El poder del respeto

Ayudar a establecer y fomentar relaciones respetuosas con los colaboradores a todos los niveles es un desafío crítico para los líderes

Cuando se trata de abordar desacuerdos, conflictos o tensiones, tratar a las personas con respeto en todo momento y en cualquier circunstancia, es una de las prácticas más útiles y valiosas que puede hacer un líder.

Tanto en el trabajo como en nuestra vida personal, a menudo nos enfrentamos a la incertidumbre o la tensión que pueden generar nuestras diferencias con los demás.

Es por esta razón, que el ayudar a establecer y fomentar relaciones respetuosas con los colaboradores a todos los niveles es un desafío crítico para los líderes.

Ser respetuoso no solo es útil cuando se abordan conflictos con otras personas o dentro del equipo; también es una de las responsabilidades clave de un liderazgo excelente.

Tratar a las personas con respeto parece obvio, pero puede que no sea tan intuitivo o sencillo como a priori podemos pensar. Se identifican tres factores relevantes que indican qué significa realmente el respeto para y hacia las personas:

1.- El respeto es escuchar: Las personas nos sentimos respetadas cuando somos escuchadas, comprendidas y se nos tiene en cuenta. Estar genuinamente interesado, disponible y mostrar una mentalidad abierta hacia los demás fortalece las relaciones y genera confianza. No es necesario estar de acuerdo o que nos guste el punto de vista de la otra persona. Tomarse el tiempo para escuchar las experiencias, vivencias, ideas y perspectivas de alguien es mostrarse respetuoso, incluso si la otra persona decide no hacer los mismo.

2.- El respeto no es la ausencia de falta de respeto: El no generar o eliminar la falta de respeto activa, como puede ser la utilización de palabras malsonantes o comportamientos groseros, insultantes o degradantes, no es suficiente para generar respeto. El respeto es una acción: mostramos respeto; actuamos con respeto; hablamos con respeto.

Los líderes deben tener muy claro que la mera no generación o ausencia de falta de respeto activa no tiene el mismo impacto positivo en la resolución de desacuerdos, conflictos o tensiones que la presencia de una actitud respetuosa, honesta, sincera y veraz.

3.- El respeto se demuestra de muchas formas: La percepción del respeto está influenciada por la cultura, el entorno familiar, los compañeros y las relaciones sociales. El estatus, el poder y el rol que desempeñamos crean el contexto en el que se interpreta el respeto. Los líderes deben tomarse su tiempo para comprender cómo se da y se recibe el respeto en culturas y grupos distintos de los que consideran ‘normales’ o estándares.

En muchas ocasiones, es muy posible que no sea necesario hacer grandes cambios en nuestro comportamiento para ser más efectivos. Basta con entender y reconocer lo que los demás esperan de nosotros para marcar la diferencia.

Cómo cultivar el respeto en las organizaciones:

Algunas directrices o ideas que pueden ayudar a los líderes a cultivar un clima de respeto en sus organizaciones pueden resumirse y enfocarse se en:

-Mostrar interés y aprecio por las perspectivas, experiencia, conocimiento, talentos y habilidades de los demás.

-Expresar agradecimiento, reconocimiento y gratitud por los esfuerzos y contribuciones de los colaboradores.

-Comunicar de forma honesta, sincera y clara información sobre políticas y procedimientos, de forma que todo el personal involucrado tenga acceso y puedan operar con información similar.

-Clarificar los procesos de toma de decisiones, y cuando corresponda, solicitar mejoras para estos procesos.

-Tomarse las preocupaciones e inquietudes de los demás de forma seria y mostrando interés.

-Si algún colaborador o grupo de colaboradores se sienten ‘agraviados’, hacer lo posible por entender y aceptar su perspectiva y ofrecer una disculpa genuina, si ésta se justifica.

En esencia, el respeto es un proceso continuo e ininterrumpido de prestar atención a las personas. De forma rutinaria, adquirimos hábitos y hacemos suposiciones que, si no verificamos o controlamos adecuadamente, nos pueden conducir a malentendidos y comportamientos totalmente ineficaces e inapropiados.

Alfred Arias es Profesor de los módulos de Lideratge d’Equips y Gestió de Persones del MBA-URV

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