Santiago Posteguillo vuelve con el esperado desenlace de Yo, Julia, novela con la que ganó el Planeta en 2018. En Y Julia retó a los dioses no faltan las luchas despiadadas por el poder, la venganza y el amor e incluso una pandemia. Pero, sobre todo, brilla la fuerza y la tenacidad inquebrantables de una mujer en medio de un mundo de hombres. El de la antigua Roma. Esta entrevista tuvo lugar en tiempos del coronavirus, pero antes del confinamiento.
La historia de Julia se inicia en la época de Cómodo, con mucha sangre, una situación que persiste. ¿Mereció la pena?
Si se lo preguntaras a Julia diría que sí porque su objetivo era instaurar una dinastía imperial, que su familia controlara el poder pasando de una generación a otra. Así es que se lo juega todo, pierde mucho, pero consigue su propósito, que no es poco.
Con 'Yo, Julia' es inevitable pensar en ‘Yo, Claudio’. Pero ¿fue la historia realmente como se cuenta en las novelas?
Donde hay mucho poder concentrado surgen las tensiones más dramáticas que uno pueda imaginar. Es verdad que en el mundo romano estas tensiones con mucha frecuencia se resolvían de una forma muy violenta. Después, si exactamente un personaje en concreto era tan malvado o no, puede haber matices.
¿Fue expresamente a buscar a Julia o se la encontró?
Yo ya la conocía, evidentemente. Pero no fue hasta que me encontré con una biografía escrita, claro, por una mujer, por la profesora Barbara Levick, que me di cuenta de la auténtica dimensión del personaje. Y como decías que te recordaba a Yo, Claudio, me parecía muy bien cerrar este paralelismo que había iniciado con la novela del Premio Planeta, con Yo, Julia con esta segunda parte, Y Julia retó a los dioses.
Es decir, ya no habrá una tercera.
No.
«Desde la época de Cleopatra, los romanos veían con franca preocupación que una mujer de origen oriental se acercara a las elites»¿Diría que es una madre desnaturalizada?
No. Diría que es una mujer que consigue sus objetivos políticos y militares y que si fuera un hombre, como Julio César o Napoleón, seguramente no estaríamos hablando de si fue o no un buen padre. Como conjunto del personaje, no la podemos juzgar por si fue o no buena madre. Lo importante es que consiguió sus objetivos de Estado cuando estaba discriminada en un mundo de hombres. Luego sí, podemos descender a su vida privada y ciertamente en su vida privada la maternidad pues no le salió bien.
Con un hijo especialmente violento.
Ella es inteligente. Sabe que está transformando a un hijo en alguien violento, pero también sabe que lo necesita porque en Roma no se gana o se pierde. Se gana o se muere. Y ella no piensa ni morir ni dejar que su familia sea aniquilada en esa lucha por el poder. Piensa sobrevivir y ganar. Y ante una traición que se está gestando en el palacio imperial para la que su esposo Severo es ciego y no quiere admitir que está ocurriendo, si ella no tiene ni legionarios, ni pretorianos ni senadores que la ayuden, y solo tiene hijos adolescentes, pues elige a uno de ellos para transformarlo en el ejecutor de sus acciones.
«Los muros son una solución temporal, parcial, que nunca jamás han resuelto los problemas de fondo de ninguna sociedad»Julia es de origen sirio y los romanos no la aceptan. Sin embargo, ¿considera que eran más plurales que en el mundo actual?
Roma tenía la capacidad de integrar culturas diferentes e incluso religiones. Con el Dios cristiano lo tienen más difícil porque es excluyente, no admite compartirse con otros. Pero dentro de esta integración, sí que hay un punto, desde la época de Cleopatra, en que los romanos veían con franca preocupación que una mujer de origen oriental se acercara a las elites del poder, por lo que los senadores y la plebe de Roma lo veían con inquietud. Pasó con el emperador Tito, que estuvo enamorado de Berenice, una mujer también de origen oriental. Y cuando el emperador Tito comprendió que esta relación lo hacía impopular ante el Senado y ante el pueblo, decidió alejarse de ella y hasta repudiarla. Lo que ocurre en Roma es que dan con un Severo que está enamorado de su esposa y nunca la rehúye.
Y llega a controlar el Imperio.
Exacto. Cuando Severo desaparece o fallece, que es lo que contamos en la novela, permanece porque es la madre de los coemperadores. El Senado ve que no hay manera de quitársela de encima y lo viven francamente mal porque el poder y la influencia de Julia es tal que hay momentos en los que el Imperio romano es controlado por la propia Julia.
Hizo la presentación oficial en Britania, en el muro de Adriano. Los muros no han desaparecido...
Lo que el muro representó en aquella época es lo mismo que representa ahora, es una solución parcial, temporal, que nunca jamás ha resuelto los problemas de fondo de ninguna sociedad. Pasó en el pasado y tendemos a reproducir muchos errores. Ese sería uno habitual.
«Cuando surgió la epidemia de viruela en el sur de Egipto, Severo decidió supeditar las decisiones del poder político a las de la autoridad sanitaria»Igual que se repiten las epidemias.
Cuando surgió esa epidemia de viruela en el sur de Egipto y el emperador Severo tuvo que luchar contra ella, él sabía que no se trataba de un Ejército al uso. Ante un virus no sabía qué hacer así que decidió, junto con Julia, supeditar las decisiones del poder político a las decisiones de la autoridad sanitaria de la época, que era Galeno. Y haciéndole caso a Galeno consiguen detener la expansión. Ahí sí que parece que hay una lección interesante.
¿Qué hubiera hecho hoy Galeno?
Hubiera evaluado el nivel de mortalidad de la enfermedad con respecto a las medidas que hubiera que tomar. Y desde luego, lo que él decidiera que debía hacerse yo, si fuera político, lo aceptaría a pie juntillas.
¿Por qué Roma es tan fascinante?
Porque además de las tensiones dramáticas, muy intensas, muchas de las cosas con las que nos seguimos enfrentando, ya de alguna manera estaban allí. Porque además de gladiadores, carreras de cuadrigas o rebeliones de legiones, también había cáncer, eutanasia y virus. Algunas se resolvieron, otras no. Hubo aciertos y errores. Por eso pienso que es interesante saber cuanto más de toda esta historia porque nos ayudaría a tomar decisiones más inteligentes en nuestro propio presente.
«Julia no tiene legionarios ni pretorianos que la ayuden. Solo tiene hijos adolescentes. Por lo que elige a uno de ellos para transformarlo en el ejecutor de sus acciones».No deja de ser curioso cómo algunos detalles han llegado hasta nuestros días, como por ejemplo el nombre de Caracalla.
Lo recogen las fuentes clásicas y luego lo que me gusta es ver cómo lo traslado yo a los lectores. Por ejemplo, en la novela no presento a este emperador con ese nombre cuando aparece el personaje por primera vez en Yo, Julia. Lo llamo Basiano, que es como lo llamaban. Cuando a Basiano ya le hacen César, le ponen un nombre dinástico imperial como el de Antonino. Porque había habido el emperador Antonino Pío, sucesor de Adriano, que había sido también un gran emperador. Pero sigo sin identificar aún que ese emperador es el que luego es conocido por el sobrenombre de Caracalla. A mí me gusta hacer eso para ir desvelándolo poco a poco, aunque aquí lo estemos desvelando en esta conversación.
Hemos hecho un 'spoiler'
Bueno, hay otras muchas cosas que también las desvelo de la misma forma. El lector lo va averiguando poco a poco y creo que eso es parte de la estrategia que tengo para mantener el interés.
Todavía está por estrenar El corazón del Imperio.
Sí, en Movistar +. Una serie sobre mujeres en la antigua Roma.
Continuará desvelando otras mujeres...
Esa es la idea. Recuperar personajes femeninos de la antigua Roma. Algunas sí que son más conocidas pero hay otras que seguramente sorprenderán y cuyas historias yo creo que también merecen la pena ser reconocidas. Ese es un poco el objetivo. Creo que hay que rescatar a tantos personajes femeninos como se pueda.
En relación a los emperadores, ¿cuál es su preferido?
Me apasiona mucho Trajano, evidentemente. Y he aprendido a valorar bastante a un Severo que supo ver en su esposa Julia a una mujer que no era una mera comparsa, acompañante o persona sometida a su autoridad, sino alguien de quien podía tomar consejos inteligentes.
¿Cree que la venganza está por encima de la muerte?
En el caso de Julia lo deja todo preparado para que incluso muerta, su venganza entre en un engranaje perfecto que se lleve por delante a aquellos enemigos que ha dejado aún detrás.