Buscan al vándalo que defeca en las piscinas municipales de Riba-roja

Los vigilantes sacaron excrementos del agua durante varios días y el Ayuntamiento ha decidido cambiar el agua y poner vigilancia para encontrar a los autores de estps actos de insalubridad

01 agosto 2018 16:11 | Actualizado a 06 agosto 2018 10:46
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El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre (Ribera d'Ebre) ha reabierto hoy miércoles las dos piscinas municipales tras una limpieza exhaustiva de sus instalaciones acuáticas. El viernes pasado se procedió al vaciado de las dos piscinas, rellenándolas el sábado. Ayer martes se cerró tres horas antes (17 horas) para una cloración extraordinaria del agua ante la persistencia de los problemas. 

La razón de estas actuaciones para mantener la calidad y salubridad del agua de las instalaciones municipales responden a un episodio de defecaciones continuadas en las dos piscinas que no son casuales. El alcalde, Antonio Suárez, explica que "no es un problema que sólo afecte a Riba-roja. Hay otros episodios similares en municipios de la comarca".

La decisión que se ha puesto en marcha hoy a las 11 de la mañana con la apertura de las piscinas se tomó en la noche del martes en una reunión extraordinaria en el Ayuntamiento.

Después de sufrir estos "reiterados episodios de defecación" en los últimos días, el consistorio ha tomado medidas de urgencia, que ha publicado sus intenciones en la página web municipal. Antonio Suárez explica que "no me temblará el pulso si localizamos al autor o autores y le abriremos el expediente sancionador que corresponda porque esto es un delito e infringe la ordenanza de civismo", advierte.

El objetivo de las medidas de vigilancia y control puestas en marcha desde hoy es evitar que se repitan estos "lamentables" episodios y atrapar al autor.

La primera de ellas es el control nominal de las entradas y salidas del recinto municipal, la segunda propuesta es poner detectores de orina en el agua de la piscina que advierta con un cambio de color quien se mee.

Y finalmente, pedir la colaboración de personas voluntarias y anónimas que se encarguen de vigilar las instalaciones mientras la piscina está abierta (de 11 a 20 horas), así como comunicar al consistorio cualquier incidente. Hay un mínimo de ocho personas que sólo conoce el alcade y un concejal que velarán para el correcto uso de las instalaciones.

Tras el vaciado de las dos piscinas y el relleno de agua, el domingo no hubo incidencias, pero sí el lunes y el martes. Ante ello, el Ayuntamiento aplicó cloro en el agua y cerró a media tarde para evitar que este producto químico afectara a los bañistas que estaban en la piscina de Riba-roja.

Des de hoy, el control de entrada y salida sumada a los "espías" pretenden poner fin a una situación esperpéntica en unas instalaciones donde la mayoría de usuarios son o vecinos de la localidad o usuarios con raíces (y casa) en esta población.

El alcalde advierte que si las medidas requieren apoyo de videovigilancia, "no escatimaremos esfuerzos y compraremos e instalaremos una en la piscina"

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