Escribo estas palabras un poco sin aliento. Estamos en pretemporada, ese momento tan ansiado y odiado a partes iguales para quienes practicamos algún deporte. En mi caso, es el fútbol. Hay muchas ganas de volver al verde y de que la pelota vuelva a rodar. Pero, por otra parte, me doy cuenta de que durante estas vacaciones de verano puede que haya hecho precisamente lo que son unas vacaciones: descansar, desconectar y disfrutar.
Pero eso no significa que haya sido un verano sin fútbol. Todo lo contrario. Hemos disfrutado de una Eurocopa de récord. Con una final que ha superado los 4 millones de espectadores en TVE, el torneo ha demostrado que el fútbol femenino no solo crece en calidad, sino también en impacto y visibilidad. Estos números son una prueba del cambio que está viviendo el fútbol femenino. Y todo esto también me deja sin aliento.