Lo Racó de l'Esquirol: superar el vértigo en medio de un bosque de pinos

Circuito multiaventuras con tirolinas y puentes en plena naturaleza en la Terra Alta

16 enero 2020 11:10 | Actualizado a 16 enero 2020 13:02
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En medio de un bosque de pinos, camuflado entre las copas de los árboles, se encuentra el parque multiaventuras Lo Racó de l’Esquirol. Un lugar donde, como dice su nombre, grandes y pequeños se preparan para convertirse en ardilla y desafiar sus miedos disfrutando a casi 10 metros del suelo. Y lo hacen mientras pasan por puentes y cuerdas o se lanzan en tirolina en el circuito que Txus Carbó tiene ubicado cerca del municipio de Horta de Sant Joan.

Todo empezó cuando el terraltino tuvo una idea para poder compaginar el trabajo y sus obligaciones como padre, así que en julio de 2019 materializó la idea para crear un espacio multiaventuras en medio de Els Ports.

La falta de competencia también le acompañaba, ya que asegura que «en las Terres de l’Ebre solo hay un par más de circuitos así, pero ninguno en medio del bosque». Esta ventaja, además del sistema de trabajo que les permite abrir aunque solo lo solicite una familia, han hecho que se gane su puesto en el mundo del turismo rural y de aventuras.

«Nuestra filosofía consiste en dar a cada persona el tiempo que necesite. Cada uno necesita ir a su ritmo y no se tiene que forzar ni obligar a nadie a hacer las actividades», afirma Carbó. En Lo Racó de l’Esquirol han ideado un sistema donde se pide a los padres o acompañantes de los niños que no hablen mientras están realizando el circuito, para dar les así más autonomía.

«Se lo pasa bien tanto el que está arriba como el de abajo, y a veces algunos padres acaban subiendo porque se lo piden los niños y desafían ellos también su vértigo», prosigue el propietario de este negocio, quien explica también que los puentes y las cuerdas del circuito ayudan a los usuarios a enfrentarse al miedo a las alturas y a desenvolverse con más facilidad: «Si en el primer intento te da vértigo, lo tienes que volver a intentar para enfrentarte a él», asegura Carbó. Y a pesar de todo, para los que aún no se vean preparados, o quizá para los más pequeños, también cuentan con un espacio multisensorial con colchonetas, casetas y un cajón de arena.

Lo Racó de l’Esquirol cuenta actualmente con dos trabajadores fijos y una monitora a la que llaman cuando hay grupos grandes. Y es que su oferta no está solo dirigida a niños y niñas, sino que también se abren camino entre los adultos con actividades de equipo para empresas o grupos de amigos: «Hemos comprobado que las actividades al aire libre como las nuestras refuerzan el trabajo en equipo y la confianza. Además, los circuitos se pueden hacer más difíciles según las necesidades del cliente, ya que no es lo mismo hacerlo sin manos o con los ojos vendados», confirma Carbó.

A pesar de que hace menos de un año que abrió sus puertas, la empresa cuenta con un convenio con un conocido hotel de Arnes, desde donde desvían muchos clientes. «Este verano recibimos una media de 450 y 500 personas al mes», afirma contento el propietario. La temporada alta del sitio, como en otros espacios lúdicos, se encuentra tanto en las fechas festivas como en Semana Santa o en verano, además de los fines de semana.

Por lo que se refiere a los precios, subirse al circuito cuesta 15 euros por persona, pero el espacio natural que lo rodea es totalmente gratuito. Txus Carbó asegura que «no queremos que nuestros clientes vayan a contrarreloj. Soy padre y sé que hay muchos sitios diseñados solo para consumir y gastar. Aquí no tienen que pagar por entrar y pueden traerse su comida de casa. Solo cobramos por subir al circuito». Una ventaja para las familias que aún no sepan si se atreverán a desafiar su miedo a las alturas y que, mientras lo deciden, pueden pasar un fantástico día con parque natural de fondo.

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