La urgencia de vivir

Siscu Morell . Afectado de ELA

La rutina de Francesc Morell Ruhí (Cambrils, 1966) respondería a la de un empresario del licor con extrema tradición en la villa marinera si no le hubieran detectado Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) un 14 de julio de 2020. Siscu, tal y como se le conoce, ha consolidado esa propuesta laboral familiar con medio siglo de vigencia junto a sus dos hermanos, Mercè y Jomari. Los Morell se han expresado siempre bajo la discreción y, sobre todo, a través de un sentido del humor admirado. La enfermedad, todavía sin cura diagnosticada, no solo le ha cambiado la existencia a él, también a todo su entorno. Nada ha sido lo mismo desde ese 14 de julio de 2020.

El cambrilense se ha convertido en uno de los 4.000 casos que aparecen en España y, desde que conoció a ciencia cierta su enfermedad, se ha volcado completamente en la difusión de la ELA por toda Catalunya con el fin de recaudar beneficios para acelerar el proceso de investigación de la misma. Lo ha hecho siempre de la mano de su mujer, Joana. Muchos consideran Cambrils como capital catalana de la ELA.

«Estoy enfermo, pero vivo el mejor momento de mi vida», reconoce a menudo. Asegura sentir la felicidad, a pesar de ya desplazarse con una silla de ruedas debido a que sufre afectación casi total en sus piernas. Ha aprendido a valorar cada instante, a no pensar más allá del próximo minuto. «Ahora mismo estoy hablando aquí contigo y no me vale nada más. Antes me hubiera acordado del teléfono o de las facturas por pagar», destaca.

El equilibrio emocional que ahora ostenta ha precisado de una evolución. Cuando la prestigiosa doctora Mónica Povedano le confirmó la dolencia, el shock resultó inevitable, aunque Siscu ya se había mentalizado días antes. «El señor Google tiene mucha información», admite su pareja. Morell se había pasado horas recopilando datos sobre lo que podía adolecer, después de varias exploraciones a su cuerpo.

«Se dio la casualidad de que poco tiempo antes, Juan Carlos Unzué, anunció que tenía ELA. Él me llamó y me dijo, todavía sin los resultados, que padecía lo mismo», recuerda su esposa. Esos presagios se cumplieron.

La angústia

La lucha contra la depresión le desgastó, se aisló del mundo en los primeros meses. No soportó el golpe psicológico inicial que le derivó a situaciones límite. Lloró mucho en soledad y apenas quería relacionarse con nadie. El punto de inflexión para él y su familia se dio un 31 de diciembre de 2020, cuando Siscu intentó quitarse de enmedio. «Solo quería marcharme». Trató de perder la vida en casa, aunque aquello quedó en un gran apuro. Desde entonces, tras días internado, el optimismo con el que afronta su realidad le hacen un humano admirable.

Siscu ha hallado un refugio inmejorable en la fortaleza de su mujer y en la capacidad de comprensión de sus dos hijos, Francesc y Óscar. También un arropo incuestionable en compañeros de viaje como Juan Carlos Unzué, el nadador Dani Rossines o todos los componentes de Swim for ELA, el colectivo que se ha volcado con actos solidarios y en el que se encuentra el reusense Jordi Cervera. El también afectado de ELA Ildefons Oliveras y el periodista Xavi Torres se han sumado a un grupo que «es como una familia. Sin esta enfermedad probablemente no los hubiéramos conocido. Son gente íntegra, que nos ayudan mucho», confiesa Joana.

El fútbol y Unzué

Acudir a los consejos de Juan Carlos Unzué sirvió como terapia indispensable para el cambrilense, sobre todo para fortalecer su debilidad emocional en los primeros compases de su nueva realidad. La admiración ya se la había profesado antes de conocerle, cuando ejercía de portero del Barça primero y de entrenador después. «Me llamó y me pidió una vídeoconferencia. A los pocos días ya estaban él y su mujer en casa. Siscu no se lo esperaba y quedó impactado. Claro, la conversación empezó con la enfermedad, pero derivó al fútbol», confirma sonriente Joana, una persona que desprende valor y perseverancia, aunque ha sufrido su dosis de debilidad. «Suelo ir a bucear con un grupo de gente aficionada y en plena actividad me vine abajo», acentúa. Hoy es una de las voces cantantes de Swim for ELA.

El trabajo de divulgación disfruta de una respuesta muy acorde por parte de Cambrils a nivel de pueblo. Se ha volcado en cada una de las iniciativas que se han llevado a cabo hasta el momento. «Estamos muy agradecidos a la ciudad», destacan tanto Siscu como Joana, inmersos en un nuevo presente sin perder la sonrisa ni el deseo optimista. A modo de ejemplo, el pasado 21 de junio, la Torre del Port se iluminó de verde para conmemorar la Día Mundial contra la ELA.

«Me dijeron que debía vivir día a día y yo les contesté que se equivocaban; vivo cada instante, cada momento». Francesc Morell Ruhí ha encontrado la estabilidad con esa nueva filosofía vital que ha instaurado en su día a día. Detesta las miradas de pena, prefiere la complicidad a través de la normalidad. Su cometido pasa por hacer todo lo posible para mejorar el destino de los que vendrán.