En 1963 un fotógrafo captó una imagen entrañable: John-John, asomando debajo de la mesa de despacho de su padre, John F. Kennedy. El pequeño tenía dos años. Tiempo más tarde pudimos ver una imagen de Sasha, hija de Barack Obama, escondida tras un sofá mientras el presidente trabajaba.
Ayer se publicó un vídeo de otro niño en el Despacho Oval. Tiene cuatro años y su padre, Elon Musk, le llama X (como la red social que compró). Aparece en algún momento sobre los hombros paternos y en otros haciendo con la mano el gesto de disparar a los periodistas. Sentado en su sillón, Donald Trump.
He aquí a tres protagonistas: el hombre más poderoso del mundo, el más rico y un niño que no sabe lo que hace. La incógnita es si lo saben los otros dos.