Héroes en mitad de las vías y en medio del apagón
Desconexión eléctrica. Los bomberos de la nuclear de Ascó velaron por la salud y el bienestar de dos mil pasajeros en medio de la nada y estando incomunicados

Los bomberos de Ascó se hicieron cargo durante horas de la seguridad en el tren.
El lunes 28 de abril de 2025 será siempre recordado por el apagón nacional que dejó a millones de españoles incomunicados y sin luz. Más de treinta mil personas se quedaron atrapadas en las diferentes vías del país.
Pasaban tres minutos de las 12:30 del mediodía cuando se produjo el apagón nacional. Un AVE que venía de Sevilla en dirección a Barcelona se quedó bloqueado en medio de la nada, a unos 30 kilómetros de Zaragoza. En ese tren viajaba un equipo de bomberos de la central nuclear de Ascó. Los miembros del cuerpo venían de una competición de Sevilla y regresaban a casa en ese mismo tren. Fue cuando una vez sucedió el apagón, les tocó de forma improvisada disfrazarse de héroes y empezar a velar por la seguridad de más de dos mil personas. Algunas de ellas con necesidades y atenciones en cuanto a salud.
Carlos Masià es miembro del cuerpo de bomberos de la nuclear de Ascó. El miembro del cuerpo de bomberos cuenta que: «En el momento del apagón, nos reunimos y decidimos ponernos en contacto inmediatamente con la interventora y con el maquinista, para presentarnos y ofrecer nuestra ayuda. La formación del personal, era de un mando con formación de grandes emergencias y grandes catástrofes, dos jefes de equipo, muy experimentados en situaciones de crisis y cinco bomberos preparados, con una alta capacidad de incendios, inundaciones, rescates y primeros auxilios».
Masià reconoce que «fueron momentos de alta tensión, pero supimos manejar la situación tan delicada. Al final eran unas dos mil personas sumando los dos trenes en vías diferentes. Encima eran trenes dobles, por lo que el trabajo fue enorme por parte de todos los que estuvimos ahí».
En cuanto a la forma de proceder en estos casos, Masià explica que: «Los protocolos de RENFE, son de no poder dejar bajar a nadie del tren, pero la situación excepcional, requería de primeras decisiones: prohibir de inmediato la venta de alcohol, apertura controlada de puertas para ventilación (disponíamos de cámaras termo gráficas), búsqueda de personal sanitario (encontramos un médico, dos enfermeras y una policía, que participaron activamente, hasta el último minuto) incluso estudiantes de final de enfermería. Una vez formamos el equipo, se inició con la comunicación a los pasajeros de la situación, en catalán, español y inglés. Y seguidamente a identificar a pasajeros con necesidades emergentes (crisis de ansiedad, hipertensos, diabéticos, personal que requería apoyo hospitalario, embarazadas...).
Con el paso de las horas, las labores se iban complicando, Carlos Masià reconoce que: «las limitaciones del tren iban cada vez a más. Estas requerían decisiones excepcionales como la imposibilidad de evacuar lavabos, uso del agua, o las subidas de temperatura en el interior de los coches del tren. Por suerte, finalmente se pudo reanudar la marcha y pudimos llegar a Zaragoza a las dos de la madrugada».
Miguel Ángel era uno de los pasajeros que viajaba en el tren y se dirigía al Camp de Tarragona, donde venía de disfrutar del GP de España de MotoGP en Jerez y de la final de Copa en Sevilla. El pasajero afirma que: «menos mal que estaban ellos en el tren, son unos héroes y fueron capaces de hacernos mantener la calma y velar por nuestra salud».
«Yo soy una persona que necesita de cuidados e informé de mi situación y hubo también una enfermera y una policía local del Masnou pendiente de mí en todo momento».
Miguel Ángel explica que: «el trabajo de los bomberos fue extraordinario e hicieron cosas increíbles, son unos héroes. Los lavabos reventaron fruto de la acumulación de todo lo que había. Sacaban todo tipo de excrementos para que la gente pudiese utilizar los lavabos. Eso era como una película de terror, y si no llegan a estar los bomberos de Ascó y el personal sanitario que también estaba ahí, hubiese ocurrido una desgracia».
Por suerte, el final de esta historia tuvo un final feliz y gracias a la labor de los bomberos de Ascó, policía y personal sanitario que viajaba en ese tren de forma improvisada, pudieron controlar la situación durante más de 12 horas de pesadilla para más de dos mil pasajeros que pudieron llegar a sus hogares a altas horas de la madrugada, pero con la sensación de que no todos los héroes llevan capa.

El AVE se quedó bloqueado a 30 kilómetros de Zaragoza.