El centro, Mas Iglesias y Lledoners, las zonas de Reus con más palomas

La sobrepoblación de estas aves se visibiliza alrededor de las terrazas y en espacios verdes. Los vecinos señalan a los alimentadores y los restaurantes lamentan las molestias en las mesas. El pienso anticonceptivo seguirá

21 octubre 2022 16:11 | Actualizado a 22 octubre 2022 06:00
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Una gran área integrada por el Mercat Central, el barrio Ample y el Carme que se extiende hacia Sant Jordi, la Sardana y Mare Molas; otra entre la Pastoreta y Mas Abelló que entra de lleno en Mas Iglesias y su parque; y una última, de menores dimensiones, alrededor de Lledoners y casi llegando a Montserrat. Son, según el mapa municipal del censo de palomas, las tres zonas de mayor acumulación de estas aves urbanas en Reus.

Su presencia persiste. Los vecinos señalan que aún hay personas que siguen alimentando a las colonias, un gesto prohibido por la ordenanza de civismo. Los restauradores lamentan las molestias de los pájaros en las mesas, pese a que «las recogemos tan rápido como podemos». El Ayuntamiento renovará el suministro de pienso anticonceptivo.

«En según qué terrazas, las palomas son un problema y no hay forma de echarlas», apunta Víctor Perales, vicepresidente del Gremi de Restauradors de Reus, que lamenta que «proliferan muy rápido y, de vez en cuando, se ve a alguien que les echa comida aunque no esté permitido».

En un sentido similar se expresa el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, que especifica que «el tema de las palomas, más que molestar a los vecinos, molesta a toda la ciudad en general» y «trae asociada la suciedad de los excrementos y el coste de retirarlos». Precisa que «mientras haya gente que les dé de comer, los inconvenientes no se acabarán».

Ofrecerles pan o cualquier otra cosa se considera una infracción leve y puede suponer multas de hasta 600 euros. Massó añade que «también es cierto que, a menudo, en cualquier terraza de bar del centro, la gente se levanta de la mesa sin retirar nada y, así, les damos a estas aves comida y bebida libre a diario, y eso seguro que no ayuda». «Es culpa de las personas, que no somos cuidadosas para intentar que eso no ocurra», indica.

Por su parte, Perales expone que «las palomas se acercan a las mesas porque tienen hambre» y «dentro de las posibilidades de cada establecimiento, siempre tratamos de recoger al momento porque somos los primeros interesados en que las terrazas estén limpias y disponibles». «Es primordial para nosotros que nadie se queje ni se marche porque estén estos animales», destaca. Y entonces, ¿qué más se puede hacer? «También sería esencial concienciar a la gente», opina.

Dispensadores y captura puntual

El Ayuntamiento aplica pienso anticonceptivo, cargado con nicarbacina, para contener la sobrepoblación. Hace pocos días, sacó a concurso el contrato para disponer del suministro dos años más. El pienso se ofrece a las aves mediante seis dispensadores, con un alcance de un centenar de pájaros cada uno.

La empresa adjudicataria elaborará también un nuevo censo. Los pliegos que rigen la licitación recogen que «las palomas degradan el patrimonio arquitectónico, el mobiliario urbano y la vegetación» y que «también provocan problemas en los edificios, las viviendas y los jardines», así como «en los cultivos».

Consultadas al respecto, fuentes municipales responden que «desde 2019 el Ayuntamiento trabaja en el control ético de la población de palomas con dos acciones: una a largo plazo, con dispensadores de pienso esterilizante; y otra a través de las capturas controladas puntuales».

En cuanto a los resultados del pienso, «funcionan a largo plazo y, de momento, no hay datos concluyentes sobre su efectividad por la gran cantidad de variables que afectan a la población de palomas», como «la climatología, las migraciones y los alimentos», detallan.

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