Ismael Moyano Navas (Mollet, 1983) es un rockero de furgoneta y carretera. De los de toda la vida. Se ha acostumbrado a ofrecer repertorio en escenarios de tinieblas, pero también ha lucido frac cuando lo ha necesitado. Su trayecto está engordado con registros admirables. Un futbolista Rolling Stone. Su cuerda parece que no divisa fecha de caducidad.
Los conciertos de Moyano suelen visitar el cielo. Es poderoso cuando toca elevarse a buscar el tesoro. Ganarlo para sus compañeros. Es un central de guerrillas, experto en mil batallas. Probablemente no se trata del tipo más rápido del mundo, pero utiliza el pensamiento para andar casi siempre perfecto en la colocación. En las disputas se hace difícil que no salga victorioso, Exhibe planta del defensa tradicional.
La carrera de este barcelonés, padre de dos hijos, Ariadna y Hugo, se ha escrito en cuatro equipos con caché en el fútbol de bronce; Gramanet, Sant Andreu, L’Hospitalet y CF Reus. Antes, se formó en su Mollet natal y en el prestigioso Mercantil. Moyano ha construido casi una vida en Segunda B. 395 apariciones hablan. Se ha convertido en pieza fundamental para sus técnicos. De hecho alcanza la cifra mágica de siete pla off de ascenso a Segunda División. Dos con la Gramanet, dos con el Sant Andreu, dos con L’Hospitalet y uno con el CF Reus. Al central le queda el último deseo por cumplir; el ascenso. En esas siete luchas en la fase decisiva, nunca ha podido celebrar el gran premio.
Lo intentará de nuevo en su segunda aventura con el CF Reus, en la que mantiene status de fijo en el once de los elegidos. Comparte viaje con Jesús Olmo en la cueva. Allí empieza y acaba todo. Los dos siempre se encuentran expuestos ante los ojos más exigentes. Moyano, de momento, ha disputado las 12 fechas que ya se ha acumulan y el rendimiento se mantiene bajo los parámetros de la regularidad.
Un ‘padre’ para David Haro
El defensa de Mollet ha recibido este año, en el vestuario del Estadi, a un viejo amigo. Con David Haro vivió excelentes momentos en L’Hospitalet. El pequeño enganche se ha sumado, este verano, al proyecto rojinegro y se apoya constantemente en Moyano para que la adaptación no pase factura. De hecho, a Haro se le nota ya muy integrado al grupo. Se da la curiosidad que los dos comparten techo en Reus. Es más, resulta sencillo verles por el centro de la ciudad disfrutando del día a día como reusenses de adopción. Seguramente no exista un mejor guía para el joven Haro, con menos vuelo, pero con unas condiciones fantásticas para hallar un progreso ambicioso. Moyano lo vigila de cerca. No hay despiste posible.
Mientras, el central del Reus se prepara para el próximo concierto. El cartel lo anuncia para el domingo. Habrá que afinar voz y guitarras. Como los Rolling.
Ismael Moyano Navas (Mollet, 1983) es un rockero de furgoneta y carretera. De los de toda la vida. Se ha acostumbrado a ofrecer repertorio en escenarios de tinieblas, pero también ha lucido frac cuando lo ha necesitado. Su trayecto está engordado con registros admirables. Un futbolista Rolling Stone. Su cuerda parece que no divisa fecha de caducidad.
Los conciertos de Moyano suelen visitar el cielo. Es poderoso cuando toca elevarse a buscar el tesoro. Ganarlo para sus compañeros. Es un central de guerrillas, experto en mil batallas. Probablemente no se trata del tipo más rápido del mundo, pero utiliza el pensamiento para andar casi siempre perfecto en la colocación. En las disputas se hace difícil que no salga victorioso, Exhibe planta del defensa tradicional.
La carrera de este barcelonés, padre de dos hijos, Ariadna y Hugo, se ha escrito en cuatro equipos con caché en el fútbol de bronce; Gramanet, Sant Andreu, L’Hospitalet y CF Reus. Antes, se formó en su Mollet natal y en el prestigioso Mercantil. Moyano ha construido casi una vida en Segunda B. 395 apariciones hablan. Se ha convertido en pieza fundamental para sus técnicos. De hecho alcanza la cifra mágica de siete pla off de ascenso a Segunda División. Dos con la Gramanet, dos con el Sant Andreu, dos con L’Hospitalet y uno con el CF Reus. Al central le queda el último deseo por cumplir; el ascenso. En esas siete luchas en la fase decisiva, nunca ha podido celebrar el gran premio.
Lo intentará de nuevo en su segunda aventura con el CF Reus, en la que mantiene status de fijo en el once de los elegidos. Comparte viaje con Jesús Olmo en la cueva. Allí empieza y acaba todo. Los dos siempre se encuentran expuestos ante los ojos más exigentes. Moyano, de momento, ha disputado las 12 fechas que ya se ha acumulan y el rendimiento se mantiene bajo los parámetros de la regularidad.
Un ‘padre’ para David Haro
El defensa de Mollet ha recibido este año, en el vestuario del Estadi, a un viejo amigo. Con David Haro vivió excelentes momentos en L’Hospitalet. El pequeño enganche se ha sumado, este verano, al proyecto rojinegro y se apoya constantemente en Moyano para que la adaptación no pase factura. De hecho, a Haro se le nota ya muy integrado al grupo. Se da la curiosidad que los dos comparten techo en Reus. Es más, resulta sencillo verles por el centro de la ciudad disfrutando del día a día como reusenses de adopción. Seguramente no exista un mejor guía para el joven Haro, con menos vuelo, pero con unas condiciones fantásticas para hallar un progreso ambicioso. Moyano lo vigila de cerca. No hay despiste posible.
Mientras, el central del Reus se prepara para el próximo concierto. El cartel lo anuncia para el domingo. Habrá que afinar voz y guitarras. Como los Rolling.