En Tarragona hay más compras y adopciones de perros que nacimientos de niños

Mientras la natalidad sigue a la baja, la tenencia de mascotas va en aumento. En los últimos años han aumentado algunas necesidades, como la de viviendas que admitan animales

La escena es la misma si se trata de un parque, una plaza o de la mismísima Rambla Nova. Con toda probabilidad se encontrará antes con alguien que pasea un perro que con una persona que empuja una sillita de bebé. Las estadísticas tienen mucho que ver: el año pasado se inscribió en el Arxiu d’Identificació d’Animals de Companyia del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (donde se documentan los animales que reciben el chip) a 1.403 perros en el municipio de Tarragona. La cifra supera al número de bebés que nacieron el año pasado: 1.050.

En la ciudad constan actualmente 17.400 perros en el registro; es una proporción de un perro por cada ocho vecinos. Hay, además, muchos más animales que niños menores de 10 años; estos últimos cuentan 12.372.

Y hay que tener en cuenta que los animales podrían ser más, ya que no todos los dueños colocan el chip a sus mascotas. Y muchos menos son los que los inscriben en el registro municipal (un trámite gratuito y obligatorio). En mayo solo estaban censados 5.224.

Incremento con la pandemia

Verónica Araunabeña, presidenta del Col·legi Oficial de Veterinaris de Tarragona, explica que la pandemia supuso un salto exponencial en cuanto a la adopción y compra de mascotas, aunque en los últimos meses se ha notado un parón. Lo notan, por ejemplo, en el hecho de que hicieron una previsión de compra de chips y el ritmo al que se están colocando nada tiene que ver con el del año pasado.

Además han constatado que la cifra de abandonos también ha crecido y se asemeja más a la de antes de la pandemia.

Lo que sí reconoce es que más allá de picos como el que generó el confinamiento, la tendencia de los últimos años es a un aumento sostenido en el número de mascotas.

Y con este aumento se han sumado nuevos perfiles entre los dueños. Hay familias de varios miembros y mayores solos, pero también parejas de distintas edades con mascota y sin hijos.

Lucía y César estaban hasta hace poco en ese grupo, tienen una perra que llegó a su casa en 2018 y ahora acaban de ser padres de un niño. Cuando se les pregunta si tener una mascota fue una preparación para la paternidad explican que nunca lo vieron así pero reconocen que «lo cierto es que sí nos ayudó a consolidar hábitos, a hacernos más conscientes, a asumir nuevas responsabilidades, a tener horarios...No es tan fácil tener un perro y que sea un miembro más de la familia... Siempre tuvimos claro que si llegaba un bebé se quedaba», explican. De momento la adaptación del animal, que hasta hace unos meses había sido «la reina de la casa» a la nueva situación está siendo buena.

Con perro y sin hijos

Una veterinaria consultada coincide en que cada vez hay más parejas sin hijos para quienes la mascota es muy importante. Recuerda el caso reciente de una pareja de unos cuarentena años que acudió a la consulta con su perrita de nueve años. El diagnóstico era grave y no había más opción que sacrificarla. Fue muy traumático, recuerda: «nos explicaron que se acababan de trasladar a una casa para que la perra tuviera un jardín para jugar», recuerda.

Se trata, explica, no solo un aumento en la cantidad de animales, sino de un cambio en la forma de cuidarlos, lo que ha supuesto un crecimiento enorme de todo el mercado veterinario. Pone el ejemplo de la comida natural o la dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food), la última moda.

Sin pisos en alquiler

No obstante, estos cambios de tendencia no terminan de traducirse en un aumento de servicios para adaptarse a la nueva realidad. En lo que se refiere a equipamientos (aunque en los próximos meses deberían abrirse siete nuevas zonas para mascotas) la ciudad ha contado durante años con los mismos 13 pipicanes.

El aumento en el número de mascotas ha creado también nuevas necesidades en cuanto a la vivienda. Un estudio dado a conocer la semana pasada por Fundación Affinity y Fotocasa encontró que a nivel estatal solo el 4% de los pisos en alquiler permite el acceso a arrendatarios con animales. En España la Ley de Arrendamientos urbanos, reguladora del mercado del alquiler, otorga a los arrendadores la potestad de aceptar o no animales en su propiedad.

Hacemos la prueba y buscamos pisos en alquiler en un portal inmobiliario que permite colocar el ‘filtro’ de ‘se admiten mascotas’. En total tienen en cartera 155 viviendas y de ellas solo 14 admiten animales. Todos los alquileres son a partir de 520€.

Fabián Huguet, presidente del Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona, apunta que no tienen datos al respecto, pero que cada vez son más los propietarios que dicen explícitamente que no admiten animales. Lo atribuye a que antes no lo especificaban porque era menos frecuente que los arrendatarios tuvieran mascotas.