oliver se marcha diciendo que son 5 millones de deuda, aunque después se incrementa esa cifra. Pero luego cuando se habla de la China se dice que el Reus ha perdido un millón y medio o dos millones. Hay una diferencia muy grande. Por mucho que despilfarres no llegas a esos tres millones. El problema es que no hay información. Creo que en China no solo había la inversión en el BIT FC (el Reus adquirio un paquete accionarial). Pero no se acabará de saber más.

¿Y Onolfo?

AR: La primera imagen de Onolfo en Reus es de una persona dejada, con ropa sucia. ¿Este es el salvador del Reus y no puede ni pagar los hoteles?

AT: Cuando la viví en ese momento, desde fuera, era surrealista. Hablamos con Onolfo y al principio estaba contento de que le pidiésemos salir en el documental. “El Reus está vivo”, nos decía. Después desapareció. No nos contestó. Hablamos con su mujer y su sobrino y no sabían ni dónde estaban: “Haciendo negocios”.