Por cada niño hay dos perros en TGN

La Covid dispara un 30% las mascotas. En Tarragona los canes doblan a los críos de hasta 10 años mientras la natalidad se desploma: 14.247 altas de animales en 2021 frente a 5.621 partos

08 febrero 2022 19:30 | Actualizado a 10 febrero 2022 06:47
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«Hasta el Papa Francisco se ha referido al tema y ha criticado a los que prefieren tener perros o gatos antes que niños», dice Jacob Bofarull, director de la clínica Bofarull Veterinaris, en La Canonja. Ha dicho el Sumo Pontífice: «Hoy vemos una forma de egoísmo. Vemos que algunos no quieren tener hijos. A veces tienen uno, y ya, pero en cambio tienen perros y gatos que ocupan ese lugar».

Ambas tendencias no son nuevas pero la pandemia las ha acrecentado: la natalidad se da sucesivos batacazos año tras año, en mínimos históricos, mientras se dispara el número de mascotas. Tanto es así que en Tarragona por cada niño menor de 10 años se pueden encontrar dos perros. Según el INE, hay 86.832 menores de 10 en la provincia, mientras que a finales de 2021 había 173.203 perros, según el balance estadístico del Consell de Col·legis Veterinaris en Catalunya.

A eso hay que añadir 15.328 gatos y 511 hurones, que son las tres especies que hay que tener registradas. «Ha aumentado mucho el porcentaje de identificaciones. Hay más movimiento que nunca, un aumento de la adquisición de mascotas, con gente que no había tenido nunca o que las había dejado y ahora las recupera», cuenta Verónica Araunabeña, presidenta del Col·legi Oficial de Veterinaris de Tarragona. Ella detecta una influencia de los dos años de pandemia. «Llevo 30 años y vi cómo en los 90 hubo un boom muy fuerte, por la bonanza económica. Ahora he visto algo similar, quizás porque se hace más teletrabajo o se dispone de más tiempo, porque ha cambiado algo el modo de vida. Hay un componente emocional pero todo es una suma de factores», detecta Araunabeña.

Tenemos más animales que hijos

Los tarraconenses tienen más animales que hijos. Solo hay que cruzar los datos de una natalidad que se desploma con la de las altas de mascotas. En 2021 hubo 14.247 inscripciones de animales en Tarragona, un 18% más que en el año anterior. Respecto a 2019, año previo a la Covid, las inscripciones de se han disparado en Tarragona un 30%. Ese año hubo 11.039.

Mientras, durante el recién concluido 2021, con datos hasta noviembre –los últimos disponibles en el INE–, hubo 5.621 nacimientos en Tarragona. Ese índice ha bajado un 36% en la última década. La proporción es contundente: la llegada de nuevos animales al hogar es más del doble que los alumbramientos. Todo ello configura una realidad social cambiante, con más ancianos, menos niños... y más perros. Y eso que los datos oficiales solo recogen a los canes identificados y registrados, por lo que la cifra real podría ser aún mayor.

Araunabeña subraya el factor emocional pero también el económico, condicionado por la Covid-19. «Hay gente, por ejemplo, que no ha gastado en viajar o en otras cosas. También influye que se han podido reformar las casas, han buscado un entorno más amigable y en esa situación han visto conveniente tener una mascota», reconoce la responsable de los veterinarios tarraconenses.

La dinámica va más allá de aquella incidencia puntual en la primera ola y el Gran Confinamiento domiciliario, en la que disponer de un perro fue algo así como un pasaporte para poder salir a la calle. «No hay perfiles concretos. Hay jubilados que han vuelto a tener mascota, también gente joven, personas que viven solas... Y también parejas jóvenes sin niños. Un hijo es mucho más caro que una mascota y puede haber ahí en cierto modo un efecto sustitutorio», dice Araunabeña.

Más tiempo en casa

«Hay un perfil que es el de parejas que han ido a vivir juntas, que empiezan una relación de convivencia y que primero tienen una mascota. Quizás unos años más tarde vienen los hijos», indica Jacob Bofarull. Él ha notado un aumento de nuevos clientes pero también de una afluencia en general de propietarios: «Lo hemos hablado con otros compañeros. El hecho de estar más en casa te hace ver más cosas en la mascota, detectas más problemas o te fijas más y eso hace que acaben yendo más a las consultas».

Mariona Martínez, de la clínica Les Corts, en Tarragona, ha detectado «parejas jóvenes y no tan jóvenes, familias en las que los hijos han crecido, son adolescentes y no requieren ya tanta dedicación». Ella también ha notado un incremento en los últimos dos años: «Ha habido mucha adopción de protectora, tanto de adultos como de cachorros».

La recuperación de una mayor vida doméstica ha tenido que ver. «Todos los animales necesitan tiempo y dedicación. Los gatos, por ejemplo, son más autónomos, es un animal algo más fácil, pero también requiere un enriquecimiento del ambiente, para que no sea solo un animal durmiente. Se necesita menos tiempo para dedicar, pero hay que tener un control», asume Araunabeña.

En la ecuación influye otro factor clave como es la soledad. Unas 79.000 personas en la provincia viven solas, según los datos de la Encuesta Continua de Hogares de INE. De hecho, los hogares unipersonales representan un 25% y van en aumento: en apenas cuatro años, de 2014 a 2018, se crearon 3.500 hogares más de estas características. Ya hay más casas donde viven personas solas que parejas sin hijos.

Una mayor responsabilidad

Los veterinarios, en general, notan una mayor concienciación y asunción de responsabilidades. Se han incrementado las visitas para pedir asesoramiento y guía que ayude a determinar qué animal se puede adaptar mejor a un modo de vida o a una vivienda. «Vemos que las personas son ahora más responsables que antes. Al final también hay una consecuencia positiva, que es que el número de abandonos ha disminuido», detecta Verónica Araunabeña.

Lo más recomendable es adoptar en una protectora en lugar de comprar, aunque siempre hay matices. «Realmente, si tú compras a criadores bien documentados y acreditados, a gente profesional, que la hay, no vas a tener ningún problema», reconoce Mariona Martínez. «Todo depende de las circunstancias –apunta Araunabeña–, no todos los perros son adoptables ni todas las personas sirven para tener uno adoptado. En líneas generales es mejor adoptar, pero no hay una regla escrita. A veces una persona que tiene perro por primera vez es complicado que vaya a la perrera. Ahí hay muchos animales buenos y adoptables, pero quizás no siempre se amolden a lo que se busca».

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