«Para comprar sardina o boquerón de Tarragona tenemos que ir al Mercadona», así lo aseguraba Anna Jiménez, ayer por la mañana, delante de una pescadería del Mercat Central.
Este es el comentario más repetido entre los clientes que acuden a las paradas y tiendas en busca de pescado azul de Tarragona. Hace un mes que la Confraria de Pescadors firmó el contrato con Mercadona, en el que se acordó que la cadena de supermercados se quedaría con el 80% de la captura de sardinas y boquerones, aunque a la práctica se convertirá en el 90%.
Desde entonces, los propietarios de las pescaderías locales –la mayor parte situadas en el Mercat Central– aseguran que se han quedado sin pescado azul. Por su parte, la Confraria de Pescadors explica que el motivo de la falta de pescado en el pequeño comercio no tiene nada que ver con la llegada de Mercadona, sino con la baja captura de pescado azul en los últimos días.
«Hasta ahora no habíamos tenido ningún problema. Siempre teníamos sardinas y boquerones, de buena calidad, cuando queríamos. Ahora la cosa ha cambiado», explica Ferdi Peris, propietario de una pescadería del Mercat.
Por su parte, Maria del Carmen Sevil, de la pescadería Carmeta, explica que «los clientes vienen al mercado a comprar pescado de Tarragona y no encuentran. Al final, seremos nosotros, los pescaderos, quienes deberemos ir a comprar la sardina en el Mercadona».
Maria Caparrós, de la pescadería Tinet, asegura que «actualmente, el pescado azul es complementario en la oferta que presentamos. No es nuestra principal fuente de ingresos.
Hace unos años era más importante». Caparrós cree que este acuerdo no durará mucho, «igual como pasó con Pescanova». No todos los pequeños comerciantes opinan igual.
Mònica Belchi, de la pescadería Rosa, también en el Mercat Central, cree que los comercios locales no venden sardinas y boquerones. «Como mucho nos llevamos una caja de cada. Con un 10% de la captura abastecemos a todas las pescaderías», explica Belchi.
Los problemas, según los pescaderos, llegaron hace aproximadamente un mes, cuando la cadena de supermercados Mercadona llegó a un acuerdo con los pescadores de la ciudad para quedarse con el 80% de la captura de sardinas y boquerones, un privilegio que hasta ahora tenía la cadena de congelados Pescanova.
La diferencia entre unos y otros es que Pescanova compraba el pescado a la Confraria al precio de mercado, y lo vendía al resto de comerciantes. En cambio, Mercadona compra el género con un precio fijo, que depende el tamaño y la calidad, y abastece así las tiendas Mercadona de la ciudad y de toda la provincia.
El contrato permite que los pescadores sepan el precio de salida del género antes de pescarloEl contrato entre Confraria y supermercado será revisable cada año y permite que los pescadores ya conozcan el precio que les pagarán por kilo antes de salir a la mar. Además, Mercadona paga por el alquiler de la nave y los servicios de manipulación (puesta en caja del pescado), que realizarán los empleados de la Confraria.
Se pesca muy poco
Esteve Ortiz, presidente de la Confraria de Pescadors de Tarragona, asegura que el problema de la falta de pescado azul en las pescaderías no es Mercadona, sino las malas capturas de las últimas semanas.
«No es que no se les quiera servir, es que no hay», explica, con preocupación, Ortiz, quien añade que «si llegan 30 cajas de boquerón, es normal que se los quede Mercadona, que es con quien tenemos el acuerdo.
Ortiz reconoce que la llegada de la cadena de supermercados ha supuesto «una bocanada de aire fresco. Almenos, si hay pescado, lo podemos vender a precios razonables, no como antes». El presidente reconoce que «cuando todo se normalice, el 90% de las sardinas y los boquerones serán para Mercadona, y el resto para los pequeños comercios».
Por su parte, Mercadona destaca que el acuerdo al que se llegó con los pescadores es el mismo que había con Pescanova. «No hemos cambiado ni una coma», aseguraban fuentes de la cadena, quienes añaden que «hasta donde sabemos y desde que llegamos, se han atendido todas las comandas de las pescaderías pequeñas de la ciudad. Otra cosa es el poco pescado que hay».
Los pescaderos aseguran ser conscientes de la mala situación de la pesca de sardinas y boquerones, pero piden que «aunque se pesque poco pescado, se guarde un pequeño tanto por ciento para los comercios locales y no se venda todo al supermercado».