82 años del ataque al campo de aviación de Santa Oliva

Reportaje. Los bombarderos franquistas querían acabar con las bases republicanas en el Penedès 

05 noviembre 2020 09:31 | Actualizado a 05 noviembre 2020 09:35
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Pasaban pocos minutos de la una de la tarde del 5 de noviembre de 1938 cuando saltaron las alarmas en el campo de aviación de Santa Oliva. Seis cazas I-16 republicanos, conocidos como los moscas, despegaron para hacer frente a los bombarderos franquistas que se acercaban desde la costa.

El campo de aviación de Santa Oliva era uno de los enclaves estratégicos del conocido como Vesper de La Gloriosa. El avispero de los aviones republicanos que era objetivo de los franquistas. Todavía queda el refugio de mayor tamaño, muy abandonado, y algunas construcciones de aquel campo. 

Aquel 5 de noviembre de 1938, en la fase final de la Batalla de l’Ebre, esa instalación sufrió uno de los más duros ataques de la aviación franquista que desplegó un raid contra las bases en el Penedès. Hoy hace 82 años.

Tres pistas

Aquel campo contaba con tres pistas;la más larga tenía 1.400 metros. También contaba con una decena de refugios y otros equipamientos que daban servicio a las tropas, como explican el historiador Andreu Caralt y la antropóloga Maite Hernández, que han estudiado el campo de Santa Oliva por encargo del Ayuntamiento.

El campo contaba con tres pistas. Dos quedaron dañadas. Después pasó a manos fascistas

El ataque de aquel 5 de noviembre se planificó días antes. Un informe del 3 de noviembre del Estado Mayor del Aire franquista explica cómo se gestó la aniquilación de La Gloriosa. Desde el Penedès, sus aviones combatían en la Batalla de l’Ebre que resistía a las tropas de Franco. La orden de los franquistas fue clara: bombardear ocho aeródromos de la Gloriosa, entre los que estaba el de Santa Oliva. Y la estrategia era bombardear intensivamente el frente del Ebre para atraer a la aviación republicana. Una vez los aviones de La Gloriosa regresasen a sus bases, debía caer el gran ataque a sus aeródromos.

Andreu Caralt explica que en el Baix Penedès la misión la dirigió la II Brigada Aérea Hispana, formada por pilotos españoles al mando de aviones italianos. Además del campo de Santa Oliva bombardearon el de Els Monjos. 

Medio millar de bombas

Despegaron los cazas republicanos dirigidos por el capitán Francisco Meroño. Los atacantes lanzaron sobre el campo hasta medio centenar de bombas, aunque la aviación franquista las cuantificó en 204, de entre 50 y 100 kilos de peso.
El ataque fue demoledor. Afectó a dos de las pistas, aunque la mayoría de bombas cayó en el entorno sin afectar al pueblo. El piloto republicano Antonio García Cano resultó herido al despegar.

Los impulsores del estudio histórico del campo señalan que tras el ataque, el aeródromo siguió activo en los últimos días de la Batalla de l’Ebre. Y la ofensiva franquista posterior continuó hasta que el 20 de enero de 1939, cuando pasó a manos franquistas con la toma del Baix Penedès y lo comenzó a usar la aviación fascista italiana. 

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