'Catastrazo' en 32 municipios de Tarragona para cobrar más impuestos

Luz verde a subir el IBI en poblaciones como Tarragona, Reus, Cambrils y Valls. Actualizan al alza sus valores catastrales para poder cobrar en 2020 más en tributos decisivos como la contribución

29 diciembre 2019 20:43 | Actualizado a 02 enero 2020 12:07
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Una subida de los impuestos por la puerta de atrás, en mitad de las fiestas, casi sin hacer ruido, pero con efectos demoledores para el bolsillo del sufrido contribuyente. Un total de 32 municipios de la provincia aplicarán una actualización al alza de los valores catastrales, lo que supone dar luz verde para que durante 2020 se cobren más tributos. Y no se trata de poblaciones pequeñas. Aparecen Tarragona, Reus, Cambrils o Valls, que se ubican en el ‘top ten’ de habitantes y de importancia. Entre ellas suman casi 300.000 habitantes potencialmente afectados. 

Pero la lista de municipios que a partir del miércoles día 1 aplicarán este nuevo hachazo fiscal al ciudadano es amplia e incluye también otras localidades como Creixell, Constantí, Ascó, Alcanar, La Pobla de Mafumet, La Selva del Camp, Roda de Berà o Montblanc. 

Todas ellas elevarán el valor catastral de los inmuebles entre un 3 y un 5%, después de que hayan solicitado al Estado la actualización. Esas subidas han estado hasta el último momento pendientes de un hilo, nuevamente por la parálisis de la política en España y la falta de Gobierno. Estos incrementos son la consecuencia directa de la aprobación ‘in extremis’ del Consejo de Ministros, este pasado viernes, algo que viene siendo habitual en los últimos ejercicios. 

Tarragona es una de las 16 capitales de provincia que incrementan estos valores, que son claves para pagar la contribución pero también otros impuestos. En la capital los valores catastrales subirán un 3%. En esa misma proporción se incrementarán en Reus, Valls y Cambrils, si bien en otras localidades el aumento será más fuerte y alcanzará incluso el 5%. Es el caso de La Pobla de Montornès, Bràfim o Vandellòs i L’Hospitalet de l’Infant. 

Por decreto ley
Esa revisión viene dada por los coeficientes publicados este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), junto con la relación de municipios de toda España afectados. El pistoletazo a esos incrementos viene habitualmente incluido en los Presupuestos Generales del Estado. 

Sin embargo, dada la falta de un gobierno, el Ejecutivo lo ha aprobado por decreto ley, como ya hiciera en anteriores ejercicios. ¿Quiere decir eso que subirá el IBI en esos 32 municipios tarraconenses? No tiene por qué, pero es muy probable. A partir del valor catastral se calcula el IBI (y otros impuestos). Así, si existe un aumento de las referencias se incrementa la cuota del tributo, siempre y cuando cada consistorio no baje los tipos para tratar de amortiguar la subida. 

Un IBI encubierto
Dicho de otro modo: esta actualización no implica que cambie el tipo del impuesto, que es de carácter municipal y que lo fija cada ayuntamiento, pero sí lo hace la valoración del tributo, que es la base imponible sobre la que se aplica.

Es decir, si el valor catastral de un inmueble se eleva, como es el caso de estas 32 localidades de la provincia, automáticamente lo hace su tributación aunque el tipo impositivo haya continuado igual, sin moverse. A la práctica, supone cobrar más IBI de forma encubierta. 

Se da la circunstancia de que ningún municipio de la provincia revisa a la baja los valores catastrales. En año postelecciones, son más las poblaciones que aplican ese alza. En este 2019, solo subieron los valores 13 municipios. El valor catastral es la referencia de los ayuntamientos para elaborar tributos como el IBI, el puntal básico de la financiación de los consistorios, pero también decisivo en las plusvalías. Asimismo, incide en los valores de Transmisiones Patrimoniales y de Sucesiones, además de en el IRPF de inmuebles que no son vivienda habitual o local comercial. 

Este ‘catastrazo’ llega después de unas semanas en las que los municipios han ido aprobando de manera generalizada subidas de impuestos y tasas, en conceptos como el IBI, el agua o la basura. En el caso de Reus, por ejemplo, ya se aprobó la subida general de impuestos de un 9,7%, incluyendo los tipos generales del IBI. A eso hay que añadir ahora el efecto que pueda tener el aumento de un 3% del valor catastral. Lo mismo sucede en Valls, que aprobó un aumento del tipo del IBI del 1,5% y que ahora verá incrementado en un 3% los valores catastrales, por lo que el recibo de la contribución aumentará. 

Aquellos que revisaron por última vez los valores catastrales entre 1984 y 1988 verán incrementada la valoración de las viviendas con un coeficiente del 1,05 –un 5% de subida–. Es el caso, en la provincia, de Vandellòs i L’Hospitalet, Bràfim y La Pobla de Montornès. Para los que revisaron por última vez en 1989 y 1990 y entre 1994 y 2003, el coeficiente a aplicar es el 1,03 –sube un 3%–. En el caso de Tarragona, son la mayoría de poblaciones, entre ellas Perafort, Pira, La Febró, Querol, Corbera d’Ebre, Castellvell del Camp, Salomó o la Riera de Gaià.

A modo de ejemplo, un inmueble valorado en 1985 en 100.000 euros tendrá ahora una valoración en el catastro de 105.000 euros, cantidad sobre la que se aplicará el tipo del IBI que haya establecido el ayuntamiento correspondiente. 

El IBI bajará para los 87 municipios que aplicaron la última actualización entre 2011 y 2013, porque las valoraciones de entonces estaban afectadas por los elevados precios de la vivienda de antes del estallido de la burbuja, a los que se les aplicará un coeficiente del 0,97. En este supuesto, para una casa cuyo valor en 2011 fuera de esos mismos 100.000 euros, en 2020 a efectos catastrales bajará a 97.000. En Tarragona no hay ningún municipio en esta situación. 

El Estado justifica la subida
Por tercera vez consecutiva, el incremento de los valores catastrales se ha producido mediante decreto, algo que es «consecuencia de la prórroga presupuestaria», tal y como sostiene el Gobierno. El Ejecutivo justifica así estos aumentos que suponen ahogar un poco más a los ciudadanos: «Con esta medida se contribuye a reforzar la financiación municipal, la consolidación fiscal y la estabilidad presupuestaria de las entidades locales». 

Modificar el IBI ha sido en los últimos años uno de los recursos fáciles esgrimidos por la administración para mantener sus cuentas a flote. «El 50% de los ingresos de los ayuntamientos vienen de ahí. Un aumento de un 1% ya tiene un impacto brutal, estamos hablando de mucho dinero. Es un impuesto con elevados índices de recaudación y fidelidad y que da mucha estabilidad», explica Benja Anglès, profesor de Derecho Financiero Tributario en la UOC. 

El Gobierno indica que «esta medida sólo afecta a inmuebles urbanos, se adopta en los términos que establece la Ley del Catastro Inmobiliario y que exige que exista una solicitud previa municipal». Esto es, son los propios consistorios los que reclaman estas revisiones y no imposiciones por parte de Hacienda, como algún ayuntamiento ha querido alguna vez argumentar.

El ingreso del IBI se ha disparado en la provincia un 72% en los últimos años. En 2018, la recaudación líquida de los consistorios tarraconenses por este concepto alcanzó los 326 millones de euros, según la liquidación de Hacienda, publicada recientemente. Fueron seis millones más que lo recaudado en 2018 (320), mientras que la cifra ha ido aumentando progresivamente. 

En 2015, por ejemplo, el montante se quedó en 303 millones. En 2006, antes de la crisis inmobiliaria, la cifra era solo de 167 millones. A pesar de la devaluación de la vivienda, el IBI ha sido subiendo. Es la prueba estadística que corrobora ese dicho popular de que, pase lo que pase, la contribución siempre sube. 

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