Viti: 'Cada minuto que juego soy feliz'

Llegó a Tarragona para guiar a la Pobla a Segunda B, hoy es pieza clave del presente y del futuro del Nàstic

04 abril 2019 08:13 | Actualizado a 04 abril 2019 08:20
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A Víctor Martínez ‘Viti’ (Mataró, 21 años) ni se le pasó por la cabeza que acabaría jugando esta temporada con el Nàstic. Su reto al firmar en verano era guiar a la Pobla hacia Segunda B. Las necesidades del primer equipo en cuanto a centrocampistas y su indudable rendimiento le han convertido en una pieza importante del esquema de Enrique Martín. Con el dorsal ‘31’ en la espalda es una realidad de presente del que el Nàstic espera mucho en el futuro. 

¿Temporada complicada para estrenarse en un vestuario de la liga profesional?
Es verdad que la situación es difícil. Pero, al final, es un reto tanto personal como colectivo, del equipo. Espero que acabe bonito.

¿A nivel individual sí que está saliendo bien, con minutos en el césped?
Estoy teniendo bastantes minutos y estoy contento, pero personalmente me importa más que el Nàstic se salve, porque será mejor para el club y también para mí.

¿Parece complicado progresar como jugador en una situación tan negativa?
Yo creo que la presión te hace rendir un poco más. Es difícil, pero me gusta. Creo que rindo mejor en estas condiciones.

¿Cómo llevas eso de que la afición te vea, porque así se demuestra en el césped, como un jugador clave?
Todos los jugadores tenemos la misma importancia. Tanto los que juegan como los que no, porque en los entrenamientos te hacen apretar y ser mejor. No le doy tanta importancia. Creo que la gente le está dando más relevancia de la que me doy a mi mismo. Se agradece que le gustes a la gente, pero si los compañeros no hacen buenos partidos yo no puedo hacerlo tampoco. Dependemos los unos de los otros.

¿La posición de pivote que ocupas exige ser valiente, por los riesgos que asumes?
Es una demarcación en la que hay que estar concentrado y tomar riesgos. Hay que estar atento al compañero, por si puerde la posición ocuparla, corregir, dar apoyo cuando tenemos la posesión, girar de un lado a otro que es lo que pide el míster. Intento estar lo mejor posible.

Primeros seis partidos cuatro amarillas. Desde entonces, cuatro partido sin ser amonestado. ¿Mides mejor las entradas?
Al principio iba más loco. Son las ansias de los primeros partidos. La inexperiencia. Poco a poco aprendes.

¿Parece que no pero también necesitas adaptación a un vestuario 100% profesional?
Tuve suerte en Sabadell que había bastantes jugadores con pasado en equipos profesionales y para mí, sin importar dónde jugaban, eran profesionales. Esa experiencia me ha ayudado mucho a adaptarme a este equipo de manera más rápida. Aunque todavía no estoy del todo adaptado. Me queda mucho que aprender.

Cuando firmas por la Pobla el pasado verano, ¿te imaginas que ibas a asentarte en el primer equipo, en el Nàstic, tan rápido?
No, que va. El día que firmo con la Pobla, David Comamala me dice que tengo que pensar en la Pobla no en el primer equipo. Yo lo tenía claro, porque mi objetivo era ayudar a la Pobla a ascender a Segunda B. Era el camino que pensaba me podía llevar al primer equipo en uno o dos años. Nunca tan rápido.

¿Eres de desconectar tras el entrenamiento o consumes fútbol sin parar para aprender también fuera del verde?
Antes veía más partidos. Veia LaLiga. Ahora no suelo ver fútbol. Desconecto viendo series o cualquier otra cosa. Donde más intento aprender es de los compañeros que tienen experiencia y los consejos que me da el cuerpo técnico. 

¿Qué jugadores de la plantilla te estás aportando más ayuda?
Abraham. Es un referente para mí. Es el más profesional. Lo tengo como un ídolo. Jugar a su lado y entrenar cada día junto a él me enriquece mucho. Uche también me da consejos en los entrenamientos. 

¿Dónde te ves en cinco años?
Ni lo pienso ni me quiero arriesgar. A lo mejor estoy en mi barrio. Nunca se sabe qué puede pasar mañana.

¿Te has adaptado bien a Tarragona?
Estoy a gusto. Ya se verá que pasará. Cuantos más partidos juegue con el Nàstic más feliz seré. Cada minuto que juego estoy feliz.

Eres un jugador que no ha pasado por una cantera de las llamadas de primer nivel. Todo tu progreso es en equipos locales.
No es habitual. Tenía 15 años cuando estaba en el Calella y fui con el instituto a uno de esos encuentros con orientadores laborales que te preguntaban: «¿Qué quieres ser de mayor?». Yo respondí lo que quiería ser: «Futbolista». Entonces la orientadora me dijo que si no jugaba en un Barça o Espanyol a esa edad ya no iba a llegar y que pensara qué iba a hacer. En ese momento miré a mi amigo y le dije que lo conseguiría. Esas cosas me motivan. Además, no por pasar por canteras como la del Barça o el Espanyol vas a llegar al fútbol profesional. Puedes pasar por un Calella o una Damm y tener un entrenador excelente que te ayuda a dar el salto. 

¿Qué te ha hecho falta para rebelarte ante esa ‘profecía’?
Constancia. Confiar en mis posibilidades. Quizás hay mucha gente que hace lo mismo que yo y no llega, pero animo a todo el mundo a que crean ellos y lo intenten. 

¿En qué punto ves que realmente ha salido bien y puedes convertirte en futbolista profesional?
Cuando veo que tengo posibilidades es el año pasado en Sabadell en Segunda B. Es verdad, que no juego muchos minutos (629 minutos en 22 partidos), pero por los consejos que me dan y cómo me explican que es el mundo de los ‘40 principales’, como les llama el ‘míster’, veo que puedo conseguirlo. 

¿Y cómo es el mundo de los ‘40 principales’?
Desde fuera se ve diferente, pero son gente normal, personas igual que todos. Es bonito ver lo que rodea al fútbol desde dentro. Esa pasión que es brutal. 

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