La construcción emerge en el Baix Camp gracias a la obra nueva
En cuestión de viviendas, en 2021 se empezaron a levantar 125, una cifra que se aproxima a la de doce años atrás

En la avenida Onze de Setembre de Reus es uno de los puntos donde se está construyendo nueva promoción de vivienda.
«Todos los indicadores muestran una recuperación de la construcción. Nos situamos ya en cifras similares a las de antes de la pandemia, aunque cabe destacar que la Covid no ha golpeado especialmente a nuestro sector», cuenta el presidente del Gremi de la Construcció del Baix Camp, Antoni Sentís. Detalla que, especialmente, se está trabajando en obra nueva.
Centrándose específicamente en la construcción de viviendas, Sentís relata que «ha arrancado con fuerza», y así lo muestran los datos disponibles del Departament d’Habitatge de la Generalitat de Catalunya. Según estas cifras, en Reus se inició en 2021 la construcción de 125 viviendas (293 en el conjunto del Baix Camp). La cifra es muy superior a la registrada en 2020, con el inicio de la construcción de 18 viviendas, pero fue claramente un año afectado por la pandemia. Aunque, eso sí, desde el sector se recuerda que «realmente solo dejamos de trabajar los meses de estricto confinamiento». Comparando con el resto de años (ver tabla de la página siguiente), en la última década no se había registrado en la ciudad, y tampoco en la comarca, un número tan elevado de viviendas empezadas a construir. En el caso concreto de Reus, uno se tiene que remontar hasta 2009, año en el que esta cifra fue de 188 viviendas.
Este boom constructivo también se traslada en las inmobiliarias. «Ahora es un muy buen momento para vender», explica Belén Galindo, desde Vivendex, en la calle Ample. Detalla que las viviendas de nueva construcción «suelen gestionarse desde las mismas promotoras». Pero sí destaca que, en su caso particular, están trabajando ahora mismo con muchas viviendas totalmente rehabilitadas, que «mantienen la fachada original, pero que a nivel de interior está todo rehabilitado y, lo cierto, es que los clientes muestras muchísimo interés». En la misma calle Ample hay varios ejemplos. No obstante, a nivel constructivo, las rehabilitaciones tienen, ahora mismo, poco peso, según se relata desde el Gremi de la Construcció del Baix Camp.
Lo que no esperaba el sector inmobiliario es que ahora, justo en medio de la crisis de la Covid-19, la gente estuviera tan dispuesta a comprar: «Se nota que en este momento se mira más por el bienestar en el hogar». Y es que, con la pandemia, las familias han tenido que pasar muchas horas en casa y las carencias han aflorado. En este sentido, Belén Galindo detalla que se buscan, especialmente, viviendas con mucha luminosidad, con terraza, casas con jardín... «Se valora más el entorno», resume Galindo, que admite que no esperaban esta reactivación en plena crisis provocada por la pandemia.
Según cifras del Departament d’Habitatge, se registraron, entre enero y septiembre de 2021 en el Baix Camp, un total de 2.532 operaciones de compraventa. De éstas, 203 eran viviendas nuevas libres y 23 viviendas nuevas, pero protegidas. El volumen más importante (2.306 operaciones), fueron de viviendas de segunda mano. Destaca que las cifras son parecidas a las registradas en la totalidad del año 2019, cuando el Baix Camp cerró con un total de 2.687 compraventas. Pero destaca especialmente el aumento de cerca del 50% de este tipo de operaciones sobre viviendas de obra nueva: de 133 en 2019 a las 203 durante los tres primeros trimestres del año pasado.
Sobre el precio, lo que destaca es el incremento por metro cuadrado construido. Según cifras de la Generalitat, el precio correspondiente a la ciudad de Reus se situaba, en 2021, entorno a los 1.302,78 euros/m2 construido. Antes de la Covid (en 2019), era de 1.177,40 € y si uno se fija con 2013, era de 1.048,8 euros.
Los hándicaps
Ante la reactivación de la obra nueva, el presidente del Gremi de la Construcció del Baix Camp, Antoni Sentís, pone sobre la mesa dos hándicaps en los que se está encontrando el sector «y que pueden ralentizar la recuperación».
Por un lado, destaca el encarecimiento de los materiales. Esto provoca que aumenten los costes y, de rebote, «muchas licitaciones están quedando desiertas», expone Sentís. Como señala el presidente del gremio, los meses que pasan desde que se redacta un proyecto y se acaba licitando, «en la actual situación, los precios ya han subido en este periodo, y no se adecuan a la realidad». Hecho que provocaría que las empresas constructoras acaben por no presentarse y las licitaciones queden desiertas.
El segundo hándicap es «la falta de mano de obra calificada». En este caso, la problemática se arrastra a raíz de la crisis del año 2008. Muchos de los que en ese momento se dedicaban a la construcción, se reinventaron y se fueron hacia otros sectores. Otros, ya se jubilaron y, además, y como ha estado la situación en los últimos años, los jóvenes no se han introducido a este mundo. «Se ha perdido toda una generación», opina Sentís, que recuerda que se trata de un fenómeno que también se está dando en otros sectores.
Todo esto, afecta directamente sobre la construcción, «y es que hay trabajo, y habrá más en los próximos años, pero sin mano de obra calificada, no sé cómo la asumiremos». Señala, por ejemplo, que con los proyectos relacionados con los fondos europeos Next Generation «se prevé bastante trabajo. Estamos animados, pero nos faltan trabajadores». Espera que se pueda ofrecer formación específica en la futura Escola d’Oficis de Reus y, así, incentivar a los jóvenes a formarse y que entren nuevos aires en el sector.