Cuando el Reus Deportiu cayó ante el Calafell en el derbi de la OK Liga (3-5) se encendieron las luces de alarma en la capital del Baix Camp. El proyecto, este curso, se consideraba que había dado un paso adelante en todos los sentidos, pero no lo estaba dando. El arranque en la competición doméstica estaba siendo más que discreto. El balance era de dos victorias, dos empates, tres derrotas. Más partidos perdidos que ganados. Ocho puntos en total. Más que insuficiente. La zona media de la tabla no era su lugar.
Algo hizo clic en ese vestuario a partir de esa dolorosa derrota en el regreso al Palau d’Esports. Entendieron que era el momento de unirse y sobre todo de dar un paso adelante. En los tiempos de dificultad es cuando los valientes aparecen. Había que jugar mejor, pero sobre todo, volver a ganar. Encadenar una racha de resultados positivos que diese aire y confianza al proyecto. No había tiempo que perder.
Sobre el papel era fácil, pero en la pista no siempre lo resulta. En todo caso, este Reus ya puede decir a día de que hoy que la crisis de resultados es agua pasada. Los rojinegros han recuperado la solidez que les caracterizaba y además han contado con la irrupción de los fichajes del pasado mercado de verano que ya comienzan a ofrecer ese rendimiento de bambalinas que se les auguraba. Martí Casas ha marcado tres goles en los últimos tres partidos, números más habituales para él, y Oruste apareció en Riazor para marcar uno de los dos goles reusenses.
Son tres victorias consecutivas las que suman los rojinegros en la OK Liga. La primera fue ante el Rivas (4-5) en un duelo en el que los reusenses impusieron la lógica, pero lo mejor estaba por llegar. Los de Jordi García han logrado vencer en las dos últimas jornadas a la revelación del campeonato, el Sant Just (1-0) y a uno de los favoritos a todo, el Liceo (1-2). Ha sido en dos actuaciones en las que se ha recuperado esencia competitiva para volver a sonreír. El Reus ya es cuarto.
Este miércoles, los rojinegros quieren la cuarta consecutiva a partir de las 12.30 horas en un Palau que quiere aprovechar la festividad para arroparlo. Viene un Caldes que se encuentra inmerso en la zona baja de la clasificación con 10 puntos y que llega de encajar un duro correctivo ante el todopoderoso FC Barcelona (0-6). Es un animal malherido sin nada que perder y eso le convierte en todavía más peligroso.
Por otro lado, el Calafell vive un momento totalmente opuesto al de los rojinegros. Su inicio de curso en liga era inmejorable, pero se ha enrevesado en las últimas semanas. Son dos derrotas consecutivas las que acumulan, ante PAS Alcoy (4-2) y Noia Freixenet (1-2).
El Calafell visita al Igualada
Para intentar salir de la crisis de resultados, los de Ferran López viajan este miércoles a Igualada para medirse al equipo local a partir de las 18.30 horas. Lejos del confort del Ortoll, el Calafell buscará volver a la senda de la victoria y mantenerse acechando la zona noble de la clasificación. No lo pondrá nada fácil un Igualada que viene de arrasar en casa al Mataró, al que goleó por 6-0 en un partido perfecto para situarles en la zona media.