El Nàstic deja escapar la primera victoria (2-2)

El Nàstic remontó el gol inicial de Vinicius Tanque con un gol de Robert y otro de Marc Álvarez, el mejor del partido, pero Arregui en el 87’ puso el empate

28 agosto 2022 21:31 | Actualizado a 28 agosto 2022 21:38
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Ya son trece temporadas que dura la maldición del primer partido. Trece primeras jornadas sin ganar. Parecía que iba a tocar este año. El Nàstic lo tenía al alcance de la mano. Marc Álvarez, el mejor del partido en un debut soñado, hizo el 2-1 en el tramo final, pero en esta competición no se puede regalar nada. Trilles concedió un saque de esquina y Arregui aprovechó para igualar el encuentro.

Si alguien le sorprendió la titularidad de Marc Álvarez es que o no ha visto la pretemporada o no ha entendido lo que ha sucedido. Cómo el joven de Torredembarra se ha ganado el sitio. Cumpliendo a rajatabla con las indicaciones del banquillo. Aplicándose para aprovechar las bajas en la plantilla y poder debutar en el Nou Estadi Costa Daurada. Un sueño cumplido para cualquier canterano que Álvarez elevó a una categoría superior. Su partido fue memorable. El mejor debut de un jugador de la cantera de la última era.

Poco necesitó el de Torredemnvarra para ganarse al público y su respeto. Para darle la razón a Agné de su titularidad. Su intensidad, la rapidez en la que se mueve al espacio y la claridad para realizar las tareas encomendadas dejaron el sello del torrense. Fue el claro protagonista ofensivo en los primeros minutos. Recuperó balones y se asoció como nadie. coN Robert Simón, con Gorostidi, Montalvo y hasta con Pablo Fernández. Medio gol le dio. El otro medio se fue al aire con el remate del asturiano.

Lo de Marc Montalvo era más previsible. La novedad hubiera sido que el de Riudoms iniciara el curso en el banquillo. Va sobrado de recursos. Para dar equilibrio, abrir la lata del juego y tapar los desaguisados varios que fueron produciéndose en el choque. ¡Con qué temple juega al fútbol! Lo hace fácil. Como si estuviera en una fábrica y llevara 20 años en el puesto.

Más que una salida paciente, a la holandesala, la propuesta que pretende imponer Raül Agné es de hilvanar desde atrás pero con pocos pases. Los justos. Rápido, pero sin evitar todos los pasos necesarios. Funcionó durante los primeros minutos. Después los intentos fueron consumidos en una medular en la que el Logroñés fue asentándose cómodamente.

Con una superioridad que le permitía además salir con muchos hombres cuando recuperaban el Logroñés iba adueñándose del partido. Solo Montalvo y Marc Álvarez aguantaban el tipo en un partido que se iba poniendo cuesta arriba a cada minuto. Lecea mandaba el primer aviso con un testarazo desviado.

El gran punto fuerte del Nàstic la pasada temporada fue su nivel defensivo. Era casi imposible hacerle un gol. 22 porterías a cero logró en los 40 partidos disputados. Un poder que Agné no quería perder por nada este curso. Dar un paso adelante en lo ofensivo, sí, pero no a costa de perder su solidez defensiva.

En pretemporada fue viendo cómo solo en Vilafranca y La Móra se consiguió acabar sin encajar un gol. La cuestión le traía con la mosca tras la oreja. En no pocas ruedas de prensa repetía eso de mantener lo que les había hecho llegar a la final del play-off. Un mal augurio que se cumplió ante la UD Logroñés. A los 37 minutos Vinicius Tanque rompió la red de Manu García. Zourdine le encontró el contrapié a Nil, se lo cogió durante todo el partido, para servirle un balón al espacio al brasileño que reventó el esférico.

Montalvo-Montes

El partido comenzó a cambiar de cara con la entrada de Èric Montes tras el descanso. El manresano le dio consistencia al medio del campo y una cosa más interesante, intensidad. Rompió el dominio riojano en la zona ancha y otorgó entereza en la toma de decisiones. Fue la pieza que le faltaba al equipo. Se unió a Montalvo para formar un doble pivote que como se instale no va a haber manera de sacarlo de ahí.

Pero el catalizador ofensivo seguía siendo Marc Álvarez. Si en el primer tiempo ya había regalado medio gol, en este segundo fabricó otro medio. Se marchó de su defensor, llegó a línea de fondo y puso un caramelito de centro que entre trancas y barrancas acabó empujando Robert (50’).

El torrense estaba fundido pero seguía ofreciendo recursos infinitos. Como un taconazo que casi le valió para controlar en el área pequeña. Hubiera ido directo al museo de la magia.

Allí, en el salón central, tiene una estatua Manu García. El portero tiró de chistera y varita para sacar dos manos que iban directas a la red. Dos paradas que ya valen una o dos renovaciones.

Apareció Guillermo Fernández pero era el día de Marc Álvarez. El día de un debut inmejorable. Le faltaba el gol y lo hizo. El 2-1. La puso Bonilla y el más avispado remató en el segundo palo.

Se merecía cerrar el partido. Darle los tres puntos. Arregui lo evitó en el 87 en un saque de esquina regalado. Pese a ello, supongo que el que no entendía la titularidad de Marc Álvarez le quedó bien claro.

FICHA TÉCNICA:

(2) Nàstic. Manu García, Pol Domingo, Quintanilla, Trilles, Nil (Tirlea, 74’)), Montalvo, Gorostidi (Montes, 46’), Robert (Aarón Rey, 64’), Andy (Bonilla, 46’), Pablo (Guillermo F. 74’) y Marc Álvarez.

(2) UD Logroñés. Serantes, Cristian, Simón Lecea, Arregi, Doncel (Pichín, 64’), Sierra (Schutte, 83’), Vinicius (Mendez, 64’), Menudo, Zourdine (Boniquet, 83’), Markel e Iñaki (Kortázar, 70’).

Goles. 0-1, Vinicius Tanque (37’); 1-1, Robert S (50’). 2-1, Marc Álvarez (76’); 3-3, Arregui (87’).

Árbitro. J. D. Martínez. Amonestó a Marc Álvarez y Eric Montes, del Nàstic.

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