Núria Gil, evasión y victoria en la montaña

La trail runner reusense, de 30 años, está logrando excelentes resultados en las carreras por montaña aunque prefiere dedicarse profesionalmente a la fisioterapia. El próximo sábado disputará el Mundial, en Tailandia

Núria Gil Clapera (Reus, 1991) acostumbra a andar siempre ajetreada. Su vertiginoso ritmo de vida se ha acelerado más aún si cabe estos días, con el Mundial de trail running a la vuelta de la esquina, que disputará en Tailandia el próximo 5 de noviembre. Los preparativos del plan de viaje y la tramitación del pasaporte han copado por completo esta semana su ya de por sí apretada agenda diaria: a primera hora de la mañana acude a su propia consulta médica, donde algunos pacientes esperan como agua de mayo sus tratamientos como fisioterapeuta y osteópata; de allí, a mediodía, acude directa a entrenar hacia la montaña en las proximidades de su Reus natal, ya sea en el Puig d’en Cama, en la Selva del Camp, o en El Bres y el Puig Voltor, en Botarell, tres de sus lugares preferidos; no perdona ni una sola sesión en su objetivo de llegar con la mejor puesta a punto. A continuación, vuelta a casa para comer. «Tengo la suerte de que mi pareja es quien va al supermercado a comprar y además cocina», admite. Un breve descanso y, ya por la tarde, regreso al centro médico hasta que concluye su jornada laboral y vuelve a recogerse.

No le queda otra a esta reusense de 30 años que prefiere dedicarse profesionalmente a la fisioterapia pese a los excelentes resultados que está consiguiendo en las carreras por montaña. Ni el subcampeonato de Europa ni su segunda plaza en la emblemática OCC de la Ultratrail del Montblanc, con final en Chamonix, le han hecho cambiar de decisión. Aunque no le han faltado ofertas.

Grandes prestaciones

«No voy a dejar mi trabajo para competir exclusivamente. Me gano bien la vida como fisioterapeuta, no voy a mentir, y sé que el día que me lesione o me canse de correr no tendré que preocuparme en ese sentido», admite Núria, por cuya consulta pasan decenas de atletas aficionados que acostumbran a pedirle consejo y también a escuchar sus historias en las carreras mientras les descarga la musculatura. A todos sus pacientes suele explicarles que «las carreras de montaña me sirven para desconectar del día a día, me dan libertad e incluso ejercen a veces como psicológo personal», revela.

Sus prestaciones han sido increíbles en estos últimos años tratándose de una atleta que lleva tan solo tres años tomándose en serio el trail running, justo desde que concluyó sus estudios como osteópata. Tal es su palmarés que además del subcampeonato europeo cuenta también con un título de campeona de España (2021) y con un triplete de títulos consecutivos de Catalunya (2020-21-22).

Núria Gil, entrando a meta como subcampeona de Europa, en El Paso. FOTO: RFEA

Eso sí, su primer acercamiento a una prueba de montaña se había producido bastante más atrás, en 2014, después de que un amigo y ahora paciente suyo, Gabriel Bosques (arquitecto municipal de Reus), la animara a participar en la marcha La Selva-Prades-La Selva y ella quedara cautivada.

De ahí hasta 2019 había competido en algunas pruebas provinciales con el equipo Borges Trail, aunque sin entrenar, hasta que decidió poner una marcha más.

El rendimiento que ofrece en la montaña, sin embargo, no es tampoco fruto de la casualidad. El cuerpo humano tiene tanta memoria que su buena base en el atletismo en categorías inferiores, donde siempre estuvo entrenada por su tío Quimet Ras en el Reus Ploms, dejaron un poso que ahora ha resurgido en ella con sus mejores esencias. Con él fue varias veces campeona catalana y de España cadete y juvenil en cross, los 1.000 y 1.500 metros, distancia en la que llegó a disputar también un Mundial y un Europeo.

Sin olvidar que es una auténtica luchadora y ha superado distintas lesiones esta misma temporada. La más grave, una fractura de peroné a la que recortó varias semanas de los plazos habituales de recuperación a principios de año, y también una fascitis. De hecho, ahora mismo arrastra una inflamación de grasa en el talón del pie derecho que aguanta con dolor a la espera de finalizar el Mundial.

Patrocinada por Asics y federada con el Centre Excursionista l’Areny de Mont-roig del Camp, en Tailandia su objetivo será acabar en el top 8, un resultado que le permitiría ganarse una beca de la Federación España de Atletismo.

Esa próxima carrera, de 39 kilómetros de distancia y 2.400 metros de desnivel, tendrá como principales condicionantes el calor que deberán soportar las participantes; su estado de forma en esta recta final de la temporada; la superación del jet lag para la mayoría y el barro que podrían encontrarse en el trazado si persisten las lluvias. Este útimo aspecto no beneficiaría a la reusense, que prefiere circuitos correderos.

Núria ha preparado la prueba junto a su entrenador, que desde hace tan solo unas semanas vuelve a ser de nuevo Rafa Flores, designado en su día por el propio Quimet Ras. «Cuando yo no pueda entrenarte, quiero que Rafa sea tu entrenador», le dijo a su sobrina. Unas palabras que Gil guarda como oro en paño en su memoria.