Junts apela a la «dignidad del 1-O» para dar el sorpasso a ERC y PSC en Tarragona

La formación de Jordi Sendra sube el tono independentista y se reivindica como la alternativa a «un Ricomà que el lunes volverá a guardar la estelada en un cajón» y a un Viñuales que «va camino de convertirse en el Manuel Valls de Tarragona»

Junts per Catalunya cambia de ritmo en la recta final de campaña. La formación liderada por Jordi Sendra, que hasta ahora se había centrado en reivindicar la racionalidad de la antigua Convergència y del Pujolisme, ha decidido cambiar de marcha, soltar lastre, despeinarse y apostar decididamente por dar rienda suelta a los sentimientos y a la «dignidad» del «camino empezado» el 1 d’octubre para intentar erigirse este próximo domingo en la gran sorpresa de las elecciones municipales en la ciudad de Tarragona.

Después de una campaña electoral de baja intensidad soberanista marcada por la polémica del contrato de la basura y el nuevo POUM, este martes la formación de Carles Puigdemont decidió volver a sus esencias y recuperar el leitmotiv por el que se fundó el partido: la reivindicación del espíritu y el legado del referéndum de hace casi seis años. Por ello, en su acto central en la capital participaron dos expolíticos presos –Josep Rull y Jordi Turull–, así como el 130º President, Carles Puigdemont, quienes defendieron el voto para un Sendra que «será un 2x1, ya que servirá para tener a un gran alcalde para Tarragona y recordar que no estamos en una situación de normalidad» afirmó Turull, en referencia al «exilio» que vive Puigdemont desde 2017.

«Aquí, en 2015, se llevó a cabo mitin de Junts pel Sí, que después nos llevó al 1 de octubre y a la declaración de independencia. Y hoy, desde el mismo lugar, reivindico a todos aquellos que se rompieron la cara para que pudiéramos votar», indicó Sendra, quien no se ahorró críticas hacia los dos candidatos que parten desde la pole position de cara a la cita con las urnas de este fin de semana, a quienes ve «cada día más nerviosos» por saber con quién pactará Junts, que sigue siendo una incógnita.

«El lunes, yo no guardaré la estelada en un cajón como hará ERC para aguantar a Pedro Sánchez en Madrid a cambio de que el PSC mantenga con vida al Govern en el Parlament», criticó. Asimismo, arremetió contra un Viñuales a quien recordó que «lideró a un partido que nació en contra de la lengua catalana». Desde el entorno del candidato se define al ahora candidato socialista como al «nuevo Manuel Valls de Tarragona», en referencia al efímero paso del ex Primer Ministro francés por el Ayuntamiento de Barcelona.

«¡Hay partido!»

Poesía aparte, lo cierto es que la prosa es un poco más complicada para Junts en Tarragona. Por primera vez desde la recuperación de la democracia, el espacio de la antigua Convergència se presenta dividida en unas elecciones municipales en la ciudad. El divorcio entre Junts y PDeCAT, con la inesperada aparición de Convergents, comporta que este domingo se presenten hasta tres candidaturas con origen en una antigua federación nacionalista que, entre 1989 y 2007, gobernó la ciudad bajo el mando de un Joan Miquel Nadal que este pasado domingo se dejó ver junto con el exconcejal de la extinta Unió Democràtica Raül Font apoyando a la alcaldable de Sí Tarragona (Partit Demòcrata), Mar Giné. Sin lugar a dudas, un revés en uno de los puntos fuertes que Jordi Sendra ha intentado reivindicar desde que fuera escogido candidato: el ADN convergente con el plus, eso sí, del 1 d’octubre. Desde Pujol hasta Puigdemont.

¿Cómo afectará toda esta división a la formación liderada por el exconcejal, exdiputado y exsenador? El candidato lo tiene claro. Clarísimo: «Ganaremos y seré el próximo alcalde. ¡Podemos hacerlo!», reivindicó este martes ante las doscientas personas que presenciaron in situ el acto en la Rambla Nova en el que Sendra se autodefinió como «el partido que levanta la persiana el lunes por la mañana para generar actividad económica y llevar a cabo la revolución tecnológica que necesita este Ayuntamiento para estar al lado de los que generan trabajo».

Las cuentas en Junts son claras. En 2019, la candidatura encabezada por Dídac Nadal sumó 6.309 votos en las municipales, una cifra que apenas fue la mitad de los 11.171 que ese mismo día cosechó en la ciudad Carles Puigdemont en los comicios que se celebraron ese mismo 26 de mayo. ¿Qué quiere decir esto? Pues que según los asesores juntaires, hay margen para «jugar el partido» e intentar ser la tercera vía entre los dos archifavoritos: PSC y ERC.

Sin embargo, para ser la opción sorpresa de última hora y aspirar al sorpasso las esperanzas de Junts pasan por frenar la polarización y el voto útil hacia Ricomà. ¿Cómo? La receta está clara: apelar al DNI juntaire erigiéndose en la referencia del 1 de octubre en la ciudad. ¿Será suficiente? Alea iacta est.